lunes, 17 de agosto de 2009

El castillo morisco en el pueblo

UN CASTILLO MEDIAVAL EN EL CHACO

Alfonso de Avilés

Era una tarde calurosa y llegaba por primera vez a una localidad que sorprendía y se activaba mi curiosidad a cada paso que mi cuerpo realizaba. El final de mi visita conocí algo que popularmente llamaban “El Castillo”.
Yo no podía creer que en esta parte del Chaco existiera algo que se pareciera a esas grandes fortalezas que en la época medieval coronaba los grandes condados de la Vieja Europa.
Cuando estuve frente a él, mi asombro fue total. Una gran mole construida a las orillas de la gran laguna, se alzaba imponente y señorial. Con su torre defensiva, su gran acceso coronado por vidrios de colores, tal como si se tratara de los vitrales de un gran catedral, invitaban a conocer su interior. Las murallas con formaciones estilo árabe hacían imaginar los vigías paseando por la parte superior, ataviados con sus armaduras y portando sus ballestas para evitar la invasión por parte de extraños que pretendieran llegar hasta los aposentos de su amo.
Tras golpear la mano una dulce anciana abría la gran puerta (coloso de madera que si mis ojos no me engañaron, estaba revestida por aquellos clavos realizados a mano en hierro fundido a forja de siglos pasados). Tras presentarme mi acompañante, penetramos a un interior que hacía presumir que el tiempo se había detenido a principios de la era de los cruzados. Las palabras de la anciana me transportaban a esas vivencias estampadas en los libros que han narrado los reinados pasados y las épocas de la gran cristiandad.
Escaleras que llevaban a las murallas y a la gran torre, se desprendían desde un lateral del salón, que en penumbras se mantenían. Hasta ese olor a cirio que he podido retener en la visita realizada a las grandes construcciones religiosas de 1700, se podía apreciar con facilidad.
Tras una amena visita cultural, explicada con sumo detalle por su moradora, bien habida de conocimientos históricos, y detalles que seguramente no aparecerán en ninguna publicación local, sentí la necesidad de conocer mucho más sobre quién fue y porque construyeron una réplica de castillo en una zona tan alejada de las realidades históricas medievales europeas.
Con los datos a portados por su dueña (Menéndez de Peón), conocida cariñosamente como Porota, me dirigía a la Biblioteca Pública local, y tras consultar con algunos autores que reflejaban pequeñas aportaciones al tema, decidí hacer una profunda y exhaustiva investigación.
Al consultar otras fuentes a través de sistemas avanzados de información digital, descubrí aspectos tanto del constructor como del propietario que ordenó tal majestuosa construcción, que incitó aún más mi curiosidad de historiadora aficionada. Y me tomé la libertad de escribir el libreto que usted lee en este momento.
Se que narrar los acontecimiento tan fríamente, como los que se aportan como datos en los registros históricos, no llevan al lector y integrarse en los momentos, situaciones y sentimientos que motivaron a estos personajes, por lo que trataré de narrarlo imaginando algunos de los acontecimientos vividos por estos dos protagonistas que dejaron su obra para el disfrute visual y la curiosidad de todos aquellos que frente al castillo sienten la necesidad de ir más allá de las piedras que lo forman.
Corría el año 1884, Granada, Andalucía (sur de España) vivía los últimos vestigios del reinado del exponente de la corona borbónica (Alfonso XII). Fue la sublevación republicana del General Villacampa, se insurreccionaba Cuba. Las familias de bien, aspiraban a que sus hijos tuvieran profesiones de acuerdo a su estirpe, o sea que era un privilegio para los hombres de “bien vivir”, presentar a sus hijos en las reuniones sociales, como curas, monjas, doctores o militares. Nuestro protagonista no tenía inclinación dogmática pero era como todo buen hijo, cumplidor de los mandatos de su padre terrateniente, y siendo todavía muy joven ingresó en el Seminario del Cristo Redentor de Sevilla, sus años pasaban de estudios profundos sobre la teología y las ciencias que capacitan a un siervo de Dios para su función sacerdotal. Pero su entretenimiento era aprovechar los tiempos libres en la biblioteca, para leer y dibujar sobre el tema que más le apasionaba “La Arquitectura”. Tenía problemas con el Padre Damiano de la Fuente, pues dedicaba más tiempo a su vocación placentera, que a sus estudios católicos, apostólicos y romanos. Fue tal su entusiasmo por como construían los griegos, los romanos y los árabes, que en repetidas ocasiones fue llamado su padre a reprenderlo frente a los profesores religiosos, y negándole la posibilidad de consultar más libros sobre el tema que se almacenaban en los sótanos del Seminario.
La incomodidad de esa situación producía en este español una rebeldía mayor sobre sus educandos y un alejamiento mental a la hora de las oraciones y el rosario vespertino que se realizaba las seis de la tarde. El Abad (rector) lo castigaba continuamente por su falta de concentración mandándolo hacer tareas de limpieza, jardinería y las compras para la cocina, en el mercado del pueblo, con un asno que no era para transportarlo si no para cargar los morrales llenos de alimentos que debía obtener, pasa surtir la alacena de la oscura y envejecida por el humo sala culinaria.
En uno de esos viajes antes que despuntara el sol, conoció a un marinero que también realizaba la adquisición de manjares para proveer el barco, que llevaba en los viajes a las Nuevas Américas.
En esos encuentros con el curtido hombre de mar, se ilustraba cuando le narraba las maravillas del Nuevo Mundo, y las oportunidades que se le ofrecía a personas que estaban capacitadas en alguna de las ciencias.
Estas palabras del gran navegante, se transformaron poco a poco en una necesidad de conocer esas tierras y de huir de esa cárcel que su padre había elegido para el y que no compartía en nada.
Una advertencia definitoria del director alentó más aun a nuestro protagonista a escapar, aún sabiendo que no retornaría nunca más a España, para no enfrentarse con su posesivo padre y aprovechando uno de sus castigos, tomo sus pocas pertenecías y las ocultó en el costal que transportaba el asno y se dirigió al puerto con la esperanza de enrolarse como marino a las ordenes del capitán de su amigo, de conversaciones en el mercado. No tuvo suerte pues el barco de ese gran narrador de aventuras había partido rumbo a Nueva Ginea, pero si estaba anclado un buque con carbón que se dirigía a Brasil y estaba solicitando escribientes para la narración de la ruta en el Libro de Bitácoras.
No lo pensó mucho pues cuando subiera la marea tenían que zarpar. Pocas horas quedaba y la única preocupación es que del seminario dieran la alarma a las autoridades y no pudiera salir de puerto. Pero se tranquilizó cuando a voz de mando el capitán dijo –suelten amarra-. La gran fortaleza lentamente se desprendía del muelle enmohecido y disponía su proa hacía la garganta de salida que ese puerto tenía para defenderse de posibles temporales que raramente ocurría en el Mar de la Tranquilidad (Mediterráneo).
Ya a la altura del Peñón de Gibraltar, cuando desde la eslora donde le había dispuesto el capital una mesita con silla, podía divisar las dos costas (España y Marruecos). Su sensación de estar libre de las cadenas que le ataban a un destino no deseado se desprendía en el trascurso de su viaje, y por fin después de unos días divisaban el último puerto de abastecimiento en las costas de África (el archipiélago canario).
Dos días estuvo anclado el buque, y una noche de una luna espléndidamente luminosa, partían rumbo a las costas americanas.En pleno Océano Atlántico, cuando las olas se elevaban como colosos amenazantes y el temor era palpable, su capitán los entretenía compartiendo experiencias marítimas y el a su vez, compartiéndole los motivos de su viaje secreto. El capitán lo alentó diciendo – yo tengo un amigo en Paranagua (Sur de Brasil) donde tenía último destino la embarcación, que seguramente te va a servir para emprender tu nueva vida en el continente- (América). Fue así que tras llegar a puerto lo primero que hizo el capitán es dirigirse a la gran casa que este amigo español, que tenía en esa ciudad brasileña y presentarle a este andaluz.
Corría el año 1901 y la primera noticia recibida de su España era la asunción del nuevo rey Alfonso XIII y el casamiento del monarca con Victoria Eugenia Battemberrg. A nuestro escapado amigo es lo que menos le interesaba, las noticias del Reinado español.
No transcurrió mucho tiempo que nuestro amigo convenció al indiano para permitirle dirigir una obra que pretendía construir en una de las haciendas que tenía en el interior de la selva de una localidad conocida como Livamento cercana a la frontera con Uruguay. Fue una de las grandes ventajas de no tener que aprender perfectamente el idioma, pues la mayoría de los trabajadores eran uruguayos, argentinos y paraguayos.
Corría el año 1902 y tras conocer a unos doctores en medicina de la Provincia del Chaco que se encontraban tratando de comprar animales vacunos para sus propiedades en esta provincia argentina, y el con tan solo 25 años y sus ganas de conocer mundo se dejó convencer por este Dr. Perrando de la ciudad de Resistencia para que viviera en esta localidad realizándole la dirección de obra de una chanchería con la que contaba a las orillas del Río Negro.
Tras un año de trabajo en la casa del Dr. Perrando, un día le invitó a que visitaran ambos, un amigo español que tenía el galeno en la localidad de la Colonia Juan Penco. En realidad se trataba de que el Dr. había sido convocado para que mediara en un conflicto familiar producido en esa localidad en la cual los contendientes eran ambos amigos de él y de otro amigo en común llamado Quijano.
Los dos estuvieron seis días en la localidad (Colonia Juan Penco), pero Benigno Peón el amigo de Perrando le contrató para que le realizara un proyecto de vivienda para independizarse de su hermano de forma total.
Benigno Peón era un inmigrante asturiano que había venido por reclamo de su hermano Faustino Peón y su primo Basilio Menéndez cuando tan solo era un niño para trabajar en las tareas de campo de Don Penco, pero por su capacidad de ahorro y de trabajo incansable fueron comprándole tierras al viejo que tras la muerte su viuda e hijo le vendieron el resto de la propiedad para que se la fueran pagando los hermanos astures.
Por disputas que no vienen al caso, nuestro protagonista solamente conoció a Benigno. Un hombre emprendedor, con una capacidad creativa fuera de lo normal. La construcción de aserraderos, el trazado de una línea férrea desde Santo La Vieja hasta La Escondida, para transportar los rollizos desde el corazón del monte, lo querido que era por la comunidad chaqueña y en todas las asociaciones era Benigno Peón un representante respetado por todos.
Lo cierto es que le llevó un mes que se pusieran de acuerdo que tipo de hogar deseaba construir este fundador. Corría el año 1902. Y por fin constructor y propietario se ponían manos a la obra. Un castillo estilo morisco a las orillas de una gran laguna, donde estuvo instalada la estancia de la familia Fernández hacía el año 1784.Cuando se comenzaron las obras, comenzaron los primeros problemas que este andaluz tuvo que resolver. Las orillas de la laguna no daban garantía para soportar una mole tan majestuosa. Era arena, humedad a tan solo cuarenta centímetros, y falta de materiales para construir adecuadamente. Por ello busco en primer lugar una tierra que fuera idonea para la instalación de una ladrillería. La encontró al otro lado de la laguna (la isla), tierra negra, agua en abundancia y sol, mucho sol para cocerlos a la intemperie y unos balsones para trasladar por el espejo los ladrillos cocidos al sol. Con la misma arena y cociendo las rocas calizas que le eran enviadas de Resistencia, comenzó la construcción en Diciembre de 1902.
Se inauguró el Castillo con una gran fiesta de invitados de Don Benigno Peón, venidos de Santa Fe, Buenos Aires, Córdoba y también de su tierra natal La Collada, Concejo de Pola de Siero (Principado de Asturias).
Los carruajes se agolpaban en la gran puerta metálica que creaba el acceso al gran jardín y al fondo imponente, se reflejaban relucientes sus broces. El Castillo de la localidad que luego llevaría el nombre impuesto por este gran emprendedor llamado Benigno Peón.
Tras cobrar lo pactado por tal maravilla arquitectónica este arquitecto aficionado desapareció. Algunos dijeron que habría retornado a su Andalucia añorada, otros afirmaban que se volvió a Brasil a seguir su afición a construir mansiones para los adinerados. La cuestión es que nunca más se supo de este gran arquitecto e ingeniero que tenía estudios religiosos y no universitarios. Pero que hay queda su obra, como muestra de una gran capacidad de desarrollo civil, patrimonio de la provincia y del mundo que identifica el coraje y la creación fuera de lo habitual de emigrantes que dejaron plantadas raíces de conducta y de trabajo y por encima de todo, un elemento arquitectónico orgullo de los vecinos de La Verde. EL CASTILLO, gracias a Don Benigno Peón que aportó los medios y a Don Candido Jesús González del Real y la Cartuja que dejó su obra para que las generaciones futuras sepan que a pesar de las dificultades se puede convertir cualquier sueño en realidad en una zona perdida la cual se llamó un día La Verde.

domingo, 16 de agosto de 2009

HISTORIA DE LA VERDE

Autora: Profesora de Nivel Primario y Profesora en Historia VILMA LILIAM PUJOL.

PROLOGO

La historia no es otra cosa que la memoria colectiva de los pueblos; por lo tanto no hay pueblos “sin historia”. Aún en las culturas más primitivas de la tierra, donde no conocen la escritura, la memoria de los ancianos transmiten e los miembros más jóvenes de la tribu sus mitos ancestrales que explican sus orígenes y sus tradiciones.
En este país se estudió e investigó desde el siglo pasado el proceso de formación de la nacionalidad desde sus orígenes, siguiendo la sucesión de los hechos y personalidades más resonantes y destacadas, para explicar lo que hoy es el pueblo argentino, lo que les identifica como Nación y lo que pueden llegar a ser en el tiempo futuro. Esto sirvió desde luego pava que a través de la educación, la enseñanza de la historia, formase en los niños y jóvenes la noción de una conciencia nacional, de pertenencia a una comunidad que forjó en el tiempo los lazos para aspirar a un destino común pero los historiadores, condicionaba por una “visión portuaria” de la historia, es decir por una historia vista especialmente desde Buenos Aires, descuidaron el estudio de los procesos históricos regionales.
No gravitaron en las conclusiones de sus estudios, las transformaciones operadas en vastos sectores del interior del país. La región chaqueña, como también el sur patagónico sufrió este olvido y esta marginación de los estudios históricos.
Procesos tan importantes como la “conquista del desierto, la situación de las culturas indígenas ante el contacto con el blanco, la ocupación y enajenación de la tierra pública, la inmigración, el papel de ferrocarril en los territorios nacionales y su provincialización, la fonación de los pueblos y colonias, la explotación de la tierra y de los bosques, la industrialización, por citar algunos ejemplos, no tuvieron sino recientemente, un tratamiento preferencial en los congresos regionales y nacionales de Historia, un tratamiento que en los últimos tiempos han traspasado la frontera de Argentina.
Y dentro de los estudios regionales, de las historias de las Provincias, tampoco tuvieron hasta ahora, un tratamiento sistemático, el estudio de la historia de los pueblos y comunidades rurales, no obstante que fue en esos ámbitos locales donde se gestaron y ocurrieron hechos y protagonismo que dieron el perfil de toda una época.
Por esta razón, y porque es necesario no relegar al olvido el sacrificio y el trabajo de quienes abrieron el primer surco, de quienes plantaron el primer mojón de nuestras instituciones y de nuestro progreso, nucleando en torno suyo a los primeros pobladores, es necesario escribir y difundir la historia de nuestros pueblos.
En este propósito se encuadra esta “Historia de La Verde”.


DEDICATORIA

Este trabajo que resume la historia de una localidad en la cual no nací, pero que elegí para vivir se la dedico a mi familia. De manera muy particular a mi esposo Alfonso de Avilés que proviene del mismo lugar del cual llegaron los pioneros de LA VERDE: el Principado de Asturias.
También deseo dedicárselo a mi papá (Antonio Pujol) que en este momento se sentiría muy orgulloso de este trabajo de investigación pero que desde el cielo me ha guiado a realizar en relato e imágenes para brindar un merecido homenaje a aquellos hombres y mujeres que se atrevieron a desafiar lo desconocido para buscar una nueva vida.




ASPECTO GEOGRAFICO

El territorio de nuestra Provincia se encuentra ubicado íntegramente, al igual que Formosa, en una extensa planicie boscosa denominada -Gran Chaco— que comprende además de las provincias ya nombradas, el Norte santafecino y la mitad Noreste de Santiago del Estero, con el limite natural del Río Salado; el territorio oriental de la provincia de Salta, denominado actualmente “Chaco Salteño”, una porción oriental del territorio boliviano, limitado por al Norte por el Río Otuquis, y finalmente el extenso territorio que se encuentra al “Norte del Río Pilcomayo, limitado al Este por el Río Paraguay y ni Norte por un afluente de este: el Río Otuquis, en el límite con el Brasil. Este último pertenece íntegramente a la República del Paraguay, es denominado por ello “Chaco Paraguayo” En la división que se hizo de esta enorme, región en el siglo pasado, se denominó “Chaco Boreal.’ al territorio que se extiende al Norte del Río Pilcomayo, «Chaco Central’, al que esta situado entre los dos Pilcomayo y Bermejo, y «Chaco Austral al territorio situado al sur del Bermejo hasta el, Arroyo del Rey en la provincia de Santa Fe. Hoy estas divisiones sólo tienen un valor histórico, pues las subregiones que distintos autores modernos han señalado para el Chaco tienen en cuenta factores climáticos, fito-ecográficos, hidrográficos, naturaleza del suelo, etc.
Teniendo en cuenta estos factores que han distinguido en el Chaco tres grandes ambientes meridianos; el Chaco Húmedo Oriental, el Chaco Central semiárido y el Chaco occidental árido. Claro que cada uno de estos tres grandes ambientes meridianos no son totalmente homogéneos y admiten a su vez subdivisiones en la formación del paisaje teniendo en cuenta los elementos que lo componen: la topografía del terreno, el drenaje de sus cursos fluviales, las características de sus suelos y la vegetación.
El Departamento Gral. Dónovan, del cual pertenece La Verde, se encuentra íntegramente ubicado dentro del ambiente o subregión: Chaco oriental húmedo, esta una planicie de leve declive del Oeste hacia el este, que alcanza esta zona unos 63 mts, sobre el nivel del mar y que en el norte occidental del Rió Paraná baja a 50 mts. La base del suelo es de índole sedimentaria limo arcillosa originada en el Cuartario, hace millones de años, sobre la cual se desarrolló la red fluvial que en un lento trabajo de erosión fue depositando sus sedimentos de origen aluvial y carácter arenoso. Sobre esta suelo se desarrolló la flora y la fauna que caracterizó al Chaco Oriental, que el hombre, por la explotación irracional de sus bosques y la caza intensiva, fue modificando paulatinamente.
Dentro de este ambiente ya señalado, denominado Chaco Húmedo Oriental, se han distinguido varias unidades menores: una que se identifica con ‘el lecho :mayor de los ríos Paraná-Paraguay y que se extiende a pocos kilómetros de las márgenes derechas de dichos rios; otra denominada “planicie de albardo” y depresiones interfluviales que se extiende desde al Río Pilcomayo hacia el sur hasta nuestro Río Negro, abarcando de este modo la mitad Norte del Departamento Gral. Dónovan e incluyendo a La verde dentro de sus limites Se han descrito como un: “...tramo caracterizado por una sucesión
bastante regular de cursos fluviales, albardones, cañadas y esteros... De espacios abiertos inundadles, sobresalen los suelos de origen fluvial y algunos pocos altos de terrenos los amplios espacios, en los primeros aloja la selva ‘la ribera’, y los segundos albergan isletas de monte fuerte con predominio del quebracho colorado (Schinopsis balansee) y urunday (Astronium Balansae). Hacia los bajos la selva de ribera es reemplazada por el palmeral hasta degradar en amplios pajonales y 1s isletas de monte fuerte son rodeadas por extensas coronas de espartillares. Al sur del Río Negro se extiende la unidad denominada “bajos subchaqueños y grandes bajos submenidionales” que comprendo la mitad sur de nuestro Departamento, se prolonga a todo el sector Sudeste del territorio chaqueño. Aunque no en forma brusca al principio, el paisaje va cambiando hacia el sur como consecuencia de un terreno más deprimido y por lo tanto más anegal1o hasta traducirse en una cadena de bañados y esteros.
Surcan el Departamento Gral. Dónovan de Norte a Sur: el Río Tragadero que recorre sus aguas del estero Yacurutú con una dirección de cauce hacia el Sudeste, hasta desembocar en el Riacho Barranqueras al N. del puerto ‘con un recorrido total de 98 kms. Al sur del anterior y en un sentido general con una orientación de su cauce hacia el Sudeste, también cruza nuestro Departamento el Río Negro, de curso muy sinuoso y aguas salobres, que a la altura de La Verde tuerce su rumbo hacia el Este después de recibir las aguas de uno de sus afluentes, el Arroyo San Carlos, y vuelve a retomar su orientación sudeste a la altura de Makallé para desembocar en el Paraná junto con el Río Tragadero. El Río Negro, aparte de estar tan estrechamente ligado a la historia de La Verde, es uno de los ríos de régimen autóctono más importantes del Chaco no sólo por la cuenca de 4.010 km.2 y su extensión de 257 kms, de largo, desde sus nacientes en el Estero. En Río Negro al norte de las Garcitas hasta desembocar en el Riacho Barranqueras, sino por haber alimentado y aún servido de vía de comunicaciones a numerosas colonias, como Colonias Unidas, Capitán Solari, Colonia Elisa, Bastiani, Tirol, Fontana y especialmente la Colonia Resistencia. Su lecho es angosto y profundo y lo salobre de sus aguas se debe a los terrenos salitrosos que atraviesa en su curso superior (aparentemente producto de una acumulación prehistórica de brazo de mar que lentamente se fue secando por el desplazamiento teutónico de la capa superior de la corteza terrestre. La fertilidad de los campos que recorre tiene su origen en el limo que arrastra y que en épocas de creciente deposita sobre los albardones y las tierras que inunda periódicamente desde hace milenios.
Sus meandros, dieron origen a numerosas lagunas que franquean su curso y que generalmente tienen forma de herradura, como es la característica de la laguna de La Verde. Como los otros ríos, el Negro presenta las franjas laterales de espesa y elevada vegetación conocidas con el nombre de “selvas de ribera” formada por la más variadas especies vegetales y refugio de una rica fauna de aves y mamíferos de esta región.
Más al Sur, atraviesa el Departamento, el arrollo Saladillo, afluente del Río Negro y que se origina en el Estero del Saladillo, situado en el Departamento Presidencia de la Plaza. Este arroyo une sus aguas con el Negro en las cercanías de Laguna Blanca.
Finalmente en el extremo sur del Departamento Gral. Dónovan, y ya en el sector más deprimido del mismo, se encuentran: El Estero del Toro y el Estero Chajá, que alimenta al Riacho Palometa. Aquí el paisaje cambia notablemente, con respecto a la zona norte, y la alternancia de montes fuertes les remplaza por amplias depresiones desprovistas de árboles, inundadas en la época de lluvias y cubiertas de espartillares secos con soto-bosques y palmerales en la temporada de sequías. Estas tierras, a diferencia de las zonas próximas a los ríos Negro y Tragadero, no son aptas para la agricultura, por lo que se las destina a la cría de ganado vacuno.


PUEBLOS PRIMITIVOS DE LA ZONA

De acuerdo con los hallazgos arqueológicos por el prof. N.J. Harman y alumnos del colegio secundario de La verde junto a las barrancas de los ríos, arroyos y lagunas próximas a esta localidad, consistentes en restos cerámicos de vasijas subglobulares con la superficie lisa o decorada con diversas técnicas, se puede concluir sin lugar a dudas que esta zona estuvo poblada en épocas muy antiguas, aún antes de la llegada de los españoles a la región chaqueña. Estos restos de alfarería prehistórica presentan ornamentación producida con incisiones sobre la pasta aún fresca antes de la cocción, formando guardas en surco o punteadas. También aparecen piezas con decoración corrugada o imbricada, que reciben ese nombre por la apariencia de “arrugas” en la superficie del vaso dispuestas en líneas paralelas y ocupando toda la superficie de la pieza, o bien la apariencia de un techo de tejas. Otras técnicas presentes en estos hallazgos es la decoración con incisiones efectuadas con la uña y la presión del dedo (dígito-unguicular) o bien con la impresión de cordelería y piolines de manufactura con fibras vegetales.
Estos importantes hallazgos fueron realizados según lo expresa el mencionado Autor -en las barrancas del Río Negro próximas al puente de acceso a La Verde y hasta 500 metros hacia el noroeste, en las proximidades de I,apachito; en la confluencia del arroyo San Carlos con el Río Negro, en la zona de “La Gloria” en Campo Binaghi; al S.E. de la Manzana 19 y en los bordes de la laguna próxima a Makallé Viejo. Esto demuestra que nuestra zona es rica en yacimientos arqueológicos y que una investigación sistemática podría arrojar mayor luz sobre las culturas que se establecieron en la zona en tiempos muy antiguos.
Dichos testimonios de un pasado prehistórico muy lejano en el tiempo, e incluso prehispánico coincide en sus características generales con hallazgos e investigaciones efectuados por otros autores en distintos puntos del litoral chaqueño y aún en una zona tan alejada como el Sudoeste del Chaco. La presencia de alfarería es siempre indicadora de asentamientos estables o semisedentarios de población humana. Es decir, una población que había ingresado en una etapa de evolución cultural denominada “neolítica”, como lo demuestran los numerosos artefactos de piedra pulida hallados en localidades cercanas a La Verde, como Laguna Blanca y Puerto Tirol. Aunque la existencia de alfarería no siempre es demostrativa de que haya sido acompañada por prácticas agrícolas, el hallago de azuelas de piedra pulida sugiere la posibilidad de que estos pueblos prehistóricos hayan sido pueblos agrícolas. También las influencias culturales de la decoración de los restos cerámicos revelan y confirman esta sospecha, por ejemplo la cerámica corrugada o imbricada es de origen guaranítico; la impresión de cordeles es ‘le origen amazónico según el investigador Stip Ryden, y las hachas de piedra pulida sugieren contactos culturales con los pueblos andinos. En las áreas de las culturas guaranítica, amazónica y andinas, la agricultura estaba muy desarrollada, así que no es aventurado pensar que junto con astas influencias documentadas por los hallazgos, les haya llegado también a estos pueblos las prácticas agrícolas.
De acuerdo con las investigaciones del arqueólogo argentino Antonio Serrano, esta cerámica se ubica dentro de las culturas prehistóricas que comprenden el área que se denomina «Cultura entrerriana» en su clase “Barranqueras” por ser en esta última localidad donde se encontraron los restos más abundantes y representativos de dicha área cultural. Los pueblos portadores de esta cerámica se ubicaron en la cuenca del Paraná Medio y Paraná Inferior y según el mencionado autor se trató de una “cultura de pescadores y reco1ectores, en posesión de una alfarería de formas simples, lisa y decorada pero sin aditamentos zoomorfos....” que se situarían cronológicamente entre los años 1.000 al 1.200 después de Cristo.
En una época que aún no se pude precisar, pueblos de grandes cazadores, guerreros, de recia contextura física y de hábitos seminómades, ocuparon toda la región boscosa chaqueña procedente de la llanura pampeana. Estos pueblos que en la terminología antropológica se denominan “pampidos”, trajeron consigo elementos culturales como las viviendas portátiles de estera, el manto de pieles, las boleadoras, la cuerda del arco hecha de piel, el cinturón de cuero, el paravientos, etc. Se han dado varias razones para emigración desde el Sur hasta nuestra región; el aumento demográfico de los pámpidos y la búsqueda de nuevos cotos de cacería, son los más aceptados y lógicos, si tenemos en cuenta que la geografía chaqueña les ofrecía abundancia de animales para la caza y una variada clase de frutos recolectables para su sustento.
Estos pueblos constituyeron la gran familia lingüística y étnica denominada “guaycurú’, que se subdivide a su vez en subgrupos raciales: tobas, mocobíes, abipones, pilagáes, payaguaes, guaycurues (de los cuales tomó el nombre toda la familia étnica), mahayáes, caduveos y otros que habitaron el actual Chaco Paraguayo. Estos pueblos ocuparon preferentemente el área oriental del Gran Chaco, aunque posteriormente se desplazaron al sector occidental cuando adoptaron el caballo traído por los españoles.
En el sector occidental en especial sobre los ríos Pilcomayo y Bermejo, ubicaron los miembros de la familia étnica y linguística “mataco-mata-guaya” o “mataco-maccá”, distintos racial y culturalmente a los anteriores cuyo origen no está bien esclarecido, aunque algunos autores nos tienen que constituye la población más primitiva del Chaco. Recibieron une mayor influencia cultural andina y amazónica, pues a la llegada de los españoles conocían la alfarería, el tejido de fibras de caraguatá con ornamentaciones geométricas y la cestería. De todos los pueblos antes mencionados, los tobas, los matacos o wichí y los mocovíes habitan el Chaco Austral en el Chaco Central, actual territorio de Formosa, subsisten los pilagás.
Estos fueron los pueblos que encontraron los españoles al llenar al territorio chaqueño, pues de los pueblos ceramistas cuyos restos arqueológicos aún nos sorprenden no quedaban ni rastros. Salvo que fueran su última ‘expresión los Tonocotés, con quienes los españoles fundaron la ciudad de ‘Concepción del Bermejo y las encomiendas de Matará, Cuacará y Matalá en l585, por ser pueblos agrícolas y sedentarios; o sea que vivían reunidos en pueblos y cultivaban el maíz en las cercanías del Bermejo medio.
En nuestra zona predominaban los abipones, pero en el si XVIII ya habían sido reducidos por los misioneros jesuitas en San Jerónimo, San Fernando del Río Negro y San Carlos del Timbó. Su lugar fue ocupado entonces por los aguerridos tobas, que en alianza con los mocobíes tuvieron muchos años en jaque a las poblaciones que bordeaban la región chaqueña. Cuando se produjo la ocupación militar del Chaco, los tobas ocupaban toda la zona del Chaco oriental y central, mientras que los mocovíes se situaron en el sector sur del territorio del Chaco y en el Chaco santafesino. Todos los caciques y las tribus que tenían sus tolderías en lo que hoy es el Depto. Gral. Dónovan pertenecían a la etnia toba uno de los últimos jefes tobas, el cacique Biriri, se rindió con los restos de su tribu ante la guarnición del Fuerte de Makallé en 1897, después de haber combatido encarnizadamente a las tropas del Ejercito Argentino por espacio de muchos años.


LA 0CUPACION MILITAR

Las tribus guerreras del Gran Chaco lograron mantener el dominio de casi toda la región chaqueña durante el periodo hispánico y posteriormente a la Revolución de Mayo, continuaron ejerciendo su posesión a pesar de algunas expediciones militares
procedentes de la frontera con Santa Fe, Córdoba, Salta y de la ciudad de Corrientes. Sólo una cadena de fortines que se extendían desde el Norte de la ciudad de Santa Fe hasta las Provincias de Salta y Jujuy, apoyándose en gran parte sobre el Río Salado, lograban contener a duras penas las incursiones que periódicamente realizaban los aborígenes sobre las poblaciones y establecimientos ganaderos.
Algunas autoridades provinciales como los Gobernadores de Corrientes y de Santa Fe, lograron concertar con los principales caciques, tratados de paz y amistad, sobre la base del intercambio de mercaderías, entrega de cabezas de ganado para alimentación de los indígenas, intercambió de prisioneros y el reconocimiento a estos de la posesión de sus tierras.
La penetración y ocupación sistemática del territorio chaqueño se inició recién en 1870, con la expedición del Coronel Napoleón Uriburu. Este militar cruzó el Chaco desde Colonia Rivadavia, en la frontera salteña junto al Río Bermejo hasta el paraje San Fernando del Río Negro. Lo hizo con el Regimiento “Nueva creación” de 238 efectivos y 16 jefes y oficiales. En su transcurso tomó contacto con el célebre Cacique Juanelrai, Cacique Rico o también llamado “Cacique Inglés”, quien tenía su centro de operaciones en los campos de Napalpí.
Otras expediciones que nos interesan por haber atravesado los campos cercanos a donde actualmente se encuentra La. Verde, fueron: la del Mayor Jorge Luís Fontana de l880, quien con 60 efectivos salió de la Colonia Resistencia en dirección N.E. y siguió un camino paralelo al curso del Río Negro hasta llegar al paraje “la Cangayé”, con la finalidad de abrir una nueva ruta hacía Salta; la del Coronel Francisco Bosch - Gobernador del Chaco, ,quien partió de Resistencia en abril de 1883 y se internó rumbo al N.O. con 320 soldados y una comisión Científica encartada de estudiar el terreno para futuras operaciones. A unos 4 días de marcha y unos 55 km. de Resistencia, una columna a, cargo del Ayudante Lobato atacó la toldería del Cacique Tenereri, con el resultado de varios indios muertos, tres prisioneros y un sargento gravemente herido. Más adelante y ya en los campos de Asinaltay —cerca de la actual Machagai— se produjo otro enfrentamiento armado, esta vez con el cacique Dialrochi, a consecuencia murió el Subteniente Luís Cardoso y un soldado.
Estos encuentros, eran el preludio del hecho bélico principal de esta campaña que tuvo lugar en el campo de Napalpí el 5 de mayo, cuando el celebre Cacique Juanelrai, a quien respondían los caciques antes mencionados, aceptó el desafío de las tropas del ejército y presentó batalla campal. En esta ocasión, las fuerzas del Regimiento 6 de caballería que comandaba, el Coronel Bosch, lograron resistir las tres violentas embestidas de 1o guerreros de Juanelrai, validos de su mayor poder de fuego y precisión de su armamento. No obstante, el coronel Bosch tuvo que reconocer la valentía del caudillo Indígena que montado en un plateado y blandiendo enorme lanza, animaba a sus hombres recorriendo temerariamente la línea de batalla. Finalmente, herido abrazado al pescuezo de su caballo debió retirarse de la acción seguido por sus
hombres.

En 1884 se realizó la Campaña del General Benjamín Victorica, Ministro Guerra del Presidente Julio A. Roca. El objetivo principal de esta campaña era establecer una línea defensiva de fortines en las márgenes del Río Bermejo y someter a las principales tribus que aún se mantenían en guerra defendiendo sus antiguos dominios.
Otros objetivos eran fundar pueblos y colonias, explorar el Río Bermejo y abrir un camino seguro entre Resistencia y Salta.
La estrategia utilizada fue la de hacer converger hacia el interior del Chaco, cuatro poderosas columnas expedicionarias. La primera. columna comandada por el prono Gral. Victorica debía partir del paraje “El Timbó” (Puerto Bermejo) con el apoyo de otra columna auxiliar que debía partir de Resistencia. Ambas debían seguir el curso del Río Bermejo hasta llegar al Paraje “La Cangayé”, punto de reunión de todas las fuerzas. La segunda columna debía partir de Formosa al mando del Corone]. Ignacio Fotheringam; la tercera al mando del Teniente Corone]. Ibareta, debía arrancar de la frontera de Salta y cubriendo ambas márgenes del Río Bermejo, avanzar hata La Cangayé. La cuarta columna, al mando del Coronel José María Uriburu con el regimiiento 12 de Caballería, debía salir del Fortín Kochorek, ubicado al sur del actual territorio chaqueño, y dirigirse hacia el Norte, cubriendo un frente cuatrocientos kilómetros. El grueso del Regimiento partió de Kocherek en dirección a La Cangayé, pero Uriburu destacó otras columnas menores para explorar todo el territorio hasta la margen sur del Río Bermejo. Estas columnas llevaron el mayor peso de la campana pues atravesaron una zona del Chaco sumamente boscosa, en parte anegadiza y en otros sectores totalmente carentes de agua. También fueron las mayor número de combates libraron con las tribus guerreras de nuestra región, entre las que se destacaban las que respondían al célebre cacique Mesogchi y sus capitanejos o caciques menores que le respondían; Danchi, Petaiki, Tenaki e Irasoik.
Uriburu envió una columna al mando del Teniente Luís Aguirre Con 20 soldados, quien partió del Fortín Kocherek con la misión de llegar al “Lago de la Concepción” (cerca del actual pueblo de Presidencia Roca) y vadear el Bermejo en eso punto, para explorar toda su margen izquierda hasta La Cangayé. Como debió desviar hacia el Este para después enfilar hacia al Bermejo, esta fue la única columna de la Expedición Victorica que atravesó los campos cercanos a nuestra zona, sin registrarse combates de importancia.
La expedición Victorica de 1884 no resolvió el problema de la ocupación militar del Chaco Central y Austral. La línea de Fortines establecida sobre el Río Bermejo fue seriamente afectada por los desbordes de este río en 1886; casi todos los fortines sufrieron serios deterioros. Además las escasas guarniciones eran impotentes para controlar los movimientos al sur y al norte de esa línea. De ese modo los tribus que aún se encontraban en pie de guerra seguían sus incursiones atacando a las colonias recién establecidas sobre el Río Paraná y a los obrajeros y colonos que se internaban algunas leguas al oeste de Resistencia.
Hacia 1887 la Cuarta División de Ejército estaba al mando del nuevo Gobernador del Territorio del Chaco Gral. Antonio Dónovan, quien reemplazó al primer Gobernador Gral. Manuel Obligado. Dónovan contó con la eficaz colaboración del Coronel José María Uriburu al mando de la primera Brigada compuesta de los Regimientos 12 y 5 de Caballería más el Batallón 9 de Infantería. Con estos efectivos operó en la línea del Bermejo y reconstruyó todos los fortines, aumentando su número basta un total de 28 que cubrían un frente que iba desde el Río Paraguay hasta Colonia Rivadavia en el límite con Salta. Además, dispuso que efectivos del 9° de Infantería ocupasen el Fortín Napalpí para destacar diversas partidas que debían someter a las tribus que aún se mantenían en pie de guerra en el interior del Chaco Austral. Estas eran aún numerosas y respondían a la jefatura de diversos caciques que tenían, bajo su mando a grupos de indios armados y aguerridos que preocupaban a las autoridades. Su movilidad por el uso del caballo y el empleo de armas de fuego les permitía atacar a las colonias recién establecidas en el litoral del Paraná e impedir que los obrajes y colonos se aventurasen más al oeste de Resistencia. Uno de estos caudillos indígenas que aún se mantenían en guerra era el Cacique toba Petiso con 250 hombres de pelea.
Para someter a este cacique envió Dónovan en l890 al Coronel Racedo a ocupar Napalpí, punto estratégico del centro del Chaco, Petiso burló todos los intentos por capturarlo hasta que en abril de 1991 Uno de los Hermanos Hardy del Ingenio de Las Palmas se entrevistó con él por pedido del Gral. Dónovan. A cambio de obedecer a las autoridades este jefe indigena con siguió que se le permitiera establecerse con su tribu en Laguna Blanca y se le entregasen tierras para que los suyos pudieran trabajarlas. Además se les permitiera a sus hombres ‘mariscar” en los montes cercanos para procurarse sustento.
En 1893 ocupó la. Gobernación del Chaco el Coronel Enrique Luciaga, quien contó con la eficaz colaboración del jefe de la Guarnición de Resistencia, Gral. Lorenzo Winter. Este jefe, con el apoyo del Gobernador se propuso desplazar más oeste de Resistencia el sistema defensivo para proteger a las colonias agrícolas ya existentes y las nuevas que se proyectaban en el futuro. Para esos años ya estaban establecidas las colonias de Tirol y Co1onia Popular, entre 15 a 30 km. al oeste de la capital del Territorio, bajo la protección del Fortín Cardozo. Un avance significativo fue el establecimiento de los fortines Makallé, Lapachito, Aguilar e Indio Disparado o Brandsen. Los dos primeros junto al curso del Río Negro y situados a unos de 60 km. al oeste de Resistencias
Estos fortines fueron necesarios en virtud de que en esta zona aún e mantenían en pie de guerra los caciques Saraú, cuyas tolderías estaban situadas en las márgenes del Río Negro, en donde hoy se encuentra la localidad de Makallé; el cacique Hirirú o Hirí que habitaba con su tribu en los terrenos situados entre Colonia Mixta y La Eduvigis. Por su parte la tribu del cacique Caballero operaba entre los ríos Salado y Negro. Todas pertenecían a la etnia toba aunque venían guerreando contra tropas del Ejercito Nacional desde hacia muchos años, su situación era desesperada. Acosado desde diversos frentes, sus tolderías arrasadas, sus filas diezmadas por los continuos combates donde según lo partes del Ejercito siempre llevaban la peor parte, sus familias famélicas por la falta de alimentos, sus cotos de caza en continua disminución y sus caballadas cada vez más raleadas, su ocaso se acercaba rápidamente.
Así lo entendió el ya mencionado cacique Hirirí, quien a fines de Agosto de 1897 depuso sus armas y acompañado de los miembros de su hambrienta tribu se presentó a concretar su rendición en el Fortín Makalle.
A partir de ese momento estos aborígenes comenzaron a trabajar como peones en los obrajes y colonias en las tareas de desmonte y de cultivo que comenzaron a incrementarse con las primeras concesiones de tierras en esta zona. Su situación, sin embargo, no mejoró sustancialmente. El mismo Coronel Obligado que fue el primer Gobernador del Territorio del Chaco, denunció los abusos que se cometían con ellos, especialmente en los obrajes, donde se les contrataba por un salario imaginario, se les pagaba en vales no en moneda o en el peor de los casos con alimentos y bebida de mala calidad.

EL FORTIN MAKALLE
Por estar muy ligado a la ocupación militar de esta parte del Chaco y haber posibilitado el establecimiento de colonias agrícolas en lo que sería después la colonia y pueblo de “La Verde”, este fortín merece una referencia especial. Como vimos su instalación se remonta a los comienzos de la gestión del Gobernador Luzuriaga al hacerse cargo de la Guarnición Resistencia el Genera1 Lorenzo Winter, estableciendo como fecha aproximada e1 año 1894. Como todos los fortines de la época, es posible que al principio sólo se tratase de un campamento militar con algunas construcciones precarias de barro y paja, rodeadas de una empalizada de palo a pique un foso como sistema defensivo, la dotación no pasaría de 8 o 10 soldados, 1os sufridos “fortineros”, cuya misión era la de realizar periódicas “descubiertas” en los alrededores para detectar la presencia de tribus sublevadas y alertar de inmediato a los otros fortines y a la Comandancia.
A fines del siglo pasado e ordenó a todas las guarniciones establecidas sobre las márgenes del Río Negro que se retirasen de sus emplazamientos, lo que efectuaron abandonando los cuarteles, almacenes, corrales y todas sus instalaciones defensivas. Tal lo ocurrido con las perteneciente a los Regimientos l° y 8° de Caballería de Línea que las ocupaban. Esta medida fue un grave desacierto, pues algunas tribus, al ver desguarnecida esta línea, comenzaron a atacar los establecimientos ganaderos y agrícolas que se habían afincado al amparo de esos fortines. El hecho más dramático ocurrió con el ataque el 13 de marzo de 1899 al establecimiento propiedad de la Condesa Alice Le Saiga de origen francés, en el paraje “La Palometa” en las proximidades de la localidad de Basail. Tanto la Condesa como algunos peones
Murieron o resultaron heridos a manos de los indígenas.
Como esta situación se repitió en otros lugares, los pobladores de la Colonia Novaro, por iniciativa del Sr. Victorio Ghío, resolvieron levantar una sólida construcción de madera, de elevado porte, en el mismo lugar donde había estado los cuarteles de los regimientos citados. La construcción contaba con galpones de dos pisos, con troneras situadas estratégicamente para disparar las armas de fuego. El mismo Vitorio Ghío bautizó al fortín con el nombre de “Makallé”, que no es una voz indígena de la zona, sino el nombre de una fortaleza italiana de Abisinia (África), que en esos años resistió con éxito la embestida de las tribus africanas por espacio de varios meses. El origen italiano del Sr.Ghio, explica esta preferencia por rendir homenaje a un hecho de armas protagonizado por sus compatriotas en una etapa de expansión colonialista de su patria de origen.


ULTIMAS OPERACIONES MILITARES
Frente a estos nuevos ataques de las tribus que aún defendían sus antiguos dominios a pesar de los duros reveses que habían sufrido frente a las tropas nacionales, el General Lorenzo Winter, organizó por orden del Gobierno Nacional una nueva campaña que se inició en febrero de 1899. Los objetivos de esta campana eran proteger a las colonias del norte santafecino, las situadas más al norte sobre los ríos Paraná y Paraguay, trazar
un camino entre los distintos destacamentos y el tendido de una línea telegráfica
que facilitase las comunicaciones entre los fortines y permitiese un mayor control de
los movimientos bélico de las tribus.
Los regimientos involucrados fueron el 1, 6, 8 y 12 de caballería y 3° de artillería, con un total de 1.700 efectivos. Las columnas debían partir desde colonia Florencia, del Fortín Kocherek y del Fortín Encrucijada en el sector Sur u Suroeste del territorio chaqueño. Otras dos columnas debían internarse en el Chaco
desde Resistencia y Formosa. Nos interesan las operaciones que realizó el
Regimiento 1° de Caballería al mando del Teniente Coronel Juan J. Gómez que salió de Resistencia rumbo a Napapí y siguió el camino ya conocido de los fortines Makallé, Lapachito y Fortín Aguilar, cuyas guarniciones habiánse restablecido. Es decir que batió los campos próximos a la actual población y colonia de “La Verde”, donde aún se mantenían algunos grupos indígenas en estado beligerante. La principal acción de esta columna fue el encuentro de una columna de 40 efectivos con una toldería de indios tobas en el paraje “Chajá” al N.O. de Napalpí quienes habían robado 100 vacunos de la Colonia “La Popular”. El resultado fue la fuga de los aborígenes, no sin antes presentar dura batalla.
A pesar de que los informes oficiales daban como resultado el sometimiento de 1.500indigenas en el Chaco Austral, las autoridades calculaban que aún merodeaban cerca de Makallé, Colonia Popular, Presidencia Roca y Fortín Carlsen, unos 3.000 indigenas no sometidos. Esta campaña sólo había logrado “empujar” a las tribus hacía el Bermejo pero sin doblegarlas realmente.
Por este motivo y porque continuaba la situación de intranquilidad en las colonias creadas en el litoral del Chaco y Formosa, en 1907 fue creada la División de Caballería del Chaco, la que se puso bajo las órdenes del Coronel Teófilo O´Donell y cuyo cuartel general fue la ciudad de Resistencia. Los objetivos eran la ocupación paulatina de todo el territorio hasta el Río Pilcomayo, el levantamiento de croquis de caminos y el sometimiento pacífico de los indios. Durante el desempeño del Coronel O´Donell una formidable alianza de los caciques tobas Nocolí, Nocorí, Zacaide, Juan Tomás y El Negrito, arrasaron los fortines Brown y Warnes, atacaron los fortines Urquiza y Arenales, todos sobre la línea del Bermejo. Defendidos por el Capitán Hermelo, las huestes de dichos caciques se estrellaron contra los dos últimos fortines. Nocorí murió en la acción y Matolí con parte de sus guerreros fue capturado y muerto posteriormente en un intento de fuga.
Al Coronel O´Donell sucedió en el mando de la División de Caballería en el Chaco, el Coronel Enrique Rostagno. A partir de 1911 en la unidad se denominó “Fuerzas de Operaciones en el Chaco” y tenía a su cargo realizar la última campaña militar en el Chaco que se extendió hasta 1914, año en el que fue disuelta y reemplazada por el Regimiento 9 de Caballería de Línea, comandada por el Tte. Carlos D. Fernández. A partir de ese momento la ocupación del Chaco por las tropas nacionales se consideró completada y reafirmada con la fundación de importantes Centros poblados, como Presidencia Roque Sáenz Peña en el Chaco y Comandante Jorge Luís Fontana en Formosa (1912).
Con respecto a la campaña del coronel Enrique Rostagno que se inició en 1911 interesan las acciones que tuvieron lugar en las proximidades de hoy es La Verde y que consolidaron el dominio territorial con vistas a la creación de colonias agrícola -ganaderas en nuestra zona.
En esta oportunidad le correspondió al Regimiento 7° de Caballería operar en el sector del Chaco Oriental, desde Resistencia donde se encontraba su cuartel general. Según las precisas instrucciones del Jefe de la Campaña, ;las fuerzas de este Regimiento siguieron el camino: Resistencia-Fortín Makallé, pasando por los fortines Lapachito y Laguna Limpia hasta llegar al pueblo de Presidencia Roca, Sobre el Río Bermejo. Tenía la misión de efectuar un prolijo relevamiento de los terrenos a recorrer en un ancho de 7 a 8 kilómetros a ambos lados de su línea de avance. Con esto se pretendía reconocer la calidad de las tierras destinadas a futuras colonias, en virtud de que los aborígenes de esa zona ya se encontraban sometidos. Por el mismo motivo fueron desmantelados los fortines Pringles y Aguilar, mientras el Fortín Lapachito pasó a la categoría de “Gran Guardia” con el nombre de “Granaderos a Caballo” y con un efectivo de 10 hombres. Su destino fue e1 de ser puesto de etapa para la alimentación de hombres y ganados que se trasladasen desde Resistencia a presidencia Roca.
El hijo de la tierra, el aborigen chaqueño, había doblegado su cerviz en esta parte del Chaco al imperio de 1a “civilización blanca”, después de cuatro siglos de lucha continua en defensa, de su libertad, de sus tierras y de su modo de vida. Protagonistas de una épica que aún no se ha cantado, etnias sobrevivientes claman hoy por el respeto a sus derechos ciudadanos y porque se les reconozca un lugar digno en nuestra sociedad.



LA COLONIZACION

El comienzo de la colonización agrícola en el Chaco se inició en 1.878 con la 1lerada de las primeras 30 familias italianas inmigrantes en colonia “Resistencia” colonia que había sido creada y mensurada entre 1875 y 1876 durante el Gobierno del Presidente Avellaneda. A partir de ese momento y al amparo de la Ley de inmigración y Colonización N° 817 de 1876 se crearon varias colonias en las costas chaqueñas de los ríos Paraná y Paraguay que prosperaron rápidamente. Entre l879 a 1886 surgieron desde el Sur hacia el Norte del Territorio: las colonias Avellaneda, junto al Arroyo del Rey, Las Garzas, Ocampo, las Toscas y Florencia, además de la reducción aborigen de San Antonio de Obligado. Al norte de Resistencia se establecieron las colonias Las Palmas, Río de Oro, Puerto Bermejo y Formosa.
Esta etapa de rápido proceso colonizador del litoral chaqueño en pocos años, prometía un futuro promisorio para el poblamiento del interior, hacía el oeste de Resistencia. Esto era posible si tenemos en cuenta que en 1884 se había iniciado la ocupación militar del Chaco y establecido una línea defensiva de fortines sobre el Bermejo, reforzada en 1888. Las tribus que aún continuaban la lucha al sur y al norte de esa línea iban siendo sometidas paulatinamente por el constante acoso de las tropas nacionales y los aborígenes comenzaban a trabajar como “mano de obra barata” en los obrajes y colonias que se iban creando. Además, a partir de la Ley 1532 de 1884 el Chaco había sido organizado definitivamente como Territorio Nacional y el 25 de noviembre de ese año fue designado Gobernador el General Manuel Obligado, veterano de las campañas militares contra el indio y profundo conocedor de la región. Pese a los esfuerzos de Obligado por organizar políticamente a la Gobernación, establecer sus instituciones fundamentales y a traer nuevos inmigrantes para la colonización, las dificultades fueron muy graves especialmente en lo concerniente a la disposición de las tierras fiscales.


LAS CONCESIONES DE TIERRAS

La ley de Inmigración y Colonización de 1876 ya citada establecía cinco “sistemas de colonización: a) Colonización directa por el Estado; b) Colonización indirecta sirviéndose de empresas particulares en tierras ya mensuradas y divididas; c) colonización por iniciativa individual; d) Colonización por los Gobiernos Provinciales estimulados por la Nación y e) Colonización por particulares amparados por el Estado La colonización por particulares se prestó a numeroso a abusos y abrió amplias posibilidades para la especulación. Si bien es cierto las empresas estaban obligadas a fraccionar las tierras concedidas en lotes, introducir familias colonizadoras e invertir en construcciones y mejoras, bajo pena de multas y aún la caducidad del contrato, requisitos que no se cumplieron y las sanciones no fueron aplicadas. Mediante artimañas, influencies y favoritismo político los concesionarios conseguían burlar la norma legal.
Este descomunal despilfarro de la tierra pública alcanzó a los territorios del Chaco y
Formosa y tuvo como consecuencia la detención del impulso colonizador que había comenzado tan auspiciosamente en l878. Así lo advirtió el Gobernador Manuel Obligado al Ministro del Interior en l885, solicitándole que no se adjudicasen grandes extensiones de territorio a empresas particulares y en cambio se en entregasen inmigrantes, es decir “…a personas que vengan efectivamente a poblarlo o emplear aquí sus capitales y aumentar la población y el cornercio...”
Diversos decretos de Avellaneda tendientes a regularizar la situación fracasaron en su aplicación y la Ley del 21 de noviembre de l89l, llamada de “liquidación” de tierras, sólo sirvió para que la mayoría le los concesionarios se hicieran propietarios con el cumplimiento de mínimos requisitos. Ante esto el Gobierno Nacional dictó un enérgico Decreto del 9 de febrero de 1895 que declaró caducas, sin más tramites, las concesiones que no hubieran sido mensuradas dentro del plazo fijado por la ley. Pero el mal ya estaba hecho y solamente en el Chaco, unas pocas personas o empresas particulares se habían apropiado de una inmensa extensión de las mejores tierras que alcanzaba a l.008.230.
En 1888 la Sociedad Colonizadora. “La Popular” establece concesión mediante ocho colonias en territorio chaqueño: “Benítez”, “F1ix de Azara”, “Gral.. Vedia, “Juarez Celman”, “La Arocena”, “Nueva Alcalá”, “Miguel Ángel”, “La Popular”, la mayoría situadas en las cercanías de los ríos Paraná y Paraguay, pero “Colonia Popular” fue ubicada a 35 km. al oeste de Resistencia, en dirección al Fortín Makallé. Hacia 1889 esta colonia que tenía 16 leguas de extensión contaba con 132 familias y 463 habitantes. A pesar del entusiasmo con que el Cobernador Antonio Dónovan habla del progreso de dichas colonias en sus informes, su sucesor el Gobernador Cnel. Enrique Luzuriaga nos pinta en l893 un panorama. más realista y mucho más negativo como una consecuencia de los grandes abusos y practicas viciosas enunciadas tenemos la existencia en este territorio, de varias tituladas colonias que en realidad nunca han tenido ni tienen de tales más que el nombre, como las colonias “Amalia”, la Arazena, la “Popular’, la “Lucinda” y otras más. No hay en ellas familias agricultoras ni para un plantel de colonos ni administradores o encargados legales de ellas, si elementos de conducción, ni los útiles más indispensables para el laboreo de la tierra; nada, en fin, que siquiera denuncie que hubo designio de cumplir con los términos de la ley le colonización.
El mismo Gobernador denunciaba en 1894 que la única finalidad que perseguían la mayoría le los concesionarios de tierras era la explotación de los bosques de forma indiscriminada, y que se llegaba al extremo de reclutar por un cierto tiempo a un escaso número le familias con el fin le justificar ante los inspectores nacionales el cumplimiento de los prescripciones legales y que una vez cumplido esto, esas familias quedaban libradas a su suerte, en el mayor abandono y desamparo. De este modo conseguían la propiedad de las tierras, pero no propendían a la colonización ni a la producción de ellas. En esta situación colocaba a varias de las colonias establecidas, entre ellas: colonia “Novaro” que incluís tierras que después formaron parte del ejido de localidades como Makallé y La Verle.
Dada esta situación, no es de extrañar entonces, que la: colonización y el poblamiento del interior del chaco se encontraba pácticameite detenida a fines del Siglo pasado. Esto se encuentra reflejado en el censo de 1895, ya que de 10.422 habitantes blancos que tenía el territorio, el 80% se encontraba ubicado en las colonias y pueblos del litoral, y unos 2.000 habitantes solamente se hallaban dispersos en las demás zonas del Chaco.



PRIMEROS INTENTOS DE POBLAMIENTO
La primera concesión le tierras que se efectuó en nuestra zona fue 1a de 80.000 has, otorgada a la Sociedad Bartolomé Novaro y Compañía el 24 de noviembre le 1887. La ley exigía a los concesionarios la introducción de un número determinado de familias para colonizar, pero estos eludieron dicha oblación y concedieron la mitad de la concesión a la empresa “La Colonizadora Popular” con la obligación de introducir 250 familias. Esta empresa cumplió parcialmente lo estipulado vendiendo a. los colonos lotes de 100 has, a $ 6,8 y hasta a $ lO la hectárea. Posteriormente, el mal estado de sus negocio la llevó a la quiebra y los colonos que habían adquirido de buena fe los lotes no pudieron ser propietarios de 1os mismos, pese a que se había dado cumplimiento a la mayor parte de sus obligaciones.
Con posterioridad “La Co1oniadora Popular” transfirió sus derecho al Sr. Honorato Carozzi y este a su vez al Juan Penco, quien quedó como concesionario y hacia marzo de 1897 gestionaba ante el Gobierno Nacional la adquisición definitiva de la concesión. Finalmente le fue otorgada la concesión en propiedad a Juan Penco en el mes de noviembre de 1897, por lo cual todos los terrenos que incluían el Fortín Makallé y al Fortín Lapachito, ambas márgenes del Río Negro recibieron el nombre de ”Colonia Penco» en los documentos oficiales.
La mensura do los 80.000 has. concedidas inicialmente a Novaro y Compañía fue realizada por Alfredo Friedel en 1893 y aprobada por Decreto del 15 de junio de 1897. Toda, la superficie de la concesión fue subdividida en lotes de 10.000 Has. de acuerdo con la Ley de “liquidación” de 1891. pero ocurrió que los pobladores que venían ocupando los terrenos concesionados por la “Colonizadora Popular” y que habían satisfecho casi todas sus obligaciones, Reclamaron sus derechos sobre esos lotes. En vista de esto y previa intervención de la Dirección de Tierras, el Poder Ejecutivo dispuso por Decreto del 26 de julio de 1897 que se redujera de la concesión 6.422 Has, para ser adjudicadas a los pobladores de Colonia Popular que las habían adquirido entre el 7 de marzo de
1888 y el 19 de febrero de 1892. En consecuencia, les quedaron al Sr. Juan Penco 73.578 has. Por Decreto del 23 de octubre de 1897 el Gobierno Nacional dispuso la escrituración definitiva de las tierras correspondiente a esta colonia con las reservas señaladas más arriba.
Al producirse el fallecimiento del Sr. Juan Penco, la escritura definitiva de los terrenos de la Colonia se efectuó en Buenos Aires el l° de Mayo de 1909 a nombre de sus herederos: la Sra. Evangelina Farías de Penco y el Sr. Juan M. Penco. Ambos ya habían resuelto la subdivisión y venta de los terrenos de la colonia, por lo cual encargaron la mensura de la misma al Ing. José A. Medina. Recien en 1916 e inician los trabajos de relevamiento de los terrenos que rodeaban al pueblo de “Makallé”, que estuvieron a cargo Ing. Alberto C. Palacio y el martillero Sr. Carlos Olmi. El remate de los lotes se efectuó el 11 de febrero de 1917 y de este modo los pobladores adquirentes pudieron tomar posesión de los campos, previos trabajos le amojonamiento y demarcación.
De este remate de las tierras que después darían asiento las colonias circundantes de “La Verde” nos quedaron noticias periodísticas, gracias que el martillero Cerios Olmi hizo publicidad del mismo en los diarios de Resistencia a partir del 22 de enero de 1917. En estas publicaciones se trató de atraer el interés de los futuros pobladores señalando las virtudes naturales que ofrecían esos campos “Tierra fertilísima, con agua a ,4 metros, donde se produce algodón, caña de azucar, etc. También apta para pastoreo; hay lotes con abundancia de bosques de quebracho, algarrobo, 1apacho, jacarandá, etc.” Como vemos, había para todas las preferencias: el agricultor, el ganadero y el productor forest1.
De este remate participaron no solo quienes ya estaban en posesión de lotes en la zona que comprendía la. “Ex—Colonia Penco”, sino nuevos interesados en colonizar esos lugares. Un enviado periodístico desde la capital del Territorio, reflejaba así el clima reinante en la subasta: “El gran remate de ayer congrego más de 500 personas. La venta se inició a las 8 y media y se prolongó con intervalos para el almuerzo y cena hasta la 1 y media de la madrugada. Hubo tren gratis que paraba en todas las estaciones. Falta todavía autorización del Juez Escobar para rematar el resto.” Este ultimo párrafo hacía mención a las tierras del pueblo “Juan Penco” (Makallé), cuyo remate se efectuó el 10 de junio de 1923.
Es decir que en 1917 se cumplió una importante etapa para la legalización de la tenencia de la tierra de los primeros colonos y a su vez favoreció la radicación le nuevos propietarios, algunos le lo cuales darían origen al conglomerado inicial del pueblo de La Verde.

LOS FACTORES QUE FAVORECIERON LOS POBLAMIENTOS

Fueron diversas las causas que llevaron a los primeros pobladores de nuestra zona a aventurarse en los dominios del indio, quien en la última década del siglo pasado incursionaba en son de guerra a escasos kilómetros al oeste de Resistencia. Vimos que una de las principales riquezas que ofrecía la región chaqueña era la abundancia y variedad de sus maderas. La explotación forestal se anticipó a la agricultura y a la ganadería también, en nuestra zona, tal como había ocurrido en el litoral de los ríos Paraná y Paraguay. Así tenernos que a partir de 1890 en torno al fortín Makallé se fueron ubicando los primeros pobladores que darían vida y actividad económica a esa población: Benjamín Maurel, Victorio Ghio, Clemente Calabroni, Larcheri, Rodolfo Gabardini, Morelli, Zapata y José Alsina, entre otros, su actividad fue la explotación de los bosques y los obrajes tenían como administración principal un rancho situado cinco kilómetros al norte del Río Negro. Los aborígenes incendiaron esta construcción pero el sitio fue ocupado nuevamente en 1909 —alejado ya el problema de los ataques indígenas— por Francisco Coto y Mateo Zumelzú.
A partir de estas primeras penetraciones en el “desierto verde” por el hombre blanco, asistimos a la convergencia y sucesión de varios factores que, reforzándose mutuamente en el tiempo y en el espacio, permitirán el poblamiento y la actividad económica de esta zona del Chaco.
En primer lugar recordemos que las Campañas militares de l884 comandada por el Gral. Victorica y posteriormente las del Gral. Lorenzo Winter en l899, el Tte. Coronel O’Donell en 1907 y la del Coronel Enrique Rostagno en 1911, minaron la capacidad ofensiva de las tribus y finalmente las sometieron, alejando el peligro que significaban hasta ese momento para los obrajes y colonias. Vinculados a estas operaciones militares, estaban los fortines Makallé, Lapachito y Aguilar, cuyas guarniciones garantizaron relativamente la seguridad de los primeros pobladores blancos que ocuparon estas tierras. Otro factor importante fue la concesión de tierras y las primeras subdivisiones o loteos como el que dio origen a la Colonia Popular, ubicada entre Resistencia y el Fortín Makallé. La subdivisión y remate de lo que originalmente era la Colonia Novaro y posteriormente la Colonia Penco, determinó —como vimos— la radicación estable de los primeros pobladores en esta zona. Simultáneamente la explotación forestal adquiría un nuevo impulso con la fundación de las primeras fábricas de tanino en el Norte santafesino desde 1898, con capitales ingleses y el avance del ferrocarril francés que en 1899 llegó a la Sabana, convirtiéndose esta localidad en “punta de rieles” en año 1906 D. Gustavo Lagerheim instalaba la primera fábrica de tanino en el Chaco, otorgando e los obrajes de toda la zona una importancia de primera línea, por la abundancia del quebracho colorado que constituye su materia prima en todos los bosques de la región..
Por su parte el Gobierno Nacional retomó el impulso colonizador que se había detenido a fines del siglo anterior, cuando el 25 de abril de 1907 decretó la reserva de 500.000 Has. desde la costa del Bermejo hacía el Sur, con la finalidad lo crear una colonia pastoril. En el mismo año se creó la Colonia Mixta, a las que le siguieron, la creación de la Colonia “El Zapallar” en 1909 y la presidente Uriburu en 1911.
Uno de los factores decisivos de este proceso de colonización del interior chaqueño y que tiene directa relación con el poblamiento de La Verde fue la llegada del ferrocarril, La Ley 5559 del 11 de septiembre de 1908, llamada de “Fomento de los Territorios Nacionales”, establecía la construcción de línea ferroviaria que uniese el puerto de Barranqueras con la localidad de Metán en Salta. Este ferrocarril debía facilitar el poblamiento del interior chaqueño —como efectivamente ocurrió— y al mismo tiempo combatir al latifundio, librando las tierras fiscales a la producción agrícola—ganadera en manos de pequeños productores. Su construcción se inicia en 1909 —el 1° de Mayo— y ese mismo año llega a Makallé y al año siguiente al Km. 6O (Lapachito), cruzando las tierras de la Ex—Colonia Penco.
Las vías del ferrocarril Central Norte —tal fue su nombre— llegaron en l912 a Presidencia Plaza y Machagai, y en 1914 a Saenz Peña y Avia Terai.
Con el avance de la línea férrea, llegaron a esta zona no sólo los primeros colonos que habrían de poblarla, sino también una masa heterogénea de hombres y mujeres provenientes de distintas provincias, pero en especial de Corrientes, empleados en el tendido de la línea ferroviaria o con el fin de buscar trabajo en los obrajes y chacras que surgían al amparo de este nuevo impulso colonizador.


LOS PIONEROS
Con el nombre de “El Timbó” se conocía al paraje ubicado en la margen izquierda del Río Negro, al Norte de lo que sería a partir de 1910 la “Estación Kilómetro 60” -del Ferrocarril Centra1 Norte o “Estación Lapachito”, nombre este último que adoptó del Fortín que en 1905 creara el Teniente Coronel O’Donell y que se hallaba ubicado en la Legua 52 o paraje “la Fusa”
A este lugar llegó antes de 1905 el Señor Manuel Meana Mones con la misión de construir un puente que uniese la Co1onia Juan Penco —quien encargó la construcción del puente sobre el Río Negro— con la Colonia Pastoril.
‘El Señor Meana Mones, quien estaba casado con Juana Pumarada y Valdés, construyó una vivienda junto a la barranca de la margen izquierda del Río para traer a su familia. Así es como su yerno José González Entrialgo, casado con María Covadonga Meana y sus hijos menores Lucinda, Guillermo y Manuel Eulogio, se unieron al matrimonio Meana Mones y constituyeron la primera familia que se estableció en el lugar que con el tiempo daría el pueblo de La Verde.
José González Entrialgo era primo del Sr. Faustino Peón, inmigrante nacido La Collada- Cangas de Nancea-Asturias, España, y que para esa época estaba domiciliado en la estación “Los Amores” (norte santafecino) junto con su hermano menor Benigno Peón nueve años menor que el y su primo Basilio Menéndez. Ambos hermanos estaban ocupados en tareas de obraje y el primero era propietario del campo “Las Delicias”, donde también se dedicaba a la explotación ganadera. ‘Entrialgo invitó a Faustino Peón a venir a establecerse en “El Timbó” ponderando las bondades de los quebrachales de la zona, los campos aptos para el pastoreo y le fertilidad del suelo. Se deduce que Faustino Peón 1legó al lugar en 1910, en el mismo año en que las vías del ferrocarril Central Norte alcanzaron el Kilómetro 60 (Lapachito) e inmediatamente trajo a su hermano Benigno, a quien le siguió posteriormente su otro hermano Sixto y su primo Basilio.
Los hermanos Faustino y Benigno Peón formaron una sociedad comercial dedicada principalmente a la explotación de las maderas de la zona, y de ello tenernos constancia por una noticia periodística que señala al primero como “comerciante del Kilómetro 60, de la Sociedad Colectiva Peón Hermanos. De la existencia de un obraje de los Hnos. Peón en el paraje “El Timbó”, existen referencias por los avisos que Faustino Peón publicaba el periódico “La Voz del Chaco» en 1922, ofreciendo los productos de obraje y ganadería del “obraje El Timbó, Lapachito, F.C.C.N.”, lo que también demuestra que la Estación Lapachito era entonces una referencia obligada para la ubicación del paraje.
Debemos señalar sin embargo que no fueron los Hernanos Peón los únicos que se aventuraron a intentar la explotación de bosques y la cría de ganado en esta zona y para aquella época. según constancias documentales, hacia 1912, en la época en que se construía el ramal del Ferrocarril Santa Fe, la población nucleada en torno al Kilómetro 60 o Lapachito era de unos 3OO obreros y algunas pocas familias, con una docena de ranchos que les servían de albergue. También para esa época, entre los años 1910 y l912 llegó a la zona Enrique Philippón para dedicarse a la explotación de obrajes madereros. Esto indica que la incipiente población de Lapachito no sólo ocupaba en el tendido de los rieles del Ferrocarril Central Norte sino que también trabajaba en los obrajes, donde compartía las penurias de estas duras tareas con los aborígenes tobas, quienes lo venían haciendo desde fines del siglo anterior cuando se produjo el remate de las tierras de la Ex_Colonia Penco en 1917 legalizaron la ocupación de esas tierras numerosos obrajeros como los hermanos Faustino y Benigno Peón, los hermanos Andriani, Angel Fincatti, Enrique Philipón y Victorio Ghío. En cuanto a la explotación ganadera, se dedicaban a esta actividad los Hemanos Belotti, Hermanos Capozolo, la Vda. de González, Pedro Hounsfield, Dr. Hortensio Quijano, Pedro Castelán, Clemente Sosa, Pedro Luchini, Sabino Canal y Manuel Ramírez.
La fertilidad de los campos de esta zona del Chaco atrajo también a los primeros colonos: Félix Almirón, Florentino Cano, Froilán Gómez, Francisco González, Eustaquio Romero, Feliciano San Pedro, Feliciano González y J. Pegoraro. Entre los cultivos más importantes estaban los del algodón, maíz, papas, batatas, maní y tártago y los rendimientos logrados eran excelentes según referencias de la época.
Pese al notable incremento de la actividad agrícola—ganadera y forestal en los terrenos ele la Ex—Colonia Penco a partir de la subdivisión y venta de esas tierras, en 19l7, no podemos afirmar que existiera un núcleo de población en La Verde hasta 1923. En ese año una serie de acontecimientos a los que están íntimamente ligados los Hermanos Peón, y en especial a Don Benigno Peón, darán lugar al hecho o a la serie de hechos fundacionales de nuestra localidad como centro urbano.
Fueron trece años de duras luchas por arrancarle al monte y a la tierra sus riquezas, por domar un medio hostil y salvaje donde nadie antes había hecho camino, salvo el transito bravío de las tribus tobas y el increíble sacrificio de los soldados fortineros. El drama cotidiano de esos años se nos escapa por falta de testimonios suficientes, pero podemos imaginarlo la abigarrada y heterogénea multitud de obreros del tendido de las vías, alternando sus penurias con la difícil tarea del peón de obraje, criollo o aborigen. A quienes la muerte acechaba con la caída de cada corpulento quebracho o en los días festivos, cuando el alcohol daba a los hombres el suficiente incentivo para trenzarse en peleas de fatal desenlace. La autoridad era prácticamente inexistente y por lo tanto imperaba “ley del más fuerte” como en todos los obrajes y haciendas del Chaco en aquellos años.
Con respecto al menor de los hermanos Peón —Sixto— llegó al país en 1905 a sumarse en la Estancia de Los Amores a la actividad agro—forestal de la familia y posteriormente vino a “El Timbó” siguiendo la senda iniciada por su hermano mayor Faustino. Aquí cultivó maíz y algodón, pero también inició las actividades comerciales con la instalación del primer almacén o “fonda” como se llamaba entonces a los negocios que expendían bebidas y comestibles. En este caso, sustentado por la heterogénea clientela provenientes de los obrajes y del tendido de las vías del Ferrocarril Central Norte. Falleció muy joven en 1927 y su negocio pasó a manos de Ladislao Chamorro, ex—suboficial de policía, por lo que el negocio fue conocido como la Fonda de Chamorro.”
En cuanto al primo de los Peón, Basilio Menéndez, procedía. De la Provincia de Asturias (España) y llegó al país en 1907 para radicarse en Bahía Blanca. Dede allí se trasladó a “Los Amores” y luego a “El Timbó” entre 1910 y .1911.
Se estableció con obraje en el paraje “Salto de la Vieja”, al NO. de Colonia Elisa, de donde regresó en 1929 para instalar una panadería, almacén de ramos generales y a tareas de cultivo en el paraje “La Gloria”. Falleció en 1968 después de prestar numerosos servicios en las más diversas actividades comunitarias.


LOS COMIENZOS DEL NUCLEO URBANO

La sociedad constituida por Faustino y Benigno Peón en “Los Amores”, Santa Fe, a partir de 1912 y prorrogada el 23 de septiembre de 1915 por cuatro años más tendrá su prolongación en el Chaco cuando ambos hermanos adquieren mancomunadamente 35 lotes de cien hectáreas cada uno en el remate efectuado e1 11 de febrero de 1917, de las tierras de la colonia Juan penco, al cual ya hice referencia. Estos lotes eran —según la mensura de la colonia los Nros. 22 al 36 (15 lotes), del 52 al 61 (10 lotes) y del 83 al 92 (10 lotes) con una superficie de 25.000 hectáreas ubicados su mayor parte al Norte del Río Negro y teniendo como linderos a. S.0. los campos adquiridos por Hortensio Quijano, lo mismo que en el sector Este, mientras que en el ángulo Noreste limitaba con las propiedades de Juan Binaghi.
Aunque debemos recordar que los hermanos Faustino y Benigno Peón venían trabajando en la zona desde 1910, esta adquisición determina su arraigo definitivo.
Esto último se confirma sobre todo cuando el 21 de mayo de 1919 al renovar el contrato de sociedad que los unía, introducen en el mismo una cláusula por la cual “....La Sociedad tendrá asiento legal en la “Estación Lapachito” del Ferrocarril Central Norte, correspondiente a la antigua denominación Colonia Juan Penco, Kilómetro 60 del “Ferrocarril de Barranqueras a Metán.” Sin embargo esta etapa de la asociación no es duradera, ya que el 11 de abril resuelven separarse y disolver la Sociedad. D. Faustino Peón que cede a su hermano menor Benigno, los lotes Nros. 25 al 31 (6 lotes), 55 al 58 (4) lote 86 al 89 (4 lotes) y fracción de lotes 25, 32, 54, 59, 85 y 90, todos situados en el ángulo Este de la colonia. La existencia de estas dos propiedades colindantes da origen a dos topónimos: “Villa Elena” y “La Verde”, correspondiendo el segundo nombre al lugar donde construyó su vivienda Don Benigno Peón, muy cerca del antiguo paraje “El Timbó”. Por qué se impuso finalmente este topónimo en el límite de ambas posesiones, lo veremos más adelante.
Tanto Benigno Peón como Faustino Peón contribuyeron a la formación del primitivo núcleo urbano de La Verde, cuando permitieron la radicación de pobladores que afluían constantemente al lugar y cedieron lotes de tierras para el trazado del pueblo.
Sin embargo es útil transcribir los conceptos de anteriores historiadores al referirse a esta etapa fundacional: “El nacimiento de esta población no ha sido protagonizado como las del Sud—Oeste chaqueño, por ejemplo, General Pinedo, por un aluvión que de pronto colmó el espacio apto para la agricultura favoreciendo una concentración de faz colectiva. Un signo característico desde los primeros días ha sido el relieve individual —pero no ello egoísta— de hombres y mujeres que afrontaron las vicisitudes difíciles de toda avanzada; cada cual ha proyectado desde la soledad su experiencia aislada mientras que el tiempo anudaba los hilos aparentemente sueltos. A tal circunstancia puede atribuirse las alternativas del nombre que distinguiera al lugar, que no dificultaron el arraigo de ‘primera vista’, como se dice de la amistad que brota con el contacto repentino. Otro factor de versatilidad toponímica deriva de que aquellos campos que estaban baldíos cuando arriban los que van a ser los más antiguos actores de nuestra historia y por ende anónimos. A diferencia de las tierras europeas de donde provienen, aquí les cabe bautizar no solamente a los hijos sino a los parajes donde discurrirá su nueva existencia.
Todos los testimonios coinciden en afirmar que los Hermanos Peón eligieron los terrenos próximos a la laguna allí existente —un antiguo meandro del Río Negro— para vivir con sus familias y convertirlos en el centro de sus actividades. Allí mismo fijó Don Benigno Peón el lugar para construir su vivienda y realizar los cultivos que habrían dado origen al nombre de la población, la que paulatinamente fue creciendo con el aporte de nuevos, colonos atraídos por las posibilidades que ofrecía la zona, y trabajadores empleados en los obrajes y el aserradero que se instaló en el paraje por iniciativa de Don Faustino Peón.
De los obrajes que los hermanos Peón tenían en La Sabana arribaron un nutrido grupo de trabajadores —casi todos correntinos— y de algunos de ellos se recuerda su nombre: Manuel Ramírez, Guillermo Alfonso, Regino Martínez y otros, también arribaron desde la vecina provincia de Corrientes, un grupo de mujeres que habrían de constituir aquí su hogar —humilde siempre— Y que habrían de compartir con los hombres las penurias y vicisitudes de todo núcleo embrionario de población en el boscaje chaqueño.
De los colonos que arribaron a sumarse a esta gesta fundacional, algunos familiares o conocidos de los hermanos Peón se recuerdan los nombres de: Basilio Menéndez, el Sr. Gómez Meana, Sabino Canal, Matarás, Manuel Meana Mones (del cual ya hice referencia en el capítulo anterior), Fidel González y Candido Menéndez, algunos acompañados de sus esposas, procedentes de España. De otros puntos del país vinieron: Mariano Blanco, Fladio Rascón y otros de indudable origen criollo, como Baudillo Peña, Simeón Romero y Doña Micaela Aguirre.
Es importante analizar otros testismonios que avalan lo afirmado anteriormente categóricamente que Benigno Peón y Faustino Peón fueron los fundadores del pueblo, y que el primero instaló en el lugar —años después de su llegada— un aserradero con el Señor Antonio Belotti, y luego otro en la Legua 58 “hasta donde llegaron las vías del Ferrocarril para ir en busca de las riquezas de nuestros montes. Este dato es coincidente con la referencia que encontrarnos en: “El Chaco Álbum Gráfico Descriptivo 1935”. Dice allí que D. Benigno Peón, fundó así el primer aserradero de La Verde, para más tarde, con la colaboración de Don Antonio Belotti, instalar en la legua 56 otro similar, hasta donde hizo llegar las paralelas de acero que llevaban hasta ese apartarlo lugar de la selva la acción civilizadora del hombre. En este caso se refiere a la vía férrea que ambos empresarios hicieron construir desde el ramal a Capitán Solari hasta su establecimiento industrial.

BREVE SEMBLANZA DE LOS FUNDADORES

Según los datos aportados, el Señor Faustino Peón era oriundo de La Collada, Concejo de Quintana, Provincia del Principado de Asturias (España), donde su padres Severino
Peón y Dionisia Menéndez tenían cultivos de manzanas, elaboraban sidra en pequeña escala y criaban vacunos para la venta de leche. Había nacido el 31 de mayo Encarnación y Oliva, y dos hermanos: Benigno y Sixto, menores que él. Ante la falta de horizontes económicos en su país natal y atraído como tantos inmigrantes por la ilusión de América, emprendió viaje en 1891 a la Argentina, cuando sólo tenía 14 años. Sin parientes en nuestro país, debió trabajar primero en las calles de Buenos Aires vendiendo diarios, para poder comer.
“A través de los corrillos de los vendedores de diarios oye de nuevo otro llamado de la lejanía, a propósito de la construcción del ferrocarril de Santa Fe al Norte y se encamina a los obrajes del chaco santafesino, donde por conocer las primeras letras consigue al cabo de tres años de experiencia forestal una colocación de ‘recibidor’ de madera de Garabato. Merced a la movilidad social que promueve la expansión de la explotación de los quebrachales, logra convertirse en propietario de un campo apto para la extracción de madera y la cría de ganado que bautiza ‘Las Delicias’ y tiene comunicación por “decauville” con la estación Los Amores. Mucha audacia y gran espíritu empresarial, con una dosis no exenta de coraje, debía tener este asturiano para lograr en pocos años tan rápidos progresos en un ambiente bravío y semisalvaje como lo era el norte santafesino de fines de siglo,
Así pudo hacer venir de España a su hermano menor Benigno en 1901 y posteriormente a su otro hermano Sixto. En Los Amores constituyó la Sociedad de Hermanos con explotación maderera y cría de Ganado. En esta actividad se centraba cunado fue tentado a probar fortuna en esta parte del Chaco por su primo José González Entrialgo, quien junto a su suegro, el Sr. Meana Mones, ya se encontraban desde 1905 en el paraje “El Timbó”, hechos a los cuales y hicimos referencia.
En cuanto a Benigno Peón, tenía 24 años cuando vino al Chaco, llamado por su hermano Faustino, contrajo matrimonio con Juana López y formó una numerosa familia con trece hijos. Fueron estos Alberto, Pablo, Anacleto, Aurelio, Bonifacia, Sixto, Venancio, Faustina, María Encarnación, Oliva, Carlos Loreto, Benigno Faustino, Juana y José Antonio.
Dice de él, el Historiador Guido Miranda: “Su personalidad se templa en las experiencias comunes con su hermano mayor y en 1920, al disolverse la sociedad, ha cambiado la perspectiva económica de la zona y por fin se regulariza la situación de los compradores de mi tierra de la Colonia Juan Penco. Quizás ello
los haya decidido a bifurcar su suerte; mientras Faustino mantiene el aserradero en el primitivo afincamiento, cediendo espacio a nuevos pobladores por la subdivisión del lote 32 que torna el nombre de Villa Elena, Benigno construye su casa de tablas al otro lado del desagüe de la Laguna Escondida, instala otro aserradero a dos cuadras de la fonda de Rogelio Chamorro, punto de referencia insoslayable porque en los ambientes forestales —con elevada proporción de obreros nómadas— son las fondas la primera forma de comercio al lado de las proveedurías y almacenes de ramos generales. “
Las diversas actividades que inició o en las que participó no sólo en La Verde —su residencia permanente— lo convirtió en uno de los hombres de mayor prestigio y estima en el entonces Territorio Nacional del Chaco. Así lo describe el “Álbum Gráfico y Descriptivo del Chaco” hacia 1935: “...caballero vinculado a la vida social y económica de nuestro ambiente; hombre personalmente típico en su manera de ser, reñido en absoluto con los artificios de la fórmula y actitudes amaneradas, es ampliamente espontáneo y natural es tal como se presenta, como se lo ve, como habla, como se lo oye.
Y con respecto a la vida empresaria, agrega la misma publicación: “..,dedicase desde un principio a la explotación forestal en cuya actividad desplegó siempre un dinamismo ponderable, que unido a una clara inteligencia y una perfecta videncia en un grandioso porvenir de este suelo, fue extendiéndose poco a poco sus actividades, siempre ligadas a la industria maderera, por 1a que demostró en todo momento una amplia vocación.
.La misma obra menciona que el Sr. Benigno Peón, era en esa época presidente de la Comisión de Fomento de la Verde, cargo que ejercía con “aplauso unánime del vecindario”.


ORIGEN DEL NOMBRE DE LA VERDE

Ya hemos señalado que el lugar donde se ubicaron los primeros pobladores recibía el nombre de “El Timbó”, a raíz de la presencia de un tronco de este árbol de grandes dimensiones atravesado sobre el cauce del Río Negro. Este paraje ya era conocido con ese topónimo cuando en 1905 llegó el Sr. Meana Mones con el fin de construir un puente que uniese las Colonias de Penco y La Pastoril. Cuando llegaron los Hermanos Peón al lugar, la presencia del ferrocarril y el crecimiento de las actividades en la Estación Lapachito (Km.6O), fueron haciendoperder importancia al topónimo, aunque sus reminiscencias perduraron porque todavía en 1922 el obraje que Benigno Peón había instalado en las cercanías llevaba ese nombre.
Según todos los testimonios el nombre de “La Verde” surgió cuando Benigno Peón eligió los terrenos circundantes a la laguna situada cerca de la margen izquierda del Río Negro para instalar su vivienda. El establecimiento surgido en la década de1920 que denominado precisamente “La Verde” y ese nombre se extendió después a la población que se fue formándose a su alrededor. Se produjo así un fenómeno muy común en las zonas rurales con poblaciones de espontánea formación: ésta adepta el nombre del campo del, primer poblador y posteriormente los documentos oficiales lo respetan —a falta de otro— hasta que se sancionado oficialmente.
Pero en lo que discrepan los autores y los testimonios es en el porqué de esta denominación. Carlos López Piacentini expresa:,” El nombre de La Verde proviene del intenso verdor de las plantas acuáticas que poblaban la laguna existente en el lugar. Por su parte el Historiador Guido Miranda nos aporta el testimonio de un pariente de Benigno Peón, el Sr. Menéndez Molleda. Este asegura que el propio Don Benigno, atribuía el origen de ese nombre, al hecho de haber cultivado en la entrada de su campo una pequeña superficie de alfalfa, cuyo verdor contrastante con el resto de la vegetación, comenzó a ser expresado por los pobladores como una referencia al camino que unía a las posesiones de la Colonia Juan Penco. El mismo informante relata también que el Sr. Basilio Menéndez primo de los Peón — afirmaba que el origen de esa denominación tuvo lugar cuando un peón se encontró de improviso en una picada, con una enorme víbora verde enroscada en un árbol de las inmediaciones la impresión recibida fijó el topónimo al lugar, y sirvió de referencia para otros pobladores de la zona.
No nos inclinamos por aceptar la versión recogida de Benigno Peón por el Sr. Menéndez Molledo, pues hasta el dueño del campo con ese nombre sabría dar razón de su origen a su autoría. A pesar de que existe unas documentaciones oficiales que avala esta versión. En 1942, con motivo del trazado definitivo del pueblo, el Jefe de la oficina cartográfica de la gobernación, expresaba lo siguiente: “Respecto de la denominación del pueblo, la Comisión de Fomento local informa que el actual nombre se debe al color verde que ofrecían unos campos de esa zona, sembrados por los primeros pobladores, entre ellos, el actual presidente de la Comisión de Fomento, Don Benigno Peón; popularizándose este nombre de La Verde al núcleo poblado del lugar.
Sin embargo, haciendo una profunda investigación en legados verbales que se han
trasladado de abuelos a nietos, se acercan muy sospechosamente a la impresión que sentí yo particularmente cuando llegue por primera vez a La Verde. Conociendo como conozco esas formas de pensarde los primeros colonos, no tenían otra opción para denominar la zona. Me explico, de donde soy yo al igual que ellos, (Principado de Asturias) se caracteriza por mantener un tono durante todo el año de verde semejante al que se aprecia en el paisaje de esta zona. Asturias es una región muy humead, que deja teñido por toda su geografía de lagunas y ríos que generalmente lo alimenta el deshielo de la Cordillera Cantabro Pirenaica, pero que se mantienen constantemente con su nivel de agua debido a las lluvias continuas que son muy frecuentes durante el año. Después de haber viajado durante horas en el ferrocarril que pasaba por zonas áridas y algunas improductivas, llegar a La Verde, debería ser como llegar a un oasis extrañamente asociado con el resto de la geografía chaqueña, más teniendo en cuenta el microclima que pudieron apreciar en aquellos años y que es una de las peculiaridades del lugar, es muy posible sin ánimo a equivocarme que desearon llamarlo como algo representativo de su tierra natal y eligieron el tono más visible, porque no me hubiera extrañado que lo hubieran llamado Asturias, Collada o cualquier otro nombre relacionado con la similitud que se puede apreciar de esta tierra con la del otro lado del Océano. Hasta me extraña que no hubieses puesto nombres de lugares o parajes de la zona en el dialecto que hablaban. Pues para conocimiento del lector en el territorio de la provincia española del principado de Asturias se habla “El Bable” más que el español. Lengua que seguramente empleaban entre la familia para hacerse entender mejo.
La primen vez que aparece registrado el nombre del paraje “La Verde» es en una nota periodística de “La Voz del Chaco” del 23 de enero de 1924, nota en que se hace referencia al petitorio de una Comisión Vecinal a favor de la creación de una escuela en ese paraje situado a unos 8 kilómetros de la Estación Lapachito del F.C. Central Norte. El mismo periódico informaba en su edición del l° de febrero de ese año, que el Inspector de Escuelas Sr. Aníbal S. Solimano “...se trasladó a Lapachito y de allí al paraje denominado La Verde para constatar personalmente la necesidad de esa escuela.
Y cuando se abrió la inscripción de la escuela N° 67 que comenzó a funcionar en 1925 también apareció la mención del paraje con dicho nombre, topónimo que fue reconocido oficialmente por Decreto del Presidente Alvear el 23 de Julio de 1927, por el cual se aceptó la donación e un terreno ubicado en “La Verde” efectuado por el señor Faustino Peón con destino al local de la comisaría.
A partir de entonces el nombre de nuestra localidad quedó confirmarlo definitivamente y es mencionado en los documentos oficiales. En 1929 e1 Encargado del Destacamento Policial de Lapachito se dirige al Comisario de la Policía de La Verde, de quien dependía, a fin de informarle de la existencia de un local le tres piezas a cien metros de la estación, con destino a ese destacamento. Esto demuestra que ya hacía varios años La Verde había dejado de ser un “paraje” y se había transformado en una población en continuo progreso. A tal punto de superar a Lapachito, que anteriormente, por lo menos hasta 1920, había sido el centro de las actividades económicas de la zona.
Pero hay un hecho singular, digno de destacar, con respecto a la coexistencia de los nombres “La Verde” y “Villa Elena” para dos sectores del mismo núcleo urbano y esto fue así porque al separarse la Sociedad de lo Hermanos Peón, los lotes que les correspondieron a Faustino Peón fueron bautizados por éste, con el nombre de ”Villa Elena” y algunos de estos lote —los Nros 24, 32 y 33— fueron adquiridos por su hermano Benigno, quien donó al Gobierno Nacional, fracciones de los mismos en 1928, conservando esta nominación, según consta en la escritura respectiva. Lo mismo ocurrió con las donaciones efectuadas por Faustino Peón, de fracciones de lotes destinados a la Comisaría, Sala de Primeros Auxilios Y Cementerio, lo que produjo algunos inconvenientes en el momento de escriturar definitivamente a favor del Gobierno para legalizar su propiedad. El mismo donante informaba al Secretario de la Gobernación y proponía la solución “Mi mayor inconveniente que yo encuentro en todo esto es; que yo no puedo escriturar de La Verde, sino de “Villa Elena”, pues yo ya tengo muchos títulos en esa forma y creo que se debe seguir, pues más bien podría llamarse La Verde sesión (sección) “Villa Elena”, esto es lo que me sugiere (sic) a mi para arreglar este asunto. El Señor Faustino Peón tuvo el claro propósito de que el pueblo que contribuyó a fundar se llamese “Villa Elena” en homenaje a su esposa. Así lo solicitó en una nota al Gobernador Lagerheim, cuyos pasajes centrales transcribidos por contener valiosos datos históricos y toda la carga afectiva de su autos;
“El año 1910, cel día 20 de mayo llegué a estos campos y empecé a trabajar primero como subarrendatario de la firma Zumelzú Roselló y Cía.. y “posteriormente como fueran sacados a remate los adquirí, siguiendo el trabajo ya corno propietario. En el año 1911 formé la firma Peón Hnos: «aceptando como socio industrial e mi hermano Benigno, sociedad que se disolvió en el año 1920, haciéndome cargo del activo y pasivo. Bien, “efectuada la liquidación se procedió a dividir el campo una e cuyas mitades pasó a propiedad de mi hermano citado. En el año 1923 vendí a los “Sres. Nellen Turck y Cía. 12 Hectáreas de tierra para sede de la fabrica de dichos Sres. que es la misma que funcionó hasta 1993 bajo el rubro “Enrique C. Welbers.
“Yo al ver que se presentaban buenas perspectivas pava formar un pueblo en debida forma, luché para llegar a esa finalidad, tropezando con una serie de escollos ya que habían soplado malas vientos en los negocios, pero en esa época dura diré no olvidé a la compañera de mi vida, mi esposa, que con toda abnegación y a pesar de todo, soportó toda clase de penurias y yo como justo homenaje le prometí que el pueblo que indudablemente iba a nacer, llevaría su nombre “Villa Elena”, confeccionándose planos con sus registros respectivos...”
Después de mencionar como se fue imponiendo por uso popular el nombre de “La Verde” —tal como lo relatamos más arriba— y señalar todas las donaciones hechas para distintas instituciones y para plaza del pueblo y sus propósitos de seguir haciéndolo para el progreso del pueblo, termina así: “Y ahora Sr. Gobernador con toda la bondad que lo caracteriza ¿Cree improcedente de mi parte, solicitar su apoyo para conseguir poner las cosas en su debido lugar, es decir ‘Dar al César lo que es suyo’?, no me prestará su poderosa influencia para que pueda tener como última satisfacción de mi vida, dar el nombre de Villa Elena a todo esto, de lo “cual cada pedazo de tierra tiene un pedazo de mi vida!...” pese aquel el Gobernador se ocupó del tema, de la oficina cartográfica de la Gobernación se le informó que ya en 1932 el Gobierno Nacional había oficializado implícitamente el nombre de “La verde” al aprobar por decreto la creación de la Comisión de Fomento, Y que anteriormente la propia Gobernación había formado —ante una consulta del Ministerio del Interior que las tierras doradas con el nombre de “Villa Elena” se encontraban dentro del ejido de La Verde. Aunque el mismo funcionario opinaba que era conveniente pedir informes a la Dirección de Tierras sobre si el nombre de La Verde se encontraba registrado oficialmente, no tenemos constancia del resultado de estas gestiones, si es que se hicieron.
De todos modos, ambos nombres se usaron simultáneamente por muchos años. Las notas con membrete impreso de Faustino Peón figuraban como “Villa Elena”—Azucarera—Olivicultura—Hacienda—Venta de Terrenos.” y en su propia dirección postal consignaba todavía en 1943: “Villa Elena” — Lapachito —F.C. C.N.A.”. Hacía 1940 una importante publicación consignaba: “Estrechamente unida a La Verde se halla “Villa Elena”, considerándose ambas localidades como un mismo centro de población”
Recién en 1942 quedó consagrado oficialmente el nombre de La Verde para todo el poblado, al considerar el Gobernador del Chaco —en un informe al Gobierno Nacional— que el nuevo trazado efectuado por el Sr. Faustino Peón al Este y Sur del primitivo poblado, debía considerarse como una extensión éste y por lo tanto llevar el mismo nombre. Este criterio fue aceptado por al Gobierno nacional a través del Decreto N° 138.993 del 04 de diciembre de 1942.
Así es como el topónimo “La Verde” se impuso finamiento, por su mayor antigüedad, por la fuerza de las tradiciones lugareñas, por las referencias en los documentos oficiales o tal vez por la ubicación favorable de propiedad de Don Benigno Peón que llevaba ese nombre.


Las disputas entre los dos hermanos y su primo conciliador

Como podemos apreciar existieron muchas diferencias de opinión entre los dos hermanos que por motivos aparentemente de dominio de poder, dividieron las propiedades y deshicieron la sociedad que los había hecho fuertes en Santa Fe y posteriormente aquí.
Don Basilio Menéndez veía como se deterioraba la relación de sus primos por terquedad entre ambos y por influencia de sus mujeres que pretendían opinar en cuestiones que no les correspondían pero que influían de forma considerable.
Es más las propiedades de Benigno y las de Faustino, estaban custodiadas día y noche por jinetes armados con Winchester que cada cual en su alambrado procuraba que tanto personas como animales no penetraran el área que debían proteger.
Es cierto que hubo enfrentamiento entre los peones de distintos bandos cuando al coincidir en cruce cerca del otro vigilante, contagiados por el odio de sus respectivos patrones se proferían algún insulto que terminaban en muerte y venganzas que eran hasta protegidas por los poderes que los hermanos tenían con la justicia, la policía y el poder político.
Estas divisiones o fronteras perduraron inclusive cuando la fabrica se instalo, y como consecuencia llegaron gran cantidad de familias a instalarse en La Verde, y desconociendo las diferencias de los dos terratenientes penetraban en las propiedades con la finalidad de mariscar algún que otro animal y eran ejecutados sin orden de advertencia alguna.
Solamente Don Basilio Menéndez (primo de los dos hermanos) tenía el visado para transitar entre todas las propiedades libremente. Durante años, fue una especie de juez o pacificador de acciones que podría motivar una verdadera guerra, pues las diferencias llegaron a tal extremo, que Hortensio Quijano, el Dr. Perrando y el propio Gobernador con Basilio estuvieron unos 12 días convenciendo a las dos partes, que depusieran su actitud agresiva y desarmaran a sus peones que estaban
dispuestos a combatir en la zona del Ñacurutú, con el propósito de definir de una vez por todas y por las armas que denominación tendría la localidad a partir de los resultados finales.
Ahora como que le invaden algunas dudas sobre que misión cumplía la policía local si llegó a ese extremo incontenible las diferencias entre
los dos Peón.
Para que usted entienda la policía en aquellos años estaba a disposición de los terratenientes o dueños del pueblo. En este caso se encontraban en una delicada situación porque el conflicto era entre los dos hombres más poderosos de la zona, y en ese caso no se podían meter.
Solo hay que darse cuenta que alguno de los peones que se comprobara que era algo rebelde o que ofendiera alguno de los capataces. El patrón llamaba a la policía y lo tenían encerrado hasta que le ordenara, también tenía ese poder aquel que le diera un cargo de confianza el amo.
TRAZADO DEL PUEBLO DE LA VERDE

Corno hemos visto, los orígenes del núcleo urbano de La Verde pueden rastrearse a partir del momento en que los Hermanos Faustino y Benigno Peón adquirieron en remate público realizado el 11 de febrero de 1917, varios lotes de la Colonia Juan Penco. También vimos que, como resultado de la disolución de la Sociedad “Peón Hermanos” y de la subdivisión del conjunto de lotes entre ambos hermanos en 1920, surge el empleo de dos nombres para designar a los dos núcleos de población que especialmente se hallaban prácticamente juntos: “La Verde” para la población nucleada
en torno a la casa de Benigno Peón
ubicada junto a la laguna “La Escondida” en el sector Oeste y Norte de la misma, y “Villa Elena” en el sector Este de la mencionada laguna, donde estaban las propiedades y establecimientos industriales de Faustino Peón. Esta duplicidad en la denominación de una misma localidad, que se prolonga basta 1942, año en que el Gobierno Nacional establece por Decreto la unificación en el nombre de “La Verde”, testimonia el deseo íntimo de D. Faustino Peón de que el pueblo llevase el primer nombre, y la obstinación de los pobladores del nucleamiento primitivo de que se mantuviese el topónimo original. En cuanto al trazado originario del pueblo no tenemos desgraciadamente un croquis del mismo, aunque sabemos que existió. Esta incertidumbre ya existía hacia 1940 cuando ante un pedido de la gobernación, el Jefe de la Oficina de Tierras dirige al entonces Gobernador del Chaco, Dr. Gustavo Lagerheim en estos términos: “Tengo el agrado de dirigirme al Señor Gobernador con referencia a la «nota N° l578 de fecha 30 de septiembre ppdo. llevando a su conocimiento que esta oficina carece de antecedentes respecto del pueblo de “La Verde” en razón de que éste ha sido trazado en tierras salidas anteriomente del dominio fiscal.
En cambio en la oficina cartográfica tenían mayores precisiones, pues ante un pedido del Subsecretario del Interior, Sr. José O. Castells de un plano de La Verde, con la numeración y medidas de las manzanas, lotes, quintas y chacras; el Jefe de dicha oficina, Sr. José Luís Solé, respondió: Atento a lo dispuesto precedentemente cúmpleme adjuntar una copia del “trazado de La Verde, confeccionado en esta oficina en base a los datos “suministrados por el propietario Sr. Benigno Peón y la Comisión de Fomento de la localidad.”
De esta documentación surge claramente que el primitivo trazado de La Verde fue realizado por el propietario de los terrenos Don Benigno Peón, con el concurso de la Comisión de Fomento de la localidad, del cual era Presidente, quienes proporcionaron los datos pertinentes a la oficina Cartográfica de la Gobernación para la confección del plano que se remitió finalmente al Ministerio del Interior. Por otra documentación del mismo año y emanada de la misma oficina sabemos que el núcleo urbano originario constaba de nueve manzanas, aunque las mismas no habían sido subdivididas en lotes o parcelas. Datos estos que la oficina cartográfica había recibido de la Comisión de Fomento de La Verde podemos conjeturar, entonces, con un aceptable grado de aproximación, que este trazado se efectuó en 1931, año en se constituyó la Comisión de Fomento, de la cual Benigno Peón era presidente, sobre los lotes 24, 32 y 33 que en 1927 adquirió a su hermano Faustino, según escritura cuyos fragmentos más significativos agrego al final de este capítulo.
Por su parte el Sr. Faustino Peón había donado al Gobierno Nacional una parcela de terreno de 60 mts. de frente por 100 mts, de fondo, donde ya funcionaba el local de la comisaría de policía, en el año 1927, donación aceptada por Decreto del Presidente Alvear del 22 de julio del mismo año.
Posteriormente, otras donaciones vendrían sumarse a la ya mencionada. En 1940, el mismo propietario cede gratuitamente al Estado una fracción de terreno de 8.354 metros cuadrados con destino a la Sala de Maternidad y Primeros Auxilios. A esta donación que siguen otras: 1.600 metros cuadrados con destino a la Municipalidad, 1.015 mts. cuadrados para la Oficina de Correos, 10.000 metros para el cementerio, otros 10.000 metros para p1aza y las calles correspondientes al trazado y finalmente una donación al Consejo Nacional de Educación, consistente en la Manzana N° 19 y para la construcción de la escuela.
Lógicamente estas nuevas tierras que pasaban al dominio del Estado exigieron una ampliación del trazado originario, aunque la oficina cartográfica que los confeccionó le asignó el nombre de “Villa Elena”, siguiendo seguramente la voluntad del donante, aunque aclarando que se encontraban dentro del ejido de La Verde. La recepción de estas tierras no se hizo mediante un simple trámite administrativo, sino en el marco de los festejos populares del 9 de Julio, fecha que se celebró con todo el entusiasmo lugareño y todos los ingredientes que caracterizaban a las fiestas patrias en los pueblos del interior chaqueño, donde aún perduran en muchos casos, mientras pierden relevancia o adolecen de frialdad en las ciudades.
En esta ocasión se sumaron a los festejos, las localidades de Quijano y Lapachito.
Por delegación del Gobernador del Chaco, Dr. Gustavo Lagerheim, tomó posesión de los predios cedidos en donación por Faustino Peón, el Comisario Inspector Don. Eladio Guesalaga, quien con breves palabras y en nombre del Gobernador del Chaco, agradeció al donante ...su generosa donación de los terrenos destinados a la construcción de diversos edificios públicos en esta localidad que han de contribuir a su adelanto y agradecimiento. Este acontecimiento que por feliz coincidencia se realiza en el Día de la Patria, adquiere así su máxima significación.” Debemos tener en cuenta que por entonces La Verde contaba ya con una población urbana de unos 1.100 habitantes en la zona rural unos 3.740. podemos imaginar la emoción de muchos de los asistentes que treinta años atrás desembarcaron en el paraje “El Timbó”, siguiendo la picada abierta por los Hermanos Peón en esa naturaleza bravía pero plena de promesas para quienes no le temían al trabajo ni les arredraban las dificultades.
Como subsistía la confusión de los ”dos” pueblos, que en realidad era.,. uno solo, en 1942 y a pedido del Ministerio del Interior se confeccionó un nuevo plano de La Verde: “Conforme con lo dispuesto por ese Ministerio a fs. 3, la oficina cartográfica agrega un plano total del núcleo de población a que se refiere el presente expediente, dejándose agregado el que obra a fs. 1, como antecedente ilustrativo. (Se refiere al plano originario)...”En lo que respecta al nuevo trazado de manzanas, efectuado al E. y Sur del anterior por su propietario Don. Faustino Peón, que se hallan inmediata al mismo, deben considerarse como una ampliación de éste asignándose en consecuencia, al conjunto la denominación de LA VRRDE.”
Este informe fue el origen del Decreto N° l38.993 del 24 de diciembre de 1942 dictado por el Presidente Castillo, por el cual se aprobó el trazado del pueblo oficializando el nombre de La Verde, aunque desdoblándolo —curiosamente— en “La Verde A” y “La Verde E” a los núcleos poblados ya definitivamente afincados en los lotes 24, 39 y 33 de la Ex—Colonia Juan Penco; probablemente porque las autoridades consideraban que aún no se habían integrado totalmente en un núcleo compacto de población. O acabaría el conflicto armado entre los dos hermanos Peón por la denominación definitiva del pueblo.
Quedó así completado el proceso de la traza del pueblo de La Verde, proceso que se inicio cuando en 1920 D. Benigno Peón levantó la primera casa de material en la orilla norte de la laguna “La Escondida” prosiguió con la instalación de la primera Fábrica de Tanino en 1923, la Escuela N° 67 en 1925 que se construyó en terrenos donados por el mismo, La Comisaría de Policía en 1927, instalada en un solar donado o Faustino Peón en el sector de “Villa Elena”, y culminó con las sucesivas donaciones de este último en 1940. Fue el resultado de las gestiones e iniciativa, parte estos dos pioneros, y el aporte humano de nuevos colonos que se fueron sumando a la ocupación de las tierras y el brazo laborioso del peón criollo y el hijo de la tierra, el aborigen.
Proceso éste no exento de demoras, tramites engorrosos y burocracia oficial, obstáculos que en más de una oportunidad impacientaron a los hermanos Peón, arrancándole a uno de ellos, Faustino, expresiones como las que volcó en esta nota del 13 de marzo de 1942 al Secretario de la Gobernación: “Me refiero a otros escritos a esa Gobernación y en los que doné un terreno del pueblo “Villa Elena” para que en el mismo se levantara la “Sala de primeros Auxilios y Maternidad”. Como veo que nada se inicia, vengo por medio de la presente a rogar a Ud. quisiera informarme que hay sobre el particular y si no sería posible iniciar este año los trabajos, como igualmente que se escriture dicho terreno. En estos momentos seria la mejor época para iniciar algo ya que pronto se terminan las cosechas y la gente queda sin tener trabajo. Sin más por hoy y siempre a sus órdenes lo saluda atte. S.S. F. Peón

Un testimonio vivo de una preocupación por asegurar la salud do los pobladores y al mismo tiempo crear una fuente de trabajo para los sufridos y siempre anónimos cosecheros.


TESTIMONIOS OCIMENTALES DE LAS DONACIONES EFECTUADAS POR LOS HERMANOS FAUSTINO Y BENIGNO PEÓN CON DESTINO AL PUEBLO DE LA VERDE
ACTA NOTARIAL:

En la ciudad de Resistencia, capital del Territorio Nacional del Chaco, República Argentina, a veintisiete de octubre de mil novecientos veinte y ocho, ante mi Escribano autorizante y testigos que suscriben, comparecieron por una parte don Benigno Peón, soltero, vecino de Lapachito, de este Territorio.. . compareciendo asimismo, a los efectos que se le indicarán, Don Faustino Peón, casado, vecino de la ciudad de Santa Fe... así como de que Don Luís Beltrán Cuenca comparece a este acto en nombre y representación del Superior Gobierno de la Nación, en su carácter de Secretario de la Gobernación del Chaco, Encargado del Despacho de la Gobernación, y de acuerdo a lo resuelto por Decreto del poder Ejecutivo Nacional; todo según documentación que tengo a la vista y transcribo : “Expediente quince mil ochocientos setenta y dos de mil novecientos veintisiete, Ministerio del Interior República Argentina—Buenos Aires, Julio, veintidós de mil novecientos veintisiete. Visto este expediente, lo informado por la Gobernación y atento lo dictaminado por el Procurador del Tesoro. —El Presidente de la Nación Argentina, Decreta: Articulo Primero Aceptase la donación sin cargo alguno, que hace a la Nación el Señor Faustino Peón, de un terreno ubicado en La Verde, Territorio Nacional del Chaco, de una superficie de sesenta metros de frente por cien de fondo, donde actualmente se encuentra el local de la Comisaría de policía de pueblo, con destino a la misma....Alvear.- José P. Tamborini.”
Y dijo Don Benigno Peón; que hace donación a la Nación Argentina del inmueble de su propiedad constituido por parte de la fracción ubicada en los lotes veinticuatro, treinta y dos y de la Colonia Juan Penco, “ Territorio Nacional del Chaco, paraje denominado actualmente “Villa Elena” destinándose la fracción que por este acto dona, como lote “a” de la manzana treinta y tres del plano especial de la subdivisión respectiva, del que ha agregado un ejemplar de la escritura..., teniendo sesenta metros al Noroeste y al Sur Este por cien metros al Norte Oeste y Sur Este, seis mil metros cuadrados de superficie y los siguientes linderos al Nor Este, calle en medio la manzana treinta y cuatro ; al Sur Oeste, calle en medio, la manzana treinta y cinco; al Sur oeste, calle en medio, terrenos de la sociedad Industrial de Quebracho; y al Sur Este los lotes B—C—D—E y F de la misma manzana treinta. y tres .—Le corresponde al donante, en mayor porción, por compra que hizo a Don Faustino Peón, según escritura otorgada ante mi, en este registro, el veintisiete de diciembre de mil novecientos veintisiete………..

El Municipio

Antecedentes

Cuando en 1884 el Congreso Nacional Sancionó la Ley N° 1532 de Organización de los Territorios Nacionales, entre los cuales estaba el Chaco, uno de los aspectos más fecundos de esta organización institucional, fue el relativo al régimen municipal. A partir de esta norma legal las poblaciones que comenzaban a surgir en los territorios nacionales tenían la posibilidad de ejercer sus derechos cívicos, aunque limitados al ámbito local.
El municipio autónomo ya estaba previsto en la Ley N° 576 de creación de la primera Gobernación del Chaco y en la Ley 686 de 1874 de creación de la Jefatura Política del Chaco, pero es en esta Ley de 1.884 donde se determinan sus atribuciones, su organización, su duración y la forma de elección de sus miembros. En tal sentido, esta institución constituye un importante antecedente del actual régimen municipal chaqueño.
El art. 22° de la citada ley establecía que en cada una de las secciones con una población mayor de mil habitantes, debía constituirse un Concejo Municipal elegido por los vecinos de la misma. Se componía de cinco miembros y estaba encabezado por un presidente elegido entre los concejales. Los miembros del Concejo no percibían remuneración alguna y se renovaban por mitad cada año.
La primera municipalidad que se creó en el Territorio fue la de Resistencia, la que junto a las Municipalidades de Presidente Avellaneda, Ocampo, Las Toscas y Florencia —las cuales pasaron a la jurisdicción de la Provincia de Santa Fe a partir de 1887— eligieron sus autoridades en enero de 1883, Pero recién en 1886 se instaló definitivamente el Concejo Municipal de la capital, durante el Gobierno del Gral. Obligado, ajustándose a los preceptos de la Ley 1532. El estancamiento en que cayó el proceso de colonización la consiguiente ocupación territorial a fines del Siglo XIX y primeros años de este siglo, influyó también en la evolución municipal. Hasta 1908, sólo existía esa corporación en la Capital del Territorio. En este año, el Gobernador Gregorio López, informaba, sobre la existencia de Las talmas y La Sabana, localidades cuyo crecimiento demográfico les permitió contar con comunas electivas, al cumplir con el requisito de mil habitantes que exigía el art. 22° de la Ley 1532.
Esta situación continuó sin variantes hasta 1923, pese a que en las dos primeras décadas de este siglo, habían surgido numerosos centros poblados en el interior del Chaco, bajo el impulso de la construcción del Ferrocarril Central Norte y la creación de nuevas colonias agrícolas, por otra parte la afluencia de inmigraciones y de pobladores de las provincias vecinas, estimulados por la intensificación de la explotación forestal, la instalación de las primeras fábricas de tanino y el cultivo del algodonero, generó un notable crecimiento demográfico del Territorio. Así es que en 1923, bajo el gobierno del Dr. Centeno se crearon las Municipalidades de Sáenz Peña, Quitilipi, Villa Ángela, Puerto Tiról y Ministro Ramón Gómez (Cancedo), pero estas creaciones fueron de efímera duración y debieron existir serias dificultades para el normal funcionamiento de estos primero municipios, pues en 1924, el Presidente Alvear reglamentó el Art.220 de la Ley 1532; ya mencionado : “Podrán ser erigidos en municipio las secciones que tengan la población exigida por el art.22° de la Ley 1532, cuando a juicio del Poder Ejecutivo dentro de ella exista un núcleo urbano de población con suficiente cohesión social y fuentes de rentas bastante para crear y sostener una administración comunal.”
A partir de esta norma reglamentaria, se produjo un cambio de criterio con respecto a la creación de las Municipalidades en los Territorios Nacionales. Se tomó conciencia —y fueron los Gobernadores los que dieron cuenta de esta realidad— que no era suficiente el número de habitantes, como factor a tenerse en cuenta para el logro de una sana vida comunal, sino que además debían concurrir la actividad económica y la cohesión del núcleo humano que debía nutrir al municipio.
Más preciso fue el mismo Alvear cuando en 1925 decidió dar marcha atrás en la creación de los municipios ya mencionados y estableció que no debían crearse comunas electivas en aquellas localidades que, “. . .auque tienen el número de habitantes dentro del ejido de 8.000 hectáreas —numéricamente considerado— no tienen un núcleo urbano de población bastante denso y de cohesión social, con las fuentes de rentas indispensables para establecer una administración regular sin recurrir a imposiciones gravosas que entorpecen el desarrollo de esas nacientes poblaciones. “
Pero frente a estas comunidades embrionarias, donde aún los lazos de comunión vecinal no estaban consolidados por su reciente formación, y donde los intereses de los distintos sectores que las componía aún no había: armonizado lo suficiente, el Gobierno Nacional adoptó una solución mal institucional intermedia ya ensayada en otros lugares del país: la creación Comisiones de Fomento. Estas entidades fueron pensadas para. que preparasen las condiciones que permitieran en el futuro a las comunidades que requerían convenirse en municipios autónomos. Tanto es así que las municipalidad creadas en 1924, como también las que venían funcionando desde fines del siglo anterior: Las Palmas, y La Sabana, fueron transformadas en Comisiones de Fomento. Sólo Saenz Peña mantuvo su condición de municipio.
Los integrantes de las Comisiones de Fomento, en número de cinco, eran designados por el Gobernador del Territorio con una duración en el cargo de dos años, renovables indefinidamente. Su constitución era posteriormente ratificada por el Gobierno Nacional. Sus deberes y atribuciones fueron reglamentados por el Decreto Nacional del 16 de septiembre de 1925.
Los miembros de cada Comisión de Fomento debían reunirse y elegir un presidente, un Vice Presidente, un Secretario, un Tesorero y el quinto integrante tenía carácter de vocal; su desempeño era en condición de “ad-honorem” es decir sin remuneración alguna. Los ingresos de las comisiones de fomento procedían del 40% del producto de las patentes y contribución territorial.
Sus obligaciones eran similares a las de las municipalidades, es decir vigilar la limpieza e higiene pública, disponer el mantenimiento y ornamento de calles, plazas y caminos, organizar los festejos patrios, fijar tasas de los servicios esenciales, administrar el cementerio, ordenar las obras publicas según los recursos disponibles y contribuir con 1as Asociaciones Cooperadoras de las escuelas de su ejido “prestándoles ayuda moral y material en todo momento.” Además debía reglamentar el faenamiento de ganado vacuno, difundir las condiciones agrícola—ganadera de la zona y vigilar las normas sobre cercos y veredas. Anualmente debía publicar una Ordenan General de impuestos y cálculos de recursos y gastos, y mensualmente elevar al Gobierno una rendición de cuentas de inversiones y gastos. La falta de armonía entre sus miembros o el incumplimiento de sus fines, podía dar lugar o su intervención por parte de las o autoridades del Territorio.
Dentro de las limitaciones que imponía el medio, la falta de recursos y muchas veces, la escasez de personas aptas para el desempeño de las tareas que exigían las normas legales, estas entidades cumplieron un importante rol en el desarrollo de los pueblos,. Como lo veremos en el caso de La Verde, fueron el ámbito a través del cual se canalizaron muchas iniciativas vecinales y el medio por el que estas poblaciones accedieron a los servicios esenciales de la vida urbana y rural. Muchos años después y con motivo de la realización de un Congreso de Municipios y Comisiones de Fomento en 1940, en la ciudad de Resistencia, un político manifestó que las Comisiones de Fomento eran un “invento legal” del Gobierno Nacional, al no estar previstas en la Ley 1532. Pero, si tenemos en cuenta que el presidente Alvear obró de acuerdo con los informes que provenían de las autoridades territoriales, podemos concluir que la realidad exigía soluciones más acordes con la precariedad de medios y con la etapa “formativa” de los pueblos, no previstas por lo Ley de Organización de los Territorios.
Lo que ocurrió después, en virtud de la inoperancia o la falta de facultades ejecutivas de los Gobernadores, es que muchos pueblos vieron postergados por largos años sus aspiraciones de autonomía municipal, pese a que habían cumplido con creces las condiciones previstas por la ley y sus reglamentaciones.




Familias con Acento Español

José (pepe) Ordíz, formó su hogar con María González. Tuvieron varios hijos, el menor murió siendo niño de edad escolar. Los otros dos: Celsa y Laureano, más conocido
porque Lalo. Ya mozo se inició en la política, en el partido Radical, que luego se dividió en radicales del pueblo y Radicales intransigentes (UCRI). El se adhirió a la UCRI, llegando a se diputado provincial. Pepe Ordiz, fue el prototipo del granjero, que en una extensión de tierra de pocas hectáreas, lograba una buena producción de leche, verduras y hortalizas, que vendían diariamente en el pueblo.
Amadeo Suárez, se casó con Luz Divina Ordíz (hija de Laureano). Fue panadero de oficio. De este matrimonio nació José Amadeo fue un vecino colaborador en las distintas actividades pueblerinas, en especial en el club villa Elena. Su esposa falleció joven.
Benigno Suárez peón, natural de la quintana, vino con su hermano Eloi. Se casó con Josefa Ordíz (hija de Laureano). De este matrimonio nacieron trece hijos.
Aquilino Gonzáles i Enriqueta Ordíz (hija de Laureano) ambos españoles de Asturias, vinieron casados y se establecieron en la verde. De este matrimonio nacieron Ricardo y Valentina.
Cándido Menéndez Molleda, natural de la collada, llegó soltero a La Verde, casándose más tarde con Aurina González Peón.
Sabino Canal, emparentado con los Menéndez- Peón (pues estaba casado con Natividad Menéndez).
Don sabino, ya radicado en la verde se dedicó a tareas de granjas y pequeño tambo. Estuvo radicado después en lapachito. Su familia fue numerosa con doce vástagos que ya grandes se ramificaron estableciéndose en la zona del pueblo. Sus hijos Argentino y Matías, incursionaron el la política el primero llegó a ser concejal, (por el partido radical) y el segundo intendente (por el partido justicialista).
Jacinto Gonzáles Figueroa se casó con Sara Peón (hija de Faustino). De esta pareja nacieron dos hijos Ariel Gonzáles Peón y Sarita Peón.
González Figueroa fue secretario de la comisión de fomento. Sarita, su esposa, fue la primera maestra de la escuela nº 67.
Julio Ghío, hijo de don Victorio Ghío, forma matrimonio con Leticia blanco.
Manuel Mántaras, se casó con juanita peón (hija de Faustino), el fue juez de paz y luego secretario de la comisión de fomento
Francisco Maldonado, de la primera familia radicada aquí llego del paraguay en 1.914, radicándose en puerto tirol, pasando luego a la verde n 1.921. Tubo una numerosa familia, entre los cuales se destacó saturnino, activa dirigente sindical de la industria del tanino.
Baudilio Peña, llegó en 1.919 constituyendo una numerosa familia de 16 vástagos. Pedro caballero, paraguayo, sus hijos se ramificaron en numerosas familias. Manuel Huervo, español casado con Fidelina Romero. Modesto Duré quien era panadero. Se casó con doña Sixta.
En al ámbito fabril, se destaca la familia de Don Raíl Leclerq, Francisco Apich, Aquino, Kiener, Borfitz. Más tarde llegaron Basilio Madviejenia, Ramón Sánchez, Jiménez, Doroteo Monzón, Mario Aguiar. Néstor Polentarruti empleado de la fábrica, más tarde fue secretario d la comuna terminando como intendente por varios años. Federico Kaenel, fue el químico de la Fábrica, trabajó en el Club Villa Elena en el cual llegó a ser presidente.
Entre los obreros y artesanos de la fábrica se encuentran: Genaro Medina, Ángel Romero, Andrés Fermín, César Ramírez, Walter Schirbaun, Leiva Felipe Díaz, Hermelio Fernández Pascual Cósceres, Emilio Barios, José Martín.
Alberto peón, se casó con Leonida Acuña, dedicándose a las actividades agrícolas ganaderas.
La familia González Ensina, emparentadas entre sí, se desempeñaron como pequeños agricultores.




MUNICIPALIDAD DE LA VERDE

Antecedentes

Cuando en 1.884 se sancionó la Lev Nº 1532 de Organización de los Territorio Nacionales, uno de sus aspectos más fecundos de esta organización institucional fue el régimen municipal. A partir de esta norma legal las poblaciones territorianas podían ejercer sus derechos cívicos limitados al ámbito local. Aunque el municipio autónomo ya estaba previsto en las leyes 576 de 1872 y 686 de 1874, fue en esta ley de 1884 donde se fijaron sus atribuciones, su organización, su duración y la forma de elección de sus miembros.
Según el art. 22° de dicha Ley cada una de las secciones con una población mayor de 1.000 habitantes podía elegir un Concejo Municipal de cinco miembros y lo encabezaba un Presidente electo de entre los concejales. Los miembros del Concejo no percibían remuneración alguna y se renovaban por
mitad cada año.
Las primeras municipalidades creadas en el Territorio del Chaco fueron las de Resistencia, Presidente Avellaneda, Villa Ocampo, Las Toscas y Florencia, que eligieron sus autoridades en 1883.
Pero recién a partir de 1886 se instaló definitivamente el Concejo Municipal de la Capital del Territorio, Resistencia, ajustándose a los preceptos de la Ley 1532. Como a partir de 1887, las colonias Ocampo, Florencia, Las Toscas y Avellaneda, pasaron a la jurisdicción de Santa Fe y debido al estancamiento del proceso colonizador por más de dos décadas, hasta 1908 sólo existía el municipio de Resistencia en todo el territorio del Chaco. En este año, el Gobernador Gregorio López informaba sobre la existencia de Las Palmas y La Sabana, localidades cuyo crecimiento demográfico les permitió contar con comunas electivas, al cumplir el requisito de mil habitantes que exigía el art. 22° de la Ley 1532.
Esta situación continuó sin variantes hasta 1923, pese al surgimiento de numerosos centros poblados en el interior del Chaco, bajo el impulso del Ferrocarril Central Norte, la creación de colonias agrícolas dedicadas principalmente al cultivo algodonero y la instalación varias fábricas de tanino, que atrajeron inmigrantes de las provincias limítrofes. Recién en aquél año, bajo el Gobierno del Dr. Centeno se crearon las Municipalidades de Presidencia Roque Sáenz Peña, Quitiipi, Villa Ángela, Puerto Tirol y Ministro Ramón Gómez (Gancedo).
Pero estas creaciones fueron de efímera duración, y al surgir graves dificultades para el
funcionamiento de estos primeros municipios, el Presidente Alvear reglamentó el art. 22 de la Ley en 1924 y dispuso que dichas entidades podían crearse cuando además del número habitantes exigido, el núcleo urbano contase con la suficiente cohesión social y fuentes de rentas para el sostenimiento de la administración comunal. A partir de allí se tomó conciencia y fueron los propios gobernadores los que se dieron cuenta de esta realidad de que suficiente el número de habitantes para el logro de una eficaz vida comunal, sino que debían concurrir la actividad económica y la cohesión del núcleo humano que debían nutrir al municipio.
Con mayor precisión el propio Presidente Alvear estableció en 1926 que no debían crearse comunas electivas en aquellas localidades territorianas que “...aunque tienen el número de habitantes dentro del ejido de 8.000 hectáreas -numéricamente considerado-, no tienen un núcleo urbano de población bastante denso y de cohesión social, con las fuentes de rentas indispensables para establecer una administración regular sin recurrir a imposiciones gravosas que entorpecen el desarrollo de esas nacientes poblaciones.”
Pero frente a estas comunidades embrionarias, de reciente formación y donde los lazos de comunión vecinal aún no se habían consolidado, el Gobierno Nacional adoptó una solución intermedia ensayada en otras partes del país: la creación de Comisiones de Fomento destinadas a convertirse en futuros municipios autónomos. Así es como las municipalidades creadas en 1924 y las que venían funcionando desde el año 1908: Las Palmas y La Sabana, fueron transformadas en Comisiones de Fomento. Sólo Sáenz Peña mantuvo su condición de municipio.
Los integrantes de las Comisiones de Fomento, en número de cinco eran designados por el Gobernador del Territorio, duraban dos años en el cargo y podían ser renovados indefinidamente. Su constitución era ratificada posteriormente por el Gobierno Nacional. Sus deberes y atribuciones fueron reglamentados por el Decreto Nacional del 16 de septiembre de l925.
Los miembros de cada Comisión de Fomento elegían a sus propias autoridades: Un Presidente, un Vice-Presidente, un Secretario, un Tesorero y el quinto integrante tenía carácter de Vocal. Su desempeño era en condición de “Ad-Honorem” y los ingresos de las Comisiones de Fomento procedían del 40% del producido de las patentes y de la contribución territorial. Sus obligaciones eran similares a las de los municipios, es decir, atender todos los servicios públicos, difundir las condiciones agrícolas y ganaderas de la zona, vigilar las normas edilicias, publicar anualmente una ordenanza general de impuestos y un cálculo de recursos y gastos, y mensualmente rendir cuenta al gobernador de las inversiones y gastos.
Dentro de las limitaciones que imponía el medio, la falta de recursos y muchas veces la escasez de personas aptas para cubrir los cargos, estas entidades cumplieron un importante rol en el desarrollo de los pueblos. Como lo veremos en el caso de La Verde, fueron el ámbito a través del cual se canalizaron muchas iniciativas vecinales y el medio de acceder a los servicios esenciales de la vida urbana y rural. Lo que ocurrió después, en virtud de la inoperancia o la falta de facultades ejecutivas de los Gobernadores, fue que muchos pueblos vieron postergadas por largos años sus aspiraciones de autonomía municipal, pese a que habían cumplido con creces las condiciones previstas por la Ley 1532 y sus reglamentaciones.

Alumbrado público: Desde el año 1933 la Comisión contrató el servicio de energía eléctrica a la fábrica de tanino Enrique Welbers y suministró gratuitamente a los vecinos el alumbrado público y domiciliario, aunque limitado a las horas de mayor necesidad. Cuando en 1941 se contó con una usina eléctrica, se instalaron los medidores y se fijaron las tarifas para el consumo domiciliario, de acuerdo con las necesidades y solicitudes de los pobladores.
Cementerio Municipal: En los comienzos de la localidad, los pobladores enterraban a sus familiares fallecidos en los cementerios particulares de la Sucesión Palacios de Lapachito, de la firma Noetinger Lepetit de La Escondida y en el que tenía el Sr. Benigno Peón en La Verde. La Comisión de Fomento anunció su construcción en 1941 y el traslado de los restos que se encontraban en los lugares aludidos en un terreno de 100 por 100 mts. donados por el Sr. Benigno Peón. Ese mismo año los vecinos comenzaron a utilizarlo construyendo sepulturas en el lugar. Como sobre ese predio pesaba una hipoteca del Banco de la Nación, la Comisión gestionó ante las autoridades su regularización para poder vender las parcelas a los vecinos y poder cobrar los derechos tributarios correspondientes.

Matadero Municipal: Aunque existen referencias del funcionamiento de un matadero en la localidad desde 1920, recién en 1947 la Comisión de Fomento solicitó se le permitiera adquirir un terreno para la construcción de uno nuevo y el arrendamiento de 30 hectáreas de campo para destinarlo a pastoreo del ganado destinado al faenamiento. La oferta más conveniente fue la del Sr. Benigno Peón, con un predio adecuado para las instalaciones y un arrendamiento de 10 años para el campo de pastoreo.
Pese a que la Comisión esperaba inaugurar el nuevo matadero en 1948, surgieron varios inconvenientes que lo impidieron, pues aún en 1950 un ganadero de la zona denunció el mal estado del viejo matadero en cuanto a sus condiciones higiénicas y su proximidad a los lugares habitados. También señaló que el aireo debía hacerse a través de las calles del pueblo con el consiguiente riesgo para los vecinos. Un sumario ordenado por la Gobernación permitió a los integrantes de la Comisión de Fomento hacer su descargo, refutando acusaciones y señalando que el matadero funcionaba en un predio cedido por el Sr. Benigno Peón y que sus instalaciones databan de 1920.

Servicio de aguas corrientes: Aunque en La Verde no se presentaron situaciones tan dramáticas como en otras localidades del centro y oeste del Chaco en las épocas de sequía, el problema del suministro de agua potable preocupó desde un Principio a las autoridades comunales. Recién hacia 1937 se consiguió que Obras Sanitarias de la Nación construyera la planta distribuidora de agua, y en el presupuesto de 1938 ya figuraba el pago de ese servicio “una vez librado al público”. Pero los vecinos sólo pudieron usarlo en forma restringida y para las necesidades más elementales, por cuanto el Gobierno Nacional dispuso que la planta estaba destinada en principio a la Escuela Primaria Nº 67.
Como el problema del suministro de agua se agravaba a medida que aumentaba la población, la Comisión de Fomento convocó a una asamblea de vecinos el 13 de septiembre de 1948, de la cual salió elegida la Comisión Pro Agua Potable presidida por el Dr. Ángel Gusalli Rodríguez acompañado de ocho vecinos. Simultáneamente, el presidente de la Comisión de Fomento D. Carmen Abraham, informó al Gobernador Antenor Farías de la afligente situación por la que atravesaba la población ante la falta de agua por la insuficiencia de las bombas y equipos que sólo abastecían a un 40% de la población, siendo afectada principa1mente la Escuela Nº 67. A pesar de estas gestiones este problema subsistió varios años más y sólo se solucionaría en el período de la autonomía municipal.

Otras realizaciones: La Comisión de Fomento también tuvo activa participación en la creación de la Sala de Primeros Auxilios, en el mantenimiento de la Escuela Primaria Nº 67 y en el apoyo al surgimiento de otras entidades, como el Aeroclub, la Junta de Defensa Antiaérea Pasiva, etc. El organismo comunal fue intervenido en 1.941 por el Gobernador Dr. Florencio M. Solari, quien nombró un Comisionado Interventor. No hemos encontrado antecedentes sobre los motivos de esta medida pues el interventor sólo detectó el atraso de la confección de actas y registros de la Comis6n, y la no publicación de la ordenanza de Recursos y Gastos correspondientes a ese año.
No debieron ser muy graves las deficiencias detectadas, pues una vez concluida la Intervención, la Comisión de Fomento continuó funcionando con sus mismos integrantes.
Un aspecto singular de la labor de la Comisión de Fomento, fue la supervisión y control sobre los espectáculos públicos con respecto a su moralidad y a su finalidad artística y social. Todos los programas de cine, teatro, circo y similares, debían “...ser aprobados previamente por la Comisión de Fomento, la que se reserva el derecho de negar permisos que no llenen las condiciones de moralidad necesarias, seguridad, higiene, fines artísticos y educación física popular o social, y los que a juicio de la Comisión no sean de interés general como medio de tonificar la moral de la población.”

Intervención en Congresos Municipales
La labor y el pensamiento de la Comisión de Fomento de La Verde se conocieron en los diversos Congresos de Municipios y Comisiones de Fomento realizados en el entonces Territorio Nacional del Chaco a través de sus representantes, quienes plantearon las necesidades y problemas de la zona y propusieron soluciones.
En el Congreso de 1940 realizado en Resistencia, fueron delegados de La Verde Jacinto González Figueroa y José del Valle Pardo. En esta oportunidad el Sr. González Figueroa reclamó por la crónica falta de maestros que padecían las escuelas del territorio y que aún los que prestaban servicio en los establecimientos escolares eran trasladados a otros destinos. Dio como ejemplo el caso de la Escuela Nº 67 de La Verde, donde la misma Directora debía atender simultáneamente a varias secciones de grado con 250 alumnos, pese a existir siete maestros designados para dicha escuela.
En ese Congreso, el delegado de La Verde, propuso la creación de un Vivero Municipal Territorial para fomentar la reforestación, en virtud de la explotación intensiva a que estaban sometidos los bosques chaqueños. La ponencia del Sr. Figueroa expresaba:
“Desgraciadamente actuamos en una zona donde es implacable la lucha del hacha con árbol y éste, como todo lo que es noble en la vida, acepta el designio sin ninguna queja. No es de hoy la lucha, pues si fuera pasaría desapercibida, hoy que todos los valores están poco menos que al borde de la quiebra, es una lucha de muchos años ya, ya sea por una circunstancia o por otra el asunto es que no decrece y lo que es más lamentable que no se ponga un freno a tanta ira que amenaza arrasarlo todo”.
La ponencia no fue aceptada por la existencia de los viveros de Presidencia de La Plaza y Colonia Benítez, aunque los municipios se quejaban de que éstos no satisfacían la demanda de árboles para los distintos pueblos del Territorio. De todos modos quedó el elocuente testimonio de una preocupación por la preservación del medio ambiente vegetal del Chaco, que tiene hoy una actualidad indudable a más de medio siglo de ser expresada. Posteriormente en el Congreso de 1947, también estuvo representada La Verde por el mismo Presidente de la Comisión de Fomento D. Carmen Abraham.
Señalamos esta presencia de hombres representativos de La Verde en los foros territoriales de la época, como una demostración de que esta comunidad que apenas alcanzaba a tener dos décadas de vida, ya estaba en condiciones de debatir de igual a igual los problemas territoriales locales comunes a todos los pueblos, con representantes de otros centros de mayor antigüedad e importancia numérica del Chaco.

Servicio de Correo
Se cuenta con este servicio desde aproximadamente el año 1.948. la oficina de correos funcionaba en un local cedido por el Sr. Benigno Peón ubicado sobre ruta Nº 16 (hoy Avenida San Martín). Su jefe era don Luís M. Iglesias y como cartero se desempeñaba el Sr. Juan Romero.
Actualmente funciona en un local cedido por la municipalidad.

Minifilial del Banco del Chaco
En la década del 80, se instala una sucursal del entonces Banco de la Provincia del Chaco, el que ahora sigue prestando servicios bajo la denominación de Minifilial Nº 15 del Nuevo Banco del Chaco, tres días a la semana.


SINDICATO DE TRABAJADORES MUNICIPALES

En la localidad de La Verde Departamento General Dónovan de la Provincia de Chaco, el día 20 de noviembre de 1.998, se reúnen en la sede sindical los empleados administrativos y obreros de la Municipalidad de La Verde, con el objetivo de constituir una Comisión Directiva del Sindicato de Trabajadores Municipales, denominado anteriormente “Sindicato Unión de Obreros y Empleados Municipales”, en defensa de los derechos y los reclamos de los empleados; es el ánimo de la mayoría de los trabajadores establecer una comisión sólida, con sentido de responsabilidad.
Luego de un arduo debate se llega al acuerdo de elegir al Sr. Romero Librado Baloy para ocupar el cargo de Secretario General; al Sr. Sosa Alejo José, el cargo de Secretario Adjunto; al Sr. Oscar Alfredo Canal, Secretario de Organización y Acción Social; al Sr. Vence Pedro Alejandrino; al la Sra. Barreto Olga, Secretaria de la Mujer y los Derechos Humanos; al Sr. Álvarez Irrito, Secretario de Finanzas. Conforme y dispuesto por la mayoría, se resuelve reducir a dos la cantidad de vocales titulares, nombrando con este cargo a los Sres. Mustafá Carlos Tomás y Legal Tito.
Del mismo modo se propone y es aceptado por la mayoría, el nombrar sólo dos vocales suplentes, ocupando este cargo los Sres. Duarte Roberto Gabino y Ramírez Fernando Ramón.
Asimismo se propone elegir a un Revisor de Cuentas, cargo que recae en la responsabilidad del Sr. Duarte Domingo Dionisio.
Queda así establecida en la conformidad por el voto mayoritario de los trabajadores municipales, la conformación de la nueva Comisión Directiva del Sindicato de Trabajadores Municipales de La Verde.
Tema seguido, se plantea aprobar el Estatuto Sindical aceptado por la mayoría, comunicar al Poder Ejecutivo y Consejo Deliberante la aprobación de la Comisión Directiva del Sindicato de Trabajadores Municipales. Conformada la misma por el número total de 20 asociados, respaldad por la Federación de Empleados Municipales del Chaco, liderada por el Sr. Zampayo.
Primeramente las reuniones referidas al S.T.M. se realizaban en el local municipal, hasta que el 3 de diciembre de 1.994 se construye el actual edificio del Sindicato de Trabajadores Municipales, por Decreto Nº 2119, a través de la obtención de un subsidio por el valor de 30.000 australes.

Nómina de los primeros socios del sindicato
Caballero, Cristina; Duarte, Domingo D.; Duarte, Roberto G.; Legal, Tito; Maidana, Carlos R.; Martínez, Marcelo; Molina, Juan Carlos; Pared, Ramón; Peña, Baleriano; Ramírez, Fernando R.; Romero, Baloy L.; Sosa, Alejo José; Gómez, Elvira Ester; Canal, Oscar A.; Vence, Pedro A.



IGLESIA CATÓLICA
Historia de Nuestra Señora de la Merced

Hace más de 1.200 años, los mahometanos habían conquistado más de la mitad de España. Desembarcaron en las costas incendiando campos, caseríos, tomando prisioneros a los habitantes. Los hijos del Islam encarcelaban a miles de cristianos. A muchísimos los vendían como esclavos; otros morían por no renunciar a la fe cristiana.
La invocación fervorosa de los cristianos cautivos, a la Madre de Dios, en la noche del 1 de agosto de 1.218, hizo que ella se presentara simultáneamente a Pedro de Nolasco Raimundo de Peñaflor y al Rey Jaime I de Aragón dándole la misión de fundar una nueva orden para el rescate de los cristianos cautivos y así fueron muchísimos los prisioneros que alcanzaron la libertad, se calcula que alrededor de trescientos mil.
Unos mil religiosos murieron mártires en el cumplimiento de su misión. Oficialmente, la orden se creó el 10 de agosto de 1.218 en la Catedral de Barcelona, ante el altar de Santa Eulalia y la llamaron Santa María de los cautivos.
Esta fue una Merced hecha por la Virgen a los hombres y por eso se extendió rápidamente.
El Papa Inocencio XII, en 1.696 la extendió a la Iglesia Universal.
La devoción a la Virgen de la Merced se remonta a los tiempos de la fundación de Lima.
Los mercenarios que fueron los primeros en llegar a América, no sólo evangelizaron a la región sino que gestaron el desarrollo de la ciudad al edificar los hermosos templos que hoy se conservan como valioso patrimonio histórico, cultural y religioso. Junto con estos frailes llegó la celestial Patrona, la Virgen de la Merced.
La imagen de la Virgen, viste totalmente de lino crudo blanco, sobre su larga túnica lleva un escapulario en el que está impreso a la altura del pecho, el escudo real de la orden (Aragón y Asturias).
En algunas imágenes se la representa de pie y en otras sentada. Unas veces se muestra con un niño en los brazos y otras los tienen extendidos, sin el niño, muestra un cetro real en la mano derecha y en la izquierda unas cadenas abiertas, símbolo de la liberación.
El 24 de septiembre de 1.812 el General Belgrano la nombró Generala Protectora de sus Soldados, entregándole luego el bastón de mando y nombrándola Patrona del Ejército.
En 1.945, el gobierno nacional designó a la Virgen Santísima de la Merced Patrona del Ejército Argentino, en Córdoba, en la iglesia de los Padres Mercedarios, y así en Corrientes (Capital), Mercedes (Corrientes), San Luís, San Justo (Santa Fe), La Liguria (Resistencia Chaco), La Verde (Chaco) y en otros lugares del país y del mundo.



Los comienzos de la labor apostólica en La Verde Chaco
Al comenzar la década de 1.940, La Verde era ya una población organizada y con vida propia. Contaba con una Comisión de Fomento “Intendencia”, los servicios esenciales de agua y electricidad se brindaban con algunas restricción es; la fábrica Enrique C. Welbers S.A. daba trabajo a un numeroso personal.
La educación de primaria completa permitió el egreso de numerosas promociones.
Por otra parte la agricultura, la ganadería y la explotación forestal se encontraban en pleno desarrollo.
Sin embargo, esta comunidad que había dado prueba de trabajo y sacrificio para superar todas las dificultades, no contaba con la asistencia espiritual acorde con las aspiraciones de sus pobladores.
Solo la presencia esporádica de misioneros y sacerdotes provenientes de Resistencia, que oficiaban misa, bautismo y casamientos en domicilios particulares, mitigaban en parte las apetencias espirituales de los pobladores de esta localidad.
El campo debió soportar durante mucho tiempo el abandono religioso, esto no solo afecto a La Verde, sino a todos los pueblos del interior del entonces Territorio Nacional de Chaco.
Ocurría que por entonces, tanto Chaco como Formosa dependían de la Diócesis del Arzobispado de Santa Fe y la distancia y la carencia de sacerdotes impedían la atención espiritual adecuada a estos territorios. Fue precisamente el Arzobispo de Santa Fe Monseñor Nicolás Fasolino, quien solicitó y obtuvo del Papa Pío XI el nombramiento de Monseñor Nicolás De Carlo como obispo auxiliar de Santa Fe en 1.936, para designarlo de inmediato Provicario y Administrador General de los territorios de Chaco y Formosa con sede en Resistencia. Monseñor De Carlo tomó posesión de su cargo el 20 de diciembre de ese mismo año. Mientras las autoridades eclesiásticas gestionaban la creación del Obispado de Chaco y Formosa, hecho que ocurrió en 1.939 por medio de la Bula “Eclesiarum Omnium” otorgado por el Papa Pío XII. El Pontífice designó a Monseñor De Carlo primer obispo de la nueva diócesis el 1 de agosto de 1.940, y éste se hizo cargo de su sede en Resistencia el 20 de octubre de ese mismo año.

Los comienzos religiosos en La Verde
El primer sacerdote que visitó La Verde fue el Padre Jorge Otto Heinemann, quien llegó a esta localidad en mayo de 1.941, en donde fue recibido por todo el pueblo, entre ellos don Benigno Peón quién donó el lugar para la creación de la capilla.
Su primera misa la ofició en la casa de la Sra. Juanita Peón de Mántaras; este acontecimiento tiene un gran valor histórico para el pueblo de La Verde, porque ese día abrió el camino a las inquietudes espirituales de los vecinos.



1º Comunión en La Verde
Una muestra de la repercusión que tuvo la presencia y los afanes pastorales de este misionero y de la respuesta que tuvo de la población, fue que el 20 de junio de 1941, diez niñas recibían la primera Comunión en la casa de la señora Juanita Peón de Mántaras, siendo ella su catequista, esta ceremonia se celebraba por primera vez en esta localidad, entre algunas de las catequizadas se encontraban: Elvira Menéndez, Celestina Gómez, Dora Canal, Elsa Ortiz, Valentina González, Inocencia Peña, Natividad Peña.

Formación de la 1º Comisión Pro-capilla
Fue necesario aunar voluntades y poner énfasis a la tarea de recolectar fondos para la obra, manteniendo a la vez el entusiasmo y el fervor religioso que supo despertar el padre Jorge. Para ello se construyó la primera Comisión Pro-Capilla. El 6 de agosto de 1941, unas valientes damas toma la iniciativa y la primera Comisión queda formada.
Mientras se cumplían estas tareas, los oficios religiosos se realizaban una vez al mes en la casa de la Señora Juanita Peón de Mántaras, quien generosamente cedió un local que sirviere de capilla provisoria. Esto permitió que en el mes de mayo de 1942, el misionero rural R.P. Julio Rodríguez, predicara con éxito la primera misión que tuvo lugar en La Verde, lo que contribuyó también a incentivar en los pobladores el interés por la construcción de la capilla.
En 1.943 la localidad de La Verde queda comprendida dentro de la jurisdicción de la Parroquia de Presidencia de La Plaza, donde precisamente había sido designado el cura párroco R.P. Jorge O. Heinemann, lo cual permitió la continuidad de su obra pastoral en nuestra localidad y redoblar los esfuerzos para la creación de la capilla.
El 23 de julio de 1.944 se coloca la Primera Piedra Fundamental, la bendición la realizó el R.P. Severino Castellanos, en el terreno donado por el Sr. Benigno Peón en Mº 35, parcela 1, de una superficie de 3.649 m2 y 1.364 m2.
El 25 de septiembre de 1.945, la Comisión recibió del Sr. Benigno Peón el título de propiedad del terreno de la Capilla.
Después de estos acontecimientos, la Comisión Pro-Capilla había reunido los fondos para la adquisición de los materiales para la obra y una de las contribuciones más significativas fue la del Sr. Enrique C. Welbers.
Entre los varios proyectos presentados para el edificio, mereció la preferencia de la comisión y la aprobación del Obispado de la Diócesis, el presentado por el Sr. Fortunato Rolfi, profesional de Resistencia a quien le fue confiada la construcción.
Debido a la falta de fondos la obra fue demorada, pero pese a ello, durante el año 1.947 y aunque no totalmente terminada, se resolvió habilitarla para el culto.
El altar fue hecho de material, con ladrillo, cal y cemento, y se considera una reliquia “ARA” con un vestigio Santo en su interior perteneciente a un mártir alemán del siglo V.
El 16 de noviembre de 1.947, fue bendecida y puesta bajo la advocación de Nuestra Señora de la Merced, en medio del alborozo general, pues toda la población de La Verde y sus alrededores, esperaban este momento con gran expectativa. También la Comisión Pro-Capilla veían coronados los esfuerzos desplegados durante seis años.
La presencia de Monseñor De Carlo otorgó jerarquía a este acto, pues era reconocido ya en todo el Chaco por su intensa labor pastoral y social.
El Obispo fue quien bendijo la imagen de la Virgen de La Merced que había sido donada por el Sr. Benigno Peón y de este modo quedaba consagrada Patrona de La Verde, y todas sus colonias: Campo Binagui, Villa Quijano, Lapachito, Hivonnait, Paraje La Gloria y las leguas 41, 42, 43, 44, 45.
El 21 de septiembre de 1.959, por decreto del Gobierno Provincial Nº 2653/59, declara día feriado el 24 de septiembre para esta localidad, firmado por entonces gobernador Anselmo Ducca Zoilo.
Los trabajos en la capilla continuaron para concluir el piso de mosaicos, revoque de las paredes, la construcción del campanario y los bancos.
En junio de 1.955, en concordancia con la nueva división departamental de la provincia, La Verde, Villa Quijano, Makallé, Lapachito, pasaron a depender de la nueva parroquia San José de Puerto Tirol, a cuyo frente se encontraba el Presbítero José Antonio Montaña.

Destrucción de la imagen
Debido a la poca consistencia del subsuelo donde se asentaba la capilla, se produjeron rajaduras y corrimientos en sus paredes y pisos, esto a su vez afectó a la repisa que sostenía la imagen de la Virgen, ocasionando su caída y destrucción total el 6 de enero de 1.962.
La comunidad nuevamente se movilizó para refaccionar el templo y pronto una nueva imagen de la Virgen de la Merced, donada por un empresario el Sr. Enrique Welbers y su esposa, reemplazó a la anterior quedando expuesta a la veneración de los fieles, se la fabricó en una santería de Santa Fe, basado especialmente en el modelo español, con grilletes y el niño, manto real con pedrería y una corona dorada.

Creación de la Parroquia San Antonio de Padua en Makallé
El 1 de junio de 1.964 fue creada la parroquia de Makallé, pasando La Verde a esta jurisdicción, a cuyo frente fue puesto el Presbítero Jorge Otto Heinemann, este sacerdote tan estimado ya en esta localidad volvía a retomar con renovados bríos, su incansable labor de asistencia espiritual y valioso consejero.
La corta distancia entre las localidades y la existencia de camino pavimentado, posibilitaron una atención religiosa más frecuente, y así pudo celebrar misas dos domingos por mes y, a veces, hasta algunos días de la semana, los primeros viernes del mes motivos del Corazón de Jesús, los sábados a la Santísima Virgen, también la Noche Buena y la Semana Santa.

El campanario de Nuestra Señora de la Merced
El 25 de septiembre de 1.972, con motivo de celebrarse el 25 aniversario de la capilla, la Comisión Pro-Templo presidida por el Sr. Roberto Balbuena y contando con la colaboración de un entusiasta grupo de jóvenes, se abocó a la tarea de refaccionar todo el edificio, y se adquirió una campana de bronce de 50 kg., y una puerta cancel para cubrir el sol que da de frente.
El 24 de septiembre de 1.982, al celebrarse las fiestas patronales, dedicada a honrar a Nuestra Señora de la Merced motivó a la Comisión Pro-templo bajo la presidencia del Sr. Amado Abraham y su tesorera Faustina Peón de Menéndez y toda la comunidad a inaugurar el techo de zinc y el nuevo campanario de 12 metro de altura con sus dos campanas, una de 70 kg. Y la otra de 130 kg., y ambas hacen un total de 200 kg. Que reemplazaron a la otra campana de 50 kg. (que hoy se encuentra en Colonia Mixta. San Francisco).
Las campanas son de medio vuelo en tono de “Do” y “Fa”, con doble golpe y palancas de vaivén.
La fabricación se efectuó en los talleres de fundición del Sr. L.G. Bellini e hijos, con asiento en san Carlos, Norte de Santa Fe, y llevan una inscripción en cada lado de ellas “AVE MARÍA”, y fueron donadas por el Sr. Martín Ruppel. Los yugos que las sostienen han sido fabricados en la empresa E.C. Welbers de la Verde, y colocados por el Sr. Mario Primo y obreros de dicha fábrica.
Las bendijo el mismo Padre Jorge en solemne acto ritual.
Con respecto al Sagrario, fue traído por el Padre Jorge de Juan José Castelli del altar donde ofició sus primeras misas para inmigrantes alemanes en 1.939; fue refaccionado en pintura dorada.
El Comulgatorio fue traído de Pcia. De la Plaza, la primera parroquia del padre Jorge.
La imagen del Sagrado Corazón fue donada por la Sra. Carmen Abraham. La imagen de San José por un grupo de damas y el Sr. José Philippon. También se donó a la capilla un órgano electrónico por el Sr. Martín Ruppel.
En marzo de 1.985 se comenzó a construir el salón parroquial, se colocó el tinglado de 10 x 20, luego se realizó el contrapiso. Esta obra fue presidida por la Sub Comisión Pro-Templo, por la Sra. Belkys Rosse de Rojas.
Para fines de 1.987 queda terminado en un 80%, con sus dos puertas en el centro y con siete ventanas.
Este salón lleva el nombre de Monseñor Jorge Otto Heinemann, en memoria de su trabajo apostólico realizado en esta localidad.

60 años Sacerdotales de Monseñor Jorge Otto Heinemann
El 24 de septiembre de 1.988 Monseñor Jorge Otto Heinemann cumple sus Bodas de Oro sacerdotales.
El 24 de septiembre de 1.998, el padre Jorge, celebró sus 60 años sacerdotales, en la fiesta de Nuestra Señora de la Merced. Recibió saludos de su Santidad Juan Pablo II, con el título HONORÍFICO DE MONSEÑOR Y CAPELLÁN DE SU SANTIDAD. Recibió la visita de su sobrino el Arzobispo de Berlín y Cardenal de Alemania Jorge Maximiliano Sterzimski, Monseñor Carmelo Giaquinta Obispo de Resistencia, Monseñor Lorenzo Sartori Obispo de Presidencia Roque Sáenz Peña, del gobierno provincial lo visitó el vicegobernador Miguel Pibernus, miembros de la Embajada de Alemania, el intendente local Héctor Grabre, el intendente de Lapachito Juan Mosqueda y otras autoridades.
El vicegobernador entregó de regalo un cáliz y se descubrió una placa recordatoria en la nave de la capilla. El sobrino del padre Jorge fue declarado Huésped de Honor por ser el primer Cardenal que arribó al Chaco y a La Verde.
Otra condecoración que recibió el Padre Jorge por parte del gobierno alemán fue la Cruz del Mérito, entregada en el Club Alemán en Resistencia.
El 27 de febrero de 1.999, fue designado cura administrador de la Parroquia San Antonio de Padua de Makallé el padre Víctor Gauregui, debido a que la salud del padre Jorge había comenzado a decaer, por esta razón el Obispo Monseñor Giaquinta decidió enviar colaboradores que además debían cuidarlo, ya que sus 89 años, no le permitían trasladarse a las demás capillas.
El 26 de febrero llegó se resistencia el joven Presbítero Néstor Benítez, para acompañar al padre Jorge como cura administrador de la parroquia y luego pasó a ser Vicario.
El viernes 21 septiembre de 2.001, la comunidad católica de la Parroquia San Antonio y todo el departamento General Dónovan, recibían la triste noticia del fallecimiento de Jorge Otto Heinemann, Cura, Presbítero, Monseñor y condecorado Monseñor y Capellán de Su Santidad.
El sábado 22 de septiembre a las 10 horas, luego de una Misa de Cuerpo presente, sus restos fueron depositados al frente lateral de la parroquia de Makallé.
En su último testamento de abril de 1999, pidió ser sepultado bajo tierra (tal la costumbre alemana) en un cajón de madera.
Al fallecer el padre Jorge, quedó el padre Néstor Omar Benítez como cura párroco de la Parroquia San Antonio de Papua de Makallé y su misión culminó el 26 de febrero de 2.004.
El 27 de febrero de 2.004, se hizo cargo de la parroquia el padre José Ángel Segarra que llegó desde Las Palmas, y desde su llegada en todas las capillas se produjeron algunas obras importantes, en Makallé se realizaron mejoramientos de los sanitarios y se compró una computadora; en Lapachito se cerró el predio de la capilla con muro y tejido; en La Verde se instalaron dos baños, una cocina, se compraron equipos de sonido, un retroproyector.

Relatado por la Sra. Elvira Menéndez
“La iglesia surge por una iniciativa de la señora Juanita Peón de Mántaras
La piedra fundamental se coloco en el año 1.947 y fue colocado por un sacerdote de misiones (Severino Castellano) decido a que en el pueblo no lo había. Las misas se hacían en la casa de la señora Mántaras Peón de Suárez.
Recuerdo que la iglesia se construyo con el apoyo de toda la comunidad. Primero se construyo la capilla, después la señora Pilar Fernández de Aquino con beneficios hizo la torre donde hace 10 años fueron colocadas las campanas donadas por el Sr. Ruppel Martín. El primer cura fue el padre Jorge Heinemann y dependimos de la parroquia de plaza. Luego vino el padre José a. Montaña, ahí dependimos de Tirol. Cuando se construye la parroquia de Makallé vuelve el padre Jorge y de allí dependemos de la parroquia “San Antonio de Padua” (Makalle). Otros curas que pasaron por nuestra capilla fueron el padre Víctor que duro 3 meses, el padre Néstor quien estuvo 4 años, el padre José Segarra.
También recuerdo que la señora Juanita Mántaras preparaba para la primera comunión a los chicos y demostraba mucho aprecio e interés por ello”.




JARDÍN DE INFANTES Nº 99 “FRANCIS MEYER”

El jardín de infantes Nº 99 “Francis Meyer”, primera institución del Nivel Inicial, en la localidad de la verde, perteneció primeramente a la Escuela Nº 67, sus docentes eran capacitadores del nivel primario, pues no había docentes del nivel inicial. Luego, en el año 1.987, ingresa como interina, una primera docente del pueblo, y otra docente con traslado transitorio, luego, se inician los trasmites con cuatro salas, para su independización de la escuela Nº 67 otorgan dicho pedido, y así, el jardín comienza a tener personal especializado del nivel y dirección a/c de sección. Luego, se crea otra sección con la cual la dirección queda a cargo de la docente de mayor puntaje.
Al pasar los años, la demanda poblacional fue más elevada, por lo tanto se pide la donación de un terreno para construir el edificio propio, pues se usaba como jardín, la casa de maestros de la escuela. El pedido fue aceptado, mientras tanto, la biblioteca Aguado, cedió sus instalaciones (antiguo edificio) para que funciones cinco salas, mientras se construían el actual edificio una sala más amplia, soom, y dirección.
El establecimiento educativo, en la zona urbana del pueblo, con un anexo a 2km, denominado “barrio Malvinas”. Actualmente consta de: tres secciones en el turno de la mañana, una de cuatro años y dos de cinco, y dos en el turno de la tarde: una de cuatro y una de cinco años. El jardín se encuentra a metros de EGB Nº 67 “José A. Wilde”, a dos cuadras de la municipalidad, banco y correo. Llegar al mismo, es muy fácil acceso, ya que el pueblo posee veredas que llegan a las instituciones. Está rodeado de barrios, de construcción sólida y pequeños comercios en un entorno relativamente armónico y tranquilo. Se establecen redes con otras instituciones para el mejor proceso de enseñaza- aprendizaje. El jardín de infantes Nº 99, posee un diagnostico institucional, al cual se aborda teniendo en cuenta los diagnósticos áulicos, por lo tanto, se sabe cual es el perfil del niño que egresa de la institución: crítico, reflexivo, investigador, alegre, pleno.
El plantel docente, posee reglas de trabajo y un personal de servicio de planta.
Posee una asociación cooperadora, un coro, reconocido como interés municipal cada docente, posee tareas extraescolares: biblioteca, cooperadora, educación física, música, ropero escolar, cruz roja, materiales didácticos


ESCUELA PRIMARIA

La escuela Nº 67 fue la punta de lanza que endió al multiforme cuerpo del analfabetismo. Surgió en la verde, no como una creación, sino como traslado desde la sabana donde comenzara funcionar en 1.924. Al año siguiente abre sus puertas en el pueblo, con la satisfacción de su población, que ve en ella un presagio estimulante del progreso social.
En un terreno donado al Consejo Nacional de Educación por don Benigno Peón y con la colaboración de un grupo de vecinos, se levanta el edificio, en el cual, por transferencias de carghos docentes de la escuela nº 22 de la sabana, el 29 de julio de 1.925, con una inscripción de 24 niños, se comienza a dictar clases.
El primer director fue el SR. Jorge Muller y su esposa doña Aída Morgan, la maestra. Estos docentes duraron pocas n esas funciones, pues al año siguiente comienza, lo que seria luego una larga actuación directiva de la SRA. Sara Laura Peón.
El edificio levantado con el esfuerzo de todos, era rústico, pero luego por la acción de estos docentes, adquirió un aspecto agradable con alboreda, huerta y jardín.
Al comenzar la década de los años 50, merced al plan quinquenal del gobierno nacional encabezado por el general Perón, se construyó el moderno edificio que alberga actualmente a este centro educativo.
En sus aulas que llegaron a acosijar a más de 500 alumnos, en dos turnos, con 20 docentes siempre se desarrolló una meritoria labor educativa. En esta década, funcionó una escuela para adultos y centros alfabetizadores.
El día 9 de octubre se inauguro el Museo Lucia Falcón en las instalaciones de la Escuela Nº 67, se contó con la presencia de autoridades locales, alumnos, comunidad toda.
Dicho museo eleva el nombre y apellido de la señora que dedico su vida a esta escuela como portera y como madre: la señora lucia Falcón.
Seguidamente la escuela Municipal de Folklore de la localidad ofrece un espectáculo para los presentes. A su termino se lleva a cobo un vino de honor para homenajear a Doña Lucia y su familia y también para brindad una despedida calurosa al señor Julio Ceferino Dellamea, maestro en técnicas agropecuarias, quien ha permutado con el señor Víctor Dellamea.


El edificio Escolar
Se inicio en una pieza de casa de familia y luego en 1.926 funcionó en un edificio de mampostería con techo de chapa, dos aulas, dirección y secretaria.
En 1.950 se inicio la construcción del nuevo edificio que terminado en abril de 1.952 es paulatinamente ocupado hasta que el 25 de mayo del corriente es inaugurado oficialmente.
Este edificio es refaccionado en 1.960 y 1.968 con subsidios del gobierno Provincial quedando definitivamente conformado con forma de T, siete aulas y dos especiales, dirección, cocina, deposito, baños, torre, aljibe, etc.
Esta ubicado en calle Maestro Sarmiento y Mariano Moreno S/N
Personal Directivo
Jorge E Muller (1.925_1.9289)
Aída Morgan de Muller (1.928)
Jara Laura Peón de Gonzáles (1.928-1.925)
Oscar Rosario Barros (1.965-1.969)
Faustina Peón de Menéndez(1.969_1.8974 y 1.975_1.976)
Lidia Maria Ester Cámara de Espinosa (1.974_1.978)
Nelida Yolanda Ester de Gonzáles (1.975)
Elsa Gladis Aguilar de Rocha (1.975)
Faustina Peón de Menéndez (1.975)
Roberto Horacio Corvalán (1.975)
Faustina Peón de Menéndez ( 1.975_1.976)
Roberto Horacio Corvalán (1.976_1.978)
Nómina de Vicedirectores
Oscar Barros: interino titular
Faustina Peón de Menéndez: suplente e interina
Matilde Argentina Sosa de Blasco : suplente e interina
Nelida Yolanda Aguilar de Gonzáles: titular
Elsa Gladis Aguilar de Rocha: titular
Faustina Peón de Menéndez: suplente
Roberto Horacio Corvalán: titular
Matilde Argentina Sosa de Blasco: suplente

Personal que pasó por esta escuela
La escuela nº 67 tuvo a lo largo de su historia, maestros que se destacaron en su labor educativos. Después de una larga actuación de la SRA. Gonzáles Figueroa, le tocó desempeñarse en el cargo que ella había dejado por jubilación al SR. Oscar Barros, quien pasó a ocupar la vicepresidencia del Consejo Nacional de Educación.
En la década del 30 enseñaron, Elena y Ema Grossi y Lía Ivancovich.
En la década del 40 se desempeñaron como maestro Elvira Abraham, Celia Mechulán, Sara de Villordo, los esposos Sánchez negrete, seres Ivancovich, Elena Hurtado, Anita Trujillo Gladis Barea, María peón, Zulma Insfran, Faustina Peón d Menéndez, Matilde Soasa de Blasco, Roberto Corbalán, SRA. Elvira Cabrra de Zarza.

Escuela para Adultos
Se inició como Sección de Grados Complementarios, en la escuela Nº 67 en marzo de 1.982. Por disposición Nº 1.411/85 se crea la Escuela para Adultos Nº 45. Actualmente cuenta con tres maestras titulares, siendo su directora interina la Sra. Margarita Martín.



EGB Nº 605 BARRIO MALVINAS ARGENTINAS

La EGB Nº 605, Categoría tercera zona rural 2 está ubicada a unos tres Km. de la zona urbana de La Verde. El establecimiento está precisamente construido en medio de las viviendas que corresponde al que denominamos barrio Malvinas, el cual en un principio sólo fue un asentamiento ya que sus pobladores se vieron obligados a abandonar sus viviendas insertas en el Paraje La Gloria distante a unos 5 km del barrio actual. El motivo de esta obligada inmigración se debió a que ellos estaban en un terreno cedido por don Basilio Menéndez antiguo poblador de la localidad más cercana y al fallecer este sus herederos de común acuerdo decidieron venderlo. Juntar por tal motivo y para dar solución a este conflicto el entonces intendente municipal don Héctor Antonio Grabre le concede un predio a cada habitante con sus familias correspondientes al igual que materiales para la construcción de sus viviendas. Seguido a ello ve la necesidad de la construcción de una nueva escuela que brindara servicio educativo a los alumnos que concurrían a la antigua escuela, la que ya no cumpliría las funciones específicas para la que fuera construida en su momento. A tal efecto el intendente efectúa los trámites correspondientes adquiriendo de las autoridades del Ministerio de Educación el permiso solicitado; iniciando entonces con recursos propios la edificación del nuevo edificio escolar a escasos metros del matadero municipal.
Este nuevo edificio comenzó a funcionar un 4 de abril del año 1.999, con el pasar de los años el aumento de la población dejó de ser un asentamiento convirtiéndose en el barrio Malvinas.
La Planta Orgánica Funcional, conformada por docentes todos titulares;
Directora: Duarte Dalmacia
Docente de primer año primer ciclo: López Olga Patricia
Docente de tercer año división B y segundo año del primer ciclo: SRA, Hidalgo Elizabet
Docente de tercer año B y cuarto año del segundo ciclo SRA. Suárez Ana Elizabet
Docente de quinto y sexto año: SRA. Duarte Dalmacia.
Otro de los beneficios de los que cuenta la institución es el aporte de profesoras de manualidades pertenecientes a la EPA Nº 45 de la verde, quien brinda el servicio a las alumnas de la comunidad y a las madres que asisten a la enseñanza que luego son transferidas a sus vidas cotidianas y en otras situaciones les permite logran beneficio económicos mediante los trabajos realizados en las clases asistidas.
Al principio la institución funcionaba en ambos turnos ya que contaba solamente con dos salas destinadas al desarrollo de las prácticas educativas. A partir de la construcción de dos aulas más se trabaja en un solo turno.
También se brinda servicio de refrigerio a los niños al igual que el servicio de comedor el que es sumamente necesario para los alumnos. Estos servicios estaban a cargo de madres que perciben los beneficios de los Planes Nacionales, son ellas: Reyero María; Acosta Juana y Cardozo Patricia.

COLEGIO SECUNDARIO

La educación, esa ofrenda preciada que es la base del progreso de los pueblos, hasta no hace muchos años no era tenida en cuenta como instrumento que hay que darle al hombre para que pueda, con probabilidad de éxito, labrarse su porvenir. Las primeras familias del Chaco, acuciadas por otras prioridades propias de la población en gestación, pospusieron esta necesidad por otras más perentorias. Luego, con el correr del tiempo se les fue despertando en sus conciencias la necesidad de que sus hijos recibieran ese don que los habilitaría con mayor posibilidad a enfrentar el futuro. Primero fue la educación primaria incompleta, luego se percataron de que esa educación debía completarse con el ciclo primario. Más tarde aparecieron los beneficios de la educación secundaria. Las familias de La Verde, también poco a poco iban avizorando el bien de la capacitación de sus hijos mediante la educación secundaria. Al comienzo fueron contados los jóvenes que completaron este ciclo educativo. Los padres que podían costear la educación secundaria de sus hijos no lo hacían y otros, por razones económicas no podían, pues, era necesario para tal fin mandarlos a Resistencia o a otra ciudad con establecimientos educativos de ese nivel.
No obstante a esta situación, muchos jóvenes del pueblo concurrieron a establecimientos secundarios de Resistencia, siguiendo la carrera de maestro normal. Ellos fueron en cierto modo precursores de este campo: Faustina Peón, SRA. De Menéndez, Hilda Canal, Faustino Vargas Rubí, Pilar Espinosa, Elvia Menéndez, Celia Monzón, Vilma, Bety y Cela Bogado.
En la década del 50 un visionario docente de La Escondida, don Carlos Belisario Enrique, organizó un colegio secundario, que al principio tuvo que sortear muchos inconvenientes. Este colegio secundario fue la solución para los padres de la zona que deseaban ese nivel educativo para sus hijos. Los de La Verde, colaboraron para llevar adelante la iniciativa del maestro Enríquez. Después enviaron a sus hijos, quienes al principio tuvieron que viajar precariamente hasta dicho colegio que quedaba distante 11km, iban en jardinera, volanta, a caballo, etc. Frente a esta realidad y en la convicción de la molestia de los chicos que debían viajar en condiciones tan modestas todos los días organizamos una institución llamada Asociación de Padres Secundarios. Eso nos permitió llevar a cabo gestiones para adquirir un vehículo que ofreciera comodidad y resguardo a los estudiantes. Gestionamos un crédito en el Banco del Chaco, con el cual compramos un ómnibus usado, pero en buenas condiciones a la empresa Petacde Makallé.
Al comienzo funcionaban los cursos adscriptos a otro establecimiento secundario de Resistencia, donde al finalizar el año escolar debían ir a rendir, hasta que el gobierno los oficializara. El problema se planteó con el 5º año que no estaba oficializado. Había que hacer gestiones para lograr tal requisito. En el año 1.964, visitó el Chaco el Presidente de la Nación el DR. Humberto Illia, al cual se le gestionó dicho problema, y al poco tiempo el instituto tenía oficializado el 5º año.
El anhelo de tener en el propio pueblo un instituto de nivel secundario tomó vuelo formándose una comisión promotora que encaró las gestiones ante los poderes públicos correspondientes. Dicha comisión estuvo presidida por la SRA. Laura de Perino y sus colaboradores: Ricardo Menéndez (vicepresidente), Lida V. de Rodríguez (secretaria), Oscar D’ Agostino (primer secretario), Ramón Abraham (tesorero), vocales: Amado Abraham, Antonio Morales, Humberto Farías, Elvia M. de Voelkli. Vocal suplente Ramón Gómez.
Para levantar el edificio se contó con la ayuda de la firma Enrique C. Welbers, cuyo propietario puso a disposición de la comisión diversos materiales de construcción.
La inauguración tuvo lugar el 3 de agosto de 1.977. Su primera directora fue Ana Maria P. de Del Río.

Entrega Edificio de Bachillerato Nº 20 “Luís J. Fontana”
En La Verde, departamento General Dónovan de La Provincia del Chaco, a los treinta días del mes de julio de mil novecientos setenta y siete, reunidos en acto publico los integrantes de la comisión Pro-Escuela Secundaria de La Verde, en presencia de altas autoridades provinciales, municipales, padres de alumnos, docentes y vecinos de la localidad, proceden a entregar por este acto, al señor sub.-secretario de Educación de La Provincia del Chaco, profesor Ernesto J. Maeder, el edificio construido por la mencionada comisión con destino al Bachillerato Provincial Nº 20 “Luís J. Fontana”.Se deja expresa constancia que la construcción se hizo por administración, habiendo aportado el superior Gobierno de La Provincia del Chaco, la suma de dos millones de pesos; la empresa Enrique C. Welbers dos millones quinientos mil pesos, en dinero efectivo, materiales y mano de obra; el pueblo de La Verde un millón quinientos mil pesos ; municipalidad de La Verde, cuatrocientos mil pesos en dinero en efectivo y mano de obra; el pueblo de La Pachito, doscientos mil pesos en dinero en efectivo y materiales de construcción, y la municipalidad de La Pachito, la suma de cincuenta mil pesos.
Presidente: Laura Lamí Perino
Vise- presidente: Ricardo Luís Menéndez
Secretaria: Lida Vallejos de Rodríguez
Pro-secretario: Oscar D´agostino
Tesorero: Ramón José María Abraham
Vocales titulares: Amado Abraham
Antonio Morales
DR. Humberto Farias
Elvira Menéndez de Voelkli
Vocales suplentes: Ramón Sebastián Gómez
Faustina Peón de Menéndez
Juan Ernesto Curuchet
Claudio Oreste Canteros
Esta comisión pro-edificio, tenía por finalidad cristalizar el anhelado sueño, el que debía ser realidad concreta. Es por ello que sin dilatar más la misión enmendada inicia los contactos a nivel gobernación, elevando nota, el 4 de octubre de 1.976, el delegado del Consejo General de Educación, Don Desiderio Falcón, explicando con lujo de detalles, los motivos que tenía el pueblo, para que se creara la escuela. Para ello se realizó un informe socio-económico; un croquis de la localidad y un censo de la población escolar.
Todo en principios, se encaminaba por el cause normal, pero surgió un problema imprevisto, que escapaba al control de los miembros de la comisión pro-edificio, cegados quizás por la alegría que significaba alcanzar el objetivo propuesto. El inconveniente aparente se suscitó en el transcurso de una entrevista llevada a cabo en la Subsecretaria de Educación Casa de Gobierno, cuando la SRA. Subsecretaria María L. R. de Carrió, se interesó por saber ¿dónde funcionaría el futuro colegio a crearse? La respuesta no se hizo esperar, en la escuela primaria Nº 67 pues su directora doña Faustina Peón de Menéndez, cedió muy gentilmente el local, hasta tanto se construya el edificio propio. Esta replica no satisfizo a la mencionada funcionaria, pues, ella con mucha experiencia de gobierno escolar, no quería por ningún motivo que se repitiera amargas situaciones pasadas, que se dieron cuando dos unidades escolares distintas compartían un mismo edificio. Agregó además, que formalmente prometía crear el colegio, siempre y cuando la comisión pro-edificio, se comprometía a construir el edificio, dijo agregando que quizás parezca una exigencia y por sobre todo antipática, pero que ella se sentía segura que en futuro se le agradecería, cuando vean nacer y crecer el colegio que ansiaba tener el pueblo.
También se destaca la nota remitida en octubre de 1.976, al Consejo Nacional de Educación, se traspasara al gobierno de de la Educación Provincial, el solar que había donado don Benigno Peón, en al año 1.925 para que en el mismo se edificara una escuela primaria. Allí seria ideal levantar el futuro edificio secundario, para darle validez concreta al gesto del citado ciudadano.
El comisionado de la Municipalidad, inició por su parte la gestión ante la subsecretaria General de la gobernación, para que le prestara el apoyo necesario a fin de coadyuvar con el accionar de la comisión pro-edificio. Este grupo de hombres y mujeres, volvieron cabizbajos, concientes de la necesidad de cumplir con la palabra empeñada ante la SRA. Subsecretaria, decisión que se convirtió muy pronto en energía, por que enterada la comunidad del problema estalló como un gigante dormido. El pueblo de La Verde, de Lapachito, Colonias aledañas, fue un haz de voluntades, señalando de esta forma que la unión hace la fuerza” es por todo ello que todos los habitantes de la zona colaboraron con materiales, trabajo personal y dinero en efectivo, para que la futura casa de estudios dejase de ser un ideal y se materializara detrás de ese objetivo común, se aunaron comerciantes, padres, empresario, profesionales, hasta las familias de escasos recursos, aportaron con su granito de arena.
Los aportes recibidos se discriminaron de la siguiente forma:
Lorenzo Menéndez: 1 vaca i 2.00 ladrillos
Cándido Menéndez: 1 vaca
Héctor Escalante: 2.000 ladrillos
RAMÓN Peña: 1.000 ladrillos
Matías Canal: 2.000 ladrillos
Anselmo Liruzzi: 40 metros de cascota cúbicos picados
Epifania Zarza de Acevedo: 1 cordero
Municipalidad de Lapachito: 2.000.000 m/n
Ramón Polentarruti: 1.000.000 m/n
DR. Ángel Gusalli Rodríguez y Oscar D’ Agostino 1.000.000 m/n
Claudio O. Cantero y SRA. 100.000 m/n
Romualda de Peón 200.000 m/n
Ramón Pared: 50.000 m/n
María E. Gariboglio: 50.000 m/n
Rodolfo Rojas y SRA.: 500.000 m/n
Isaac Risso Patrón: 300.000 m/n
DR. Leonardo Ojeda: 300.000 m/n
Ricardo Menéndez: 50.000 m/n
Genara B. de VARGAS: 50.000 M/N
Paulino Romero y SRA: 1.000 m/n
Juan E. Curuchet: 2.000 m/n
DRA. Olga miranda: 2.000 m/n
Felipe Fascetti: 2.000 m/n
María Alderete: 50.000 m/n
Juan Zarza: 50.000 m/n
Mamerta Cabrera: 50.000 m/n
Olga y José María Abraham: 1.000.000 m/n
Laura y Mario Perino: 1.000.000 m/n
Ramón Gómez: 1.000.00 $ ley
Lorenzo Mustafá y SRA: 1.000.00 $ ley
Orlando Levy Corvalán 2.000.00 $ ley
Luís María Lucas 500.00 $ ley
Juan Carlos Moreno: 500.00 $ ley
Amado José Abraham: 2.000.00 $ ley
Mario Soler: 500.00 $ ley
Carlos A. Corvalán: 2.00.00 $ ley
Amadeo Suárez: 1.000.00 $ ley
Cristóbal Suárez: 500.00 $ ley
Petrona Agüero: 1.000.00 $ ley
Pilar Canteros: 1.000.00 $ ley
Juan Gómez: 2.000.00 $ ley
Cesareo Martínez: 1.000.00 $ ley
José M. Blasco. 4.000.00 $ ley
Marcelino Llanos Martínez: 1.000.00 $ ley
Justo Ramón Sotelo: 5.000.00 $ ley
Claudio Bobadilla y Señora 600,00 $ Ley
Valentina G de Marsuzzi 1.000,00 $ Ley
Iris Laura Ayala 942,00 $ Ley
Oscar canal y Señora 1.000,00 $ Ley
Juanita y Roberto Corvalán 1 (una) baquilla
Justo Grabre 1.000,00 $ Ley
Comisión de Madres 5.000,00 $ Ley
Julio y Zulma Insfrán 2.000,00 $ Ley
Personal Comisaría de La Verde 7.000,00 $ Ley
Elvira Menéndez de Blasco 1.000,00 $ Ley
Rutilio Chamorro 1.000,00 $ Ley
Policía Local 12.000,00 $ Ley
Antonio Domínguez 1.000,00 $ Ley
Carlos Jacob 1.000,00 $ Ley
Hilario Morales 1.000,00 $ Ley
Carlos Fernández y Señora 1.000,00 $ Ley
Benigno Canal 1 (una) vaca
La Casa del Poliéster resistencia 1 cama, colchón y almohada

También es digno de elogio la iniciativa de los alumnos primarios de la escuela local, pertenecientes al quinto grado turno tarde quienes en su afán de colaborar, entregaron a la Comisión Pro Edificio, el importe de Ley 3.500, producto de la venta de golosinas. Por otra parte los educandos de la Cruz Roja, del mencionado establecimiento, asumieron similar actitud donando 55,00 Ley. Actos de esta naturaleza, enorgullecen a padres y maestros por igual.
La construcción, se fue levantando poco a poco, gracias al esfuerzo común y colaboración del Gobierno Provincial. Las paredes habían llegado a la altura del techo. Para terminar la obra, hacían falta tirantes y alfajías. Este inconveniente por la ayuda prestada de la señora Elena Goujón de Rodríguez y los señores Omar Bertucci y Ramón Philippón, quienes donaron la madera necesaria, la que podía ser cortada en sus campos, con previa autorización de la Dirección de Bosques de la Provincia.
Se finaliza de esta forma, la primera parte de la edificación proyectada contando la misma con las siguientes dependencias: tres aulas, sanitarios para varones y mujeres, preceptoría, administración, hall de acceso, secretaría, sala de profesores, y dirección con sanitario, oficina y galería.
Satisfechas las mínimas exigencias, para su oficialización, el Ministerio de Educación y Justicia, por Resolución 482/76, crea el Colegio, el mismo funcionaría con un Ciclo Básico. Posteriormente esta Resolución, fue modificada, pues la cantidad de alumnos inscriptos lo requerían, dictándose entonces la Resolución 754/77, por dicho instrumento legal, se disponía que a partir del Período Lectivo/77, la unidad educativa asignada con el Nº 20, cumpliría las actividades de Bachillerato con Orientación Docente, con una organización de 1 a 5 año razón suficiente para que una Autoridad Educativa, manifestara que el Colegio nació “Con los pantalones largos”.
El establecimiento creado, desde sus comienzos funcionó con los siguientes cursos, divisiones y grupos de Educación Física:

1 er Año, 1era División 33 alumnos
1 er Año. 2 da División 28 alumnos
2 do Año Única División 44 alumnos
3 er Año Única División 24 alumnos
4 to Año Única División 24 alumnos
5 to Año Única División 12 alumnos
Grupo de Educación Física varones
Grupo de Educación Física mujeres
Para el cometido de sus tareas específica, se efectuaron los siguientes cargos:
1 director de segunda categoría,
1 secretario de segunda categoría,
1 jefe de preceptores,
3 preceptores.
En sus primeros pasos de vida institucional, la dirección, fue ejercida por la señora Profesora Ana María Petagna Del Río, quien además tenía bajo su responsabilidad la cátedra correspondiente a geografía, el cargo de secretaria tesorera, lo ocupó la docente primaria Elvira Menéndez de Voelkli. Como jefe de preceptores actuó la señorita rosa Amelia Martínez, siendo sus preceptores las señoritas: Juana Elvira Cabrera, Evelina Suárez, y el señor Carlos José Pasaralli.
La Casa de Estudios, se inició con los siguientes profesores, en el dictado de las diferentes cátedras, que componían el plan de enseñanza:
María Teresa Grella: Matemática, Geografía, Educación Cívica, Educación Física, Formación Cívica.
Claudio Crestes Canteros: Historia, Plástica, Educación Cívica, Educación Física, Formación Cívica.
Gladis Esther Lovato: Contabilidad.
Antonio Francisco Domínguez: Elemento de Física y Química
Orlando Levy Corvalán: problemática Filosófica, Lógica y Metodología de las Ciencias, Historia Social de la Educación, Fundamento de la Educación.
Martha Cristina Osuna: Francés.
Roberto Horacio Corvalán: Educación Física, fue también su tercer director a cargo.
Ana María Ford de Crovatto: Botánica y Zoología.
Remigia Jara: Castellano y Lengua.
Ana María Magaldo de Domínguez: Actividades Prácticas.
Ricardo Luís Menéndez: Geografía.
Doctora Olga Argentina Miranda: Fisiología, Biología y Psicología.
Faustina Peón de Menéndez: Lengua.
Rosa Amelia Martínez: Educación Física y Plástica.
Anita Esther Peón: Educación Física.
Zulma Insfrán: Historia.
Horacio Manuel Monzón: Educación Física.
Rubén Hilario Morales: Química.
Gladis Cecilia Pereda: Elemento de Física y Química.
María G Gossman de Campos: Educación Física.
Ángel Jesús Harman: Historia, Formación Cívica. Fue además director suplente a cargo de dirección por el lapso de treinta días.



Biblioteca Pública Alejandro M. Aguado

Funciona en el pueblo una biblioteca pública popular bautizada con el nombre de Alejandro M. Aguado que depende del Consejo General de Educación.
En 1.944 un grupo de vecinos se reunió a efectos de gestionar la creación de una biblioteca pública que contribuiría al desarrollo de la población. De esa reunión surgió la idea de recurrir a la Comisión Nacional de Bibliotecas Populares, a los efectos de recibir una ayuda para darle forma al proyecto. Pasando algunos años como maestro de la escuela Nº 67 y asesor de la asociación de ex alumnos el SR. Oscar Barros propuso a los jóvenes que componían esta asociación darle forma, aunque fuera en forma sencilla a una biblioteca popular.
Al principio consiguieron el salón que le cedió sin cargo don Benigno Peón buscaron muebles y realizaron una campaña para adquirir libros, folletos y revistas.
Cuando el SR. Barros se trasladó a otro destino como docente, desapareció la biblioteca. A su regreso y nombrado vicepresidente del consejo general de educación de la provincia propuso la creación de una biblioteca pública. Fue así que por resolución 900/68 del 21/07/68 crea la biblioteca la que abre sus puertas el 12/08/68. En cuanto al nombre, en esa época se había suscitado inconveniente en las poblaciones cuando algunos establecimientos llevaban el nombre de vecinos cuyos deudos vivían. Ante tal situación el consejo decidió bautizarla con el nombre de un patriota español llamado Alejandro M. Aguada.
El primer director y bibliotecario fue el maestro normal Rolando del Rosario Menéndez.
En 1.969, por Resolución 15/69 CGE, se reconoce la Asociación Amigos.
En 1.970, por Resolución 327/70 CGE, se crea el cargo de Director.
En 1.974, por Resolución 1.518/74 CGE, se crean dos cargos bibliotecarios.
En 1.978, por Resolución 893/78 SE, se reconoce padrino de la institución al municipio local. También se crea el cargo de portero.
En 1.981, la Resolución 43/81 SE, se recategoriza de 3º a 2º.
En 1.991, se inauguró el edificio donde actualmente funciona.
En 1.996, se obtiene el amparo de CONABIP.
En 1.997, según el Decreto 672/97, se obtiene la personería jurídica.
El personal en su totalidad es titular y su directora es la Sra. Damiana Benítez de Hidalgo. Los servicios que la institución ofrece son: préstamos de libros al aula, en sala, a domicilio e interbibliotecarios, evacuación de consultas, actividades de extensión cultural y una constante atención al usuario.



Club Villa Elena

Corría el día 26 de noviembre de 1.944. En el pueblo había existido un club de fútbol llamado Club Sportivo La Verde, cuya actividad se basaba solamente en el entusiasmo de los jóvenes, sin ninguna organización que les diera sustento legal. Pasada la euforia del entusiasmo, fue muriendo poco a poco, hasta desaparecer totalmente. Frente a este vacío, el SR. Oscar Barros, y el joven Jaime Sánchez empleado de la fábrica decidieron sentar la base de un nuevo club. Sánchez buscó en corrientes los estatutos del Club Listón para adaptarlo al nuevo club. Este proyecto fue respaldado por don Carmen Abraham y presidido por otros vecinos. Quedando conformada por una unanimidad la siguiente comisión directiva:
Presidente: Carmen Abraham
Vicepresidente: Luís Simonelli
Secretario: Oscar Barros
Prosecretario: Jaime Sánchez
Tesorero: Eladio Rascón pro tesorero: Sixto Abraham
Vocal primero: H. Aquino
Vocal segundo: D. Duré
Vocal tercero: Pedro Ortiz
Vocal cuarto: Claudio Báez
Suplentes: Juan Bogado, José Del Giorgio, Daniel Montenegro, Genaro Medina
Revisores de cuentas: Mariano Blasco y Manuel Mántaras
El terreno fue donado por el SR. Faustino Peón. Después de hacer el edificio para la sede social, como agradecimiento a tan generosa donación, decidieron bautizar al club con el nombre de Villa Elena en homenaje a la esposa de don Faustino. En su larga trayectoria debemos puntualizar la obtención de su personería jurídica, en el aspecto legal. En la década del 60, el gobierno nacional, tras gestiones exitosas de Oscar D´Agostini como presidente y José Suárez como secretario, concedió los fondos para la instalación de un tinglado, el que, adecuado convenientemente se transforma en un hermoso local cerrado, con cancha de básquet y otras comodidades
En estos días, el club cuenta con una cancha cubierta de básquetbol, usada también como salón baile; cantina, sanitarios, amplio escenario, campos de deportes con cómodas tribunas y vestuarios ya que la institución participa de la Liga Regional de Fútbol con cede en Machagay.
Villa Elena ostenta los títulos de Campeón Oficial de Fútbol d los año 1.958, 1.953 y 1.996. En el año 1.995 se consagró Campeón Provincial Interligas.


JUZGADO DE PAZ

El Juzgado de Paz, al principio tenía adjunto el registro civil, luego, a partir de febrero de 1.969 fueron separadas ambas oficinas.
Fue creado por Decreto del Poder Ejecutivo Provincial en fecha 24 de marzo de 1.933, comenzó a funcionar el 21 de julio de 1.933, en el local ubicado en Av. San Martín S/n, propiedad de la familia Peón, luego en el local ubicado en Av. San Martín S/n, propiedad de la familia Insfrán, tiempo después funcionó en un local ubicado en calle 1º de Mayo S/n, propiedad de la familia Abraham, posteriormente en una oficina de la Municipalidad, volviendo años después al primer local de Av. San Martín.
El nuevo Juzgado de Paz, inaugurado el 12 de abril de 2.006, funciona en el local ubicado en calle 9 de Julio S/n, perteneciente al Poder Judicial, terreno donado por la empresa INDUNOR S.A.C.I.F.I.F.
El primer juez de paz fue el SR. Manuel Mántaras. Mas tarde ocupo este cargo el Sr. Humberto Címbaro Canella.
A partir de la década del 40 cumple esta función la Sra. Celestina Cañite. Fue un funcionario diligente, siempre dispuesto a servir a la población. A Cañete lo suplantó Arturo Vallejos, ciudadano venido de Corrientes. En aquella época la función de juez de paz no gozaba de estabilidad, era un cargo político, es decir que para acceder al mismo, sólo hacia falta la carta de presentación de un caudillo político.
Con el advenimiento de la provincia, bajo un gobierno peronista, ocupó el cargo el SR. Urbano Bogado que anteriormente había sido dirigente sindical.
Producido el cambio de gobierno en todas las órdenes después del 16 de septiembre de 1.955 asume tal función el SR. Liborio Canteros.
Llegado el gobierno provincial con el gobernador don Anselmo Ducca, es nombrado juez de paz del pueblo, el SR. MarioVianchi. Al jubilarse este, le sucede el SR. Paulino Romero, que se había desempeñado al lado del juez Vianchi como secretario del juzgado.
Entre los jueces que estuvieron al frente de esta institución se encuentran:
Mántaras, Manuel (1.933-1.937).
Cimbaro Canella, Humberto (1.937-1.939).
Mántaras, Manuel (1.939-1.941).
Cañete, Nicolás Celestino (1.941).
Bogado, Urbano.
Silva, Axel.
Vallejos, Arturo.
Canteros, Liborio.
Rianchi, Mario (1.969).
Romero, Paulino Roberto (1.969-1.987).
Peón, Gustavo Rodolfo (1.988 a la fecha).
Jueces Suplentes:
Herrera, Sixto (1.963-1.969)
Brunel de Cordonera, Sara Ward (1.969).
Belkys Rose de Rojas, María (1.970-1.976).
Mitore de Canal, Olga Paulina (1.976 a la fecha).
Secretarios:
Mota, Pedro Elvio.
Insaurralde, Florinda.
Romero, Paulino Roberto.
Pared de Rafart, Isidoro (1.970-1.973).
Pereyra, Ramona Matilde (1.973-2.004).
Salazar, Claudio Alberto (2.005 a la fecha).


REGISTRO CIVIL

Antes de 1.931, los nacimientos, casamientos y defunciones se registraban en Makallé, a donde eran llevados por un registro civil móvil, una especie de volanta que recogía los datos de toda una población y lo llevaba al registro civil más cercano y a su vez este enviaba toda la información a Resistencia.
Hasta que por resolución Nº 97 del 3 de agosto de 1.931 se organizó la oficina de Registro Civil en La Verde y por dicha resolución fue nombrado comisionado especial el Sr. Arturo Gonzáles Meana.
El Juzgado de paz y registro civil funcionaba como una sola institución. Por decreto Nº 299 el 12 de febrero e 1.969, del entonces gobernador SR. Miguel A. Basail, se separan para funcionar en forma independiente, uno del otro. Como jefe del registro civil queda la SRA. Gladis I. Silva de Canal y como juez de paz don Mario Bianchi, las autoridades actuales son jefe del registro civil SR. Mariano Chamorro y juez de paz SR. Gustavo Peón.


SECHEEP
En el chaco, las cooperativas han sido instrumentos comunitarios de los cuales se valió el pueblo para resolver problemas que afectaban a sus habitantes. En La Verde tuvo una existencia fructífera la Cooperativa de Luz y Fuerza. El primer servicio de energía eléctrica que gozó el pueblo provenía de energía que la fábrica le proveía a la municipalidad, la que a su vez, la distribuía en venta a la población.
Este servicio no era eficiente pues, ante cualquier emergencia de la fábrica, cortaban el suministro de energía, sin tener en cuenta los inconvenientes para los usuarios.
Frente a esta anomalía, al mediar los años de la década del 50, un grupo de vecinos vislumbraron la posibilidad de superar este inconveniente organizando una cooperativa que produjera y proveyera el fluido eléctrico al vecindario. Así surgió la cooperativa de luz y fuerza de La Verde, cuyos miembros fueron C. Menéndez, Barros, Dágostino, H. Blasco, C. Abraham y Capra.
El servicio se inició con 56 usuarios que luego aumentaron a 108 y una red de alumbrado público de 32 focos instalados, los que contaban con electricidad desde las 17 hasta las 24 horas, hasta que se compró otro grupo electrógeno, para ampliar el servicio.
Realizadas las gestiones pertinentes, la institución tomó forma concreta y fuerza, y, con la ayuda de los gobierno provinciales y nacionales, se pudo levantar un edificio, instalar sucesivamente dos grupos electrógenos, tender nuevas líneas, instalar medidores, un depósito de combustible y otros trabajos más que exigían la buena marcha de la cooperativa.
Con la extensión de las líneas de energía eléctricas por todo el territorio de la provincia, dejó de existir, cuando el funcionamiento de la misma no era necesario.
Al frente de la usina como comúnmente se llamaba, estaba el SR. Rutilio Chamorro.
En 1.974, DIGECH, que luego sería SECHEEP, se hizo cargo de la red de distribución, que proveía La Usina Central de Barranqueras.
Actualmente, se ven beneficiados pobladores de Lapachito, Quijano y otras colonias vecinas

COOPERATIVA DE AGUA POTABLE

Antiguamente la provisión de agua potable para la localidad, fue una de las preocupaciones fundamentales de las autoridades municipales desde 1.931, ya que el agua para consumo se extraía de aljibes y pozos.
El 30 de agosto de 1.979 se redacta el primer acta donde convocan a los vecinos y dan forma a lo que posteriormente se constituiría en el estatuto de la institución.
En esta reunión participaron autoridades de nivel provincial, a la semana siguiente se reúnen para formar el primer consejo en el local municipal.
Ante la carencia de agua potable, se formó la Cooperativa de Provisión de Agua Potable y otros servicios públicos, y el 2 de julio de 1.984 el vital elemento llegó a los domicilios mediante la acción de la cooperativa creada que solicitó al gobierno de la provincia la concesión al acueducto para su distribución en el pueblo. El primer consejo de administración estuvo constituido por:
Presidente: Antonio Francisco Domínguez
Vicepresidente: Oscar D’ Agostino
Secretario: Carlos A. Jacobo
Prosecretario. Carlos .A Corvalán
Tesorero: Oscar A. Canal
Pro tesorero: Sixto Herrera
Primer vocal: Carlos A. Peón
Vocal suplente: Luciano Encina
Síndico: Bartola A. García
Síndico suplente: Cipriano Galarza
Meses más tardes fue posible que la red de agua potable se extendiera hasta el Matadero, barrio “Las Malvinas”. El SR. Oscar A. Canal es el presidente de esta cooperativa.
La cooperativa constituye hoy un eslabón importante de progreso para la comunidad de La Verde, estando previsto la incorporación en el futuro de otros servicios como el de sepelio, la creación de la sala velatoria, el servicio odontológico, etc.


HOSPITAL DE LA VERDE

La salud pública y de los vecinos en particular, es un rubro que en cualquier centro poblado tiene una importancia capital. En el caso particular de este pueblo, se tardó algunos años desde sus albores hasta que se contó con un médico permanente y de un hospital. En aquel entonces Resistencia era el centro sanitario donde los enfermos se trasladaban por su atención y curación.
Uno de los primeros médicos que por lo menos temporariamente estuvo radicado, fue el DR. Idelfonso Díaz y Pereiro a fines de la década del 20. Más tarde se establecía el DR. Scliar. Cuando él se fue, la población quedó sin facultativos. Los vecinos enfermos se valían de la asistencia del médico de Makallé, primero el DR. Procopovich, extranjero sin revalidar su título en el país, por lo cual, ante la presencia de un profesional con título nacional, debía dejarle su puesto y emigrar a otro lugar. En Makallé se presentó en DR. Barreiro, por lo cual Procopovich se trasladó a Colonia Elisa. Los vecinos de La Verde lo preferían a él para ser atendidos. Así se recuerda que en 1.935 una epidemia de gripes con complicaciones pulmonares, don Basilio Menéndez lo traía para la atención de su familia, y luego lo llevaban en automóvil a muchos otros hogares que estaban con enfermos.
Ante la carencia de médicos, muchas veces suplía su función don Mariano Blasco, idóneo farmacéutico que, ante la insistencia de algún vecino con cierta dolencia, recurría a sus servicios para mitigar su enfermedad.
La atención en salud de La Verde hizo su inicio desde el comienzo mismo de la existencia del pueblo; aproximadamente de 1.940. Por esos años se alternaban en la prestación distintos profesionales venidos de otras localidades principalmente de Resistencia, éstos lo hacían en forma transitoria con distintos tiempos de radicación en el pueblo.
Por espacio de 20 años la prestación de la salud se realizó en lo que llamábamos “la sala de primeros auxilios de La Verde”, por la que pasaron también muchos profesionales como: DR. Alarcón, DR. Schantón, DR. Cicuta, DR. Dupuy hasta llegar al año 1.962 en que por resolución nº 74, firmado por el entonces ministro de Salud Publica, el DR. Agustín Faure Gonzáles, se crea el hospital “Juan B. Justo” desde su creación pasaron por el hospital distintos profesionales como: DR. Carlos Alfredo Delgado, DRA. Carmen Barraquero, DR. Rafael Sabatinelli, DRA. Olga Miranda, DRA. María Isolina, Dzienzyla, DRA. Britez, DR. Ojeda, DR. Babinni, DRA, Villa Gómez, DRA. Dagnino, DRA. Felisa Bobadilla, DR. Acosta, DRA. Fabiana López, y el DR. Humberto Farias quién fue director del hospital por más de 10 años
Así también el DR. Idelfonso Díaz y Pereira, DR. Seliar, hasta la llegada a nuestro pueblo del DR. Ángel Gusalli Rodríguez; médico entrerriano venido desde rosario, quién recala según sus mismas palabras en la verde en forma casual, acontecimiento ocurrido el 18 de julio de 1.943. Dicho profesional fue contratado como médico de la fábrica Welbers. La comisión de fomento contaba con la partida de $100 mensuales para la atención sanitaria. Decidido a quedarse se interesó de lleno en organizar, en primer lugar, una sala de primeros auxilios. Pata tal fin contó con un local que don Benigno Peón le ofreció gratuitamente, en la cual hizo funcionar la que sería la primera sala de este tipo, que fue inaugurada el 15 de septiembre de 1.943, con medios precarios, imaginación y mucho entusiasmo, la salita en 1.946 ya tenía 8 camas para la internación de enfermos.
Esta sala que presentaba invalorables servicios en el pueblo y su zona de influencia, en 1.953, con el advenimiento de la administración provincial, la sala con su médico el DR, Gusalli, pasa a depender del ministerio de salud pública de la provincia con la categoría del centro de salud. Por resolución de 18 de mayo de 1.954, el DR. Gusalli es nombrado director con funcione de médico de dicho centro.
En esa época funcionaba paralelamente en el mismo lugar, Centro Materno Infantil dependiente del Ministerio de Salud de la Nación, cuyo director era también el DR. Gusalli con la colaboración de doña Genara de Vargas (como enfermera) aunque ella había sido nombrada como portera. Dicho Centro Materno Infantil tenía una portera, cargo que fue desempeñado por una española, doña María de Barrios.
Llegado el gobierno de Anselmo Ducca y siendo ministro de salud pública el DR. Artura Lestani, y ante la reiterada gestiones del DR. Gusalli, se construye el hospital que sustituiría a la antigua sala. El edificio fue emplazado en un terreno donado por doña Juana de Peón, en el lugar en el que hoy se encuentra. En el año 1.960, ya con la categoría de hospital fue inaugurado el nosocomio, este espacio de trabajo ejemplar motivó que en 1.991 se haya decidido cambiar el nombre de la institución de hospital: DR. Juan B. Justo a hospital: DR. Ángel Gusalli Rodríguez. Desde su inicio en la verde pensó en la realización de un hospital que hoy lleva su nombre.
En el año 1986 el DR.José Menéndez de desempeña como director del establecimiento, con sus respectivos profesionales médicos: DRA. Basaldúa y el DR. Villalba. Odontólogo: Javier De llamea Valcarce Bioquímica DRA. Estela Villafanie. Obstetra: DRA. Claudia Saltiva. Quinesiólogo: DR. Ricardo Rodríguez. Farmacéutico: Víctor Tauber. Técnico radiólogo: Marcelo Figueroa. Auxiliar administrativo: Mercedes Vargas. Personal de enfermería y mucama: Maria Elena Garibloglio, Zulema Colman, Santa Ramírez, Pilar canteros, Jorge Galarza, Liliana Barrientos, Olimpia Acevedo, Ana Martínez, Maria Rosa Cabrera. Auxiliar de laboratorio: Cecilia Pintos. Auxiliar nutricionista: Valentina Moreno. Auxiliar estadística: Leticia Martín. Servicio mucama: Angélica Díaz, Alicia Aguirre, Eva duarte. Servicio de cocina: Rosa Pavón. Peón de mantenimiento: Alfredo Jiménez. Choferes: Anacleto Zarza, Héctor Canal.
En la actualidad, el hospital cuenta con el siguiente personal de trabajo:
Directora: Dra. Basaldúa Judith
Médicos: Dr. Menéndez José, Dr. Villalba Ariel, Dr. Navarro Blas.
Odontóloga: Dra. Martina Amalia.
Kinesiólogo: Dr. Rodríguez Ricardo.
Obstetra: Dra. Saltiva Claudia.
Administrativo: Pintos Carina, Romero Sergio, Ramírez Carmen.
Farmacéutico: Tauber Víctor.
Choferes: Canal Héctor, Zarza Anacleto.
Enfermeros: Acevedo Olimpia, Galarza Jorge, González Marcos, Canal Sergio, Barreto Alicia, Barrientos Lilián, Cabrera Zulma, Aguirre Alicia, Mendoza Santa, Cabrera María, Pintos Cecilia, Maldonado Mirta, Moreno Valentina, Vargas Diego.
Estadística: Herrera Evelín, Maldonado Mercedes, Ríos Daniel.
Mucamas: Duarte Rita, Flores Elena, Fernández Heve, Romero Elva, Benítez Elvira.
Cocinera: Pavón Rosa.
Lavadero: Duarte Eva.
Maestranza: Jiménez Alfredo.


CENTRO DE JUBILADOS Y PENSIONADOS Nº 35
“ROQUE MOLINA” DE LA VERDE

Esta institución tuvo sus inicios en el año 1.986, a través del alquiler de un quincho en el domicilio del Sr. Lucas Días, donde se comenzaron a realizar los trámites para el beneficio de los jubilados del pueblo. El día 20 de septiembre de ese mismo año se celebró por primera vez en este local el “Día del Jubilado”.
En el año 1.989 se adquiere un terreno de 300 m2 (Plan Agrario) donado por la Municipalidad de La Verde, para la construcción de un edificio propio. Resolución Nº 02 del 27 de abril de 1.989. Se obtiene además, un terreno anexado de 512,52 m2, donado por la compañía Enrique C. Welbers, hoy firma Indunor de La Escondida. Sin escriturar.
El Centro de Jubilados y Pensionados Nº 35 fue inaugurado el 23 de diciembre de 1.991. Integrando la primera comisión: Presidente: Urbano Bogado; Vicepresidente: Ramón González; Secretaria: María Salinas; Pro-Secretaria: Ramón Fernández; Tesorero: Lucas Días; Pro-tesorera: Nancy Maidana; Vocales: Roque Molina, Fortunato Medina, Jorge Barschat.
Inscripto bajo el Nº 06009003035 del 26 de enero de 1.989. Según Resolución 915/84 del Registro Nacional de Entidades de Jubilados y Pensionados de la República Argentina. El 27 de septiembre de 1.988. Acta Nº 1 27 de septiembre de 1.988.
Personería Jurídica otorgado por el Gobierno de la Provincia de Chaco, por decreto Nº 1599 del 21 de octubre de 1.991. Matrícula Nº 1345, Folio 275/228 –Tomo I del año 1.991 del Protocolo de Asociaciones Civiles- Dirección de las personas jubiladas. Acta Nº 4 del 21 de mayo de 1.991.
Subsidio Pro-Bienestar: bajo Resolución Nº 1822/92 a partir del 1 de julio de 1.993. Disposición Nº 10126/93 del 7 de julio de 1.993. Creación del primer convenio.
Subsidio Enfermería: bajo Resolución Nº 22/03, Disposición Nº 2406 del 10 de noviembre de 2.003. Creación del primer convenio.
Suscriptos con el servicio: Instituto Nacional de Servicios Sociales para Jubilados y Pensionados.
Comisión Directiva Actual
Presidente: Gómez Silvano; Vicepresidente: Chávez Milton; Secretaria: Monzón Aurora; Pro-Secretario: Pintos Ciriaco; Tesorero: Barschat Jorge; Pro-Tesorero: López Clemente; Vocales: González Martín, Leiva Justa Ramona, Vargas Gumercinda, Romero Petrona, Pellentarrutti Roberto; Revisores de Cuenta: Titular: Monzón Herminia, Suplente: Acosta Elsa.
Entre los beneficios que otorgan a sus asociados, se cuentan: bolsones de mercaderías, se expenden órdenes médicas de una obra social privada para los que perciben pensiones no contributivas, también se realizan actividades recreativas como viajes, excursiones, clases de gimnasia, etcétera.


COMISARÍA Nº 17 DISTRITO LA VERDE

Tiene sus orígenes entre los años 1.926 y 1.927, según se desprende de constancias documentales.
El 2 de mayo de 1.929 fue elevada de subcomisaría a comisaría, hasta 1.931 que vuelve a ser subcomisaría, estando al frente de la misma don Antonio Pereyra.
En ese entonces dependían de La Verde los destacamentos de la Elisa, Capitán Solari y Lapachito, al año siguiente fue incorporado el destacamento que funciona en el Establecimiento San Carlos de La Escondida, contando con una dotación de diez efectivos.
En la actualidad la subcomisaría sólo tiene a su cargo el destacamento de Lapachito.
El actual edificio de la comisaría se encuentra situado sobre Av. General San Martín S/N CP 3514 de la Localidad de La verde Provincia del Chaco. Cuenta con una oficina de mayoría, oficina de sumario, oficina de operaciones, oficina de radio, estación, despacho del jefe de Unidad, cocina, sala de estudios, dormitorio del personal, baño del personal, archivo y calabozo
Garaje: se encuentra ubicado al costado derecho del edificio policial con compartimientos para tres vehículos.
Edificación: esta dependencia policial se encuentra edificada totalmente de material, piso de mosaico y techo de loza cubierto por chapa de cinc.
Propiedad: Estado Provincial
Terreno: la dimensión del terreno ocupado actualmente por la comisaría Distrito La Verde abarca una superficie de sesenta metros de frente por cien metros de fondo, que hace un total de seis mil metros cuadrados.
Ubicación catastral: se encuentra ubicado en manzana Nº a Parcela Nº 1 circunscripción VIII, sección B.



FÁBRICA DE EXTRACTO DE QUEBRACHO

Antecedentes de la actividad industrial en La Verde
La industria como proceso de transformación de la materia prima por medios mecánicos para la elaboración de productos con destino a la comercialización y el consumo, tuvo una manifestación temprana en La Verde, localidad situada a 60 km. al Oeste de Resistencia (Chaco) dentro del Departamento Gral. Dónovan y actual asiento de una fábrica de tanino. Los hermanos Faustino y Benigno Peón instalaron el primer aserradero en el obraje que poseían en sociedad en el paraje “El Timbó’, pocos años antes de 1920. Cuando en este año la sociedad se disolvió, Benigno Peón instaló otro aserradero en las tierras que conservó para sí, y posteriormente un establecimiento similar en la Legua 58 del ramal ferroviario a Capitán Solari, junto con el Sr. Antonio Belotti. Maderas, postes y durmientes para el Ferrocarril fueron los primeros productos de dicha actividad que satisficieron la demanda local y que fueron exportados a otros lugares del país para su venta.
También la primera desmotadora de algodón instalada en la década de 1920 por D. Hortensio Quijano en las cercanías de la Estación Lapachito del F.C.C.N.A., constituye una de las primeras manifestaciones industriales en esta zona, ya que el desmote del algodón es la primera e imprescindible etapa del procesamiento industrial de este textil antes de librarlo al consumo de las plantas de hilado y tejido, y de las fábricas de aceite de semilla de algodón.
Pero es con la instalación de la primera fábrica de extracto de quebracho colorado, el tanino, cuando La Verde configura su perfil de localidad fabril a fines de 1922. También esta circunstancia -crucial para su evolución hasta el día de hoy- es la que termina por definir y consolidar el núcleo urbano, por la afluencia de mano de obra permanente que esta industria exigía, y por el impacto en las actividades comerciales ante el aumento y la regularidad del consumo. Aunque las empresas que se sucedieron en la conducción de la industria taninera en La Verde, condicionaron fuertemente la vida económica, social y aún política de la localidad, no lo hicieron con la exclusividad y omnipresencia que se observa en los pueblos fabriles bajo el control de La Forestal en la región.
Para poder ubicar a La Verde dentro del proceso de la industria taninera que abarcó el Chaco, varias provincias del Norte Argentino y la República del Paraguay, merece realizarse una visión retrospectiva de esta actividad en el país desde fines del siglo pasado.

La industria taninera en la Argentina
La industria del tanino se basa en la explotación del quebracho colorado chaqueño (chinopsis balansae) con un 3l% de materia tánica, mientras que el quebracho colorado santiagueño (Chinopsis Lorentzi) no alcanza al l5% esta sustancia. El Chaco Oriental es abundante en la primera especie, mientras que la segunda se desarrolla en el centro-oeste de la región. Las propiedades curtientes del tanino eran conocidas en nuestro país desde hacía más de un siglo, y lo usaban regularmente desde el siglo pasado curtiembres de la Provincia de Santa Fe, de Corrientes, Tucumán, Salta y Buenos Aires. También desde el siglo pasado, Francia y Alemania importaban el quebracho desde la Argentina para alimentar sus plantas industriales de tanino’.
Pero la industria del tanino en nuestro país se origina a partir del descubrimiento que un grupo de técnicos curtidores franceses y alemanes realizan en 1850 sobre las propiedades del tanino obtenido del quebracho colorado, especie que crece abundantemente en la región chaqueña, y que comprende el Norte de Santa Fe, el Chaco, Formosa, Santiago del Estero, y parte de Salta y Jujuy. Se extiende además en el Chaco Boreal o Chaco Paraguayo y tiene como límite de su dispersión Norte, la zona del Matto Grosso en el Brasil.
A partir de ese descubrimiento se suceden los acontecimientos que jalonan la historia de esta industria en nuestro país y en el mundo. En las exposiciones internacionales de París de 1855 y 1867 se expone nuestro quebracho a la consideración de los industriales de todo el mundo. Lo mismo ocurre en la exposición internacional realizada en nuestro país en 1872. Emilio Posier, curtidor francés radicado en Salta, realiza las primeras experiencias con extracto de quebracho como curtiente de cueros y comprueba las excelentes propiedades del tanino local. En 1878 se instala la primera fábrica de tanino en El Havre (Francia) y posteriormente los hermanos Harteneck deciden instalar plantas procesadoras de tanino en Sudamérica, en base a los excelentes resultados obtenidos por sus curtiembres en Alemania. Hacia 1.887 ya la Sociedad formada por Desimone Costa y Vatier producían aserrín de quebracho colorado para proveer a las curtiembres nacionales, y en 1890 se instala la primera fábrica de tanino en nuestro país, a cargo de la firma alemana Herwing y Schmidt de Hamburgo, la cual construye su fábrica en la localidad correntina de Pehuajó.
Un empresario argentino, Benito Pinasco, quien se encontraba instalado en San Justo (Santa Fe) en 1895, propuso al Gobierno el desarrollo de esta nueva industria con capitales nacionales y la capacitación de peritos argentinos, propuesta que no encontró eco en la mentalidad de la clase dirigente de entonces, que consideraba inepta a la población nativa para cualquier clase de industria y que por otra parte, tenía sus intereses fuertemente ligados al capital extranjero.
Los hermanos Harteneck instalaron -con la colaboración del empresario Carlos Casado- una fábrica en la localidad santafesina de Calchaquí en 1895; otro tanto había hecho anteriormente la firma Portalis y Cía. en Fives Ville, Depto. de San Justo (Santa Fe). A partir de estas primeras fábricas, comienza la expansión de la industria del tanino en el país, y en especial en la región chaqueña, y por lo tanto la presencia del tanino en el mercado internacional.
En 1902 las empresas Harteneck y Cía. y Portalis y Cía. se fusionan y constituyen la “Compañía Forestal del Chaco” que amplía su radio de acción con la fundación de las fábricas de Villa Guillermina en 1903 y La Gallareta en 1906. Sobre la base de esta empresa se constituye en 1906 el Directorio de “The Foresial Land, Timber and Railway Company”, conocida como La Forestal Argentina. Esta compañía, que tenía su sede en Londres, se convirtió en un verdadero “pool” de la industria taninera mundial; pues aparte de adquirir las 668.396 leguas cuadradas (1.804.563 Has.) que la Provincia de Santa Fe había vendido a Cristóbal Murrieta y Cía -y que éste había transferido a la “Santa Fe Land Company Limited” del cual era accionista-, en pocos años toma el control de casi todas las empresas que se dedicaban al negocio taninero, consolidando así su monopolio.

La industria taninera en el Chaco
La primera fábrica de tanino que se instaló en el Territorio Nacional del Chaco, fue la de Puerto Tirol en 1904 por iniciativa del inmigrante de origen sueco Gustavo Lagerheim. Surgió bajo el nombre de “La Industrial del Chaco” y estaba equipada con modernas maquinarias. Al fusionarse con otras dos empresas en 1908 comenzó a girar bajo la sigla “Quebrachales Fusionados S.A.”, pero en 1934 siguió el destino de otras fábricas al caer bajo el control de La Forestal, de quien había sido fuerte competidora.
Por influjo de la Primera Guerra Mundial se produjo un aumento extraordinario de la demanda y de los precios internacionales del tanino; esto determinó el surgimiento de numerosas fábricas en territorio chaqueño entre 1916 y 1927. En el primer año D. José Femenía instaló una planta fabril en Villa Jalón, cerca de Puerto Tirol, pero quedó inactiva en 1925 al ser absorbida por La Forestal. También en 1916 los hermanos Fontana instalaron otra fábrica en Río Arazá, dando origen a la actual localidad de Fontana, y al año siguiente hicieron lo propio en Puerto Vilelas los Señores Anchorena, Atorrezagasti, Piazza y Cia, bajo el nombre de “Productora de Tanino Marca Z”.
En forma sucesiva fueron surgiendo otras fábricas en todo el Chaco: en 1919 el Sr. Walter Hinkeldeyn fundó la empresa “Samuhú SA.” en la estación del mismo nombre del F.C.C.N.A.; en el mismo año se incorporó al rubro taninero la S.A. Las Palmas del Chaco Austral de los Hermanos Hardy, quienes ya venían explotando un ingenio azucarero desde el siglo pasado. También en 1919 surgió en Villa Ángela el establecimiento “La Chaqueña SA.” del Sr. Gruneisen, a la cual se le sumó en 1920 la fábrica de Guillermo Welbers en General Pinedo. Simultáneamente surgía la planta fabril de los Sres. Nellen, Turk y Cía., la que posteriormente sería vendida a Quebrachales Asociados del Norte y ésta a su vez al Sr. Enrique Welbers, cuando ya hacía años que había sido trasladada a La Verde.
Este acelerado proceso de industrialización en el rubro taninero no se detuvo, pues en 1923 el Sr. Demetrio Baranda instaló una fábrica en la Colonia “La Ganadera” (después llamada Colonia Baranda), que posteriormente fue comprada por la firma “Quebrachales Asociados del Norte”. A este emprendimiento sucedió la instalación de “La Francia Argentina” en Resistencia, la fábrica de la Compañía Comercial Noruega Argentina en Puerto Bermejo (Adquirida posteriormente por la Compañía Argentina de Quebracho de Formosa) y en 1927 la planta fabril instalada por la firma Noetinger Lepetit S.A. en La Escondida.

La firma “Nellen. Turk y Cia.” de Colonia Benítez
Para poder explicar los orígenes de la industria taninera en La Verde debemos analizar sus antecedentes, que se remontan a principios de este siglo y tienen lugar en otra localidad del Chaco: Colonia Benítez, unos 20 Km. al NO. de Resistencia. Gracias a las investigaciones del historiador Guido Miranda, quien rescató valiosos datos del Diario La Nación de la Capital Federal y del testimonio oral del Dr. Augusto Schulz (eminente botánico chaqueño ya desaparecido) quien residió en Colonia Benítez desde 1908 -testimonio también recogido por el mencionado autor-, sabemos que en marzo de 1901 se iniciaron los trabajos de instalación de una fábrica de tanino en dicha localidad. Su propietario era el Dr. Carlos. Merlo en asociación con Isaac Villamonte, y el montaje estuvo a cargo del Ingeniero Antonio Bonetti. La planta entró en funcionamiento en noviembre de ese mismo año y sus instalaciones estaban ubicadas en los terrenos del desaparecido Ingenio Svea, junto a una laguna que aún hoy existe. El tanino que se producía en dicha planta era líquido de acuerdo con la tecnología que se usaba en aquella época, y su envase se efectuaba en barriles para su comercialización.
Esta fábrica paralizó sus actividades, probablemente por la presencia de la fábrica de Puerto Tirol que producía tanino sólido, y fue adquirida el Sr. Charles Worth, quien la transformó en una desmotadora y aserradero hasta que la empresa “Sindicato Industrial de Benítez”, perteneciente a la firma Turk y Cía., compró las instalaciones para volver a la fabricación de tanino. De este emprendimiento se hicieron eco los periódicos de la época. El Diario El Colono de Resistencia expresaba en su edición del 16 de febrero de 1916:
“...la desmotadora del Sr. H. Turk y Cía. será trasladada a Resistencia para recibir algodón de los colonos de la vía nacional (el Ferrocarril de Barranqueras)... Esa misma compañía instalar en ésta (Col. Benítez) una fábrica de tanino, trabajando con numeroso personal.”
El periódico La Voz del Chaco señalaba por su parte en su edición del 6 de marzo:
“Esta noche llegará de Buenos Aires el Señor Nellen, gerente de la firma ‘Sindicato Industrial de Benítez’, quien viene a dirigir y activar los trabajos de instalación de la fábrica de tanino que esa sociedad lleva a efecto en esta localidad, tarea en la que se trabaja febrilmente y que se espera poder terminar en dos meses.
Según nos refiere el historiador Guido Miranda. El montaje de la planta taninera de Nellen Turk y Cia. de Colonia Benítez estuvo a cargo del Ingeniero Otto Ricardo Borfitz,.profesional que cumplió un destacado papel en el desarrollo de la industria taninera en el Chaco.
Fueron varios los factores que incidieron en la paralización de esta fábrica de Colonia Benítez. En primer lugar la intensa explotación que desde el siglo venía soportando el bosque chaqueño en esta zona próxima al Río Paraná planteaba una aguda escasez de materia lo que obligaba a un traslado cada vez más costoso de los rollizos de quebracho colorado desde los obrajes más alejados. Además, la gran creciente del río Paraná en 192 1 produjo a su vez el desborde del Río Tragadero que corre al sur de la localidad, y del anegamiento de todos los campos aledaños. La inundación obligó a la paralización de las actividades fabriles con las consiguientes pérdidas económicas para la empresa.

Instalación de la Fábrica de Tanino en La Verde
A partir de la situación planteada a la empresa fue necesario buscar un lugar más apropiado para la ubicación de la planta fabril. Éste debía ofrecer dos condiciones básicas: buenos bosques disponibles y facilidad de comunicación para la salida de la producción. Una comisión integrada por los señores Ernesto Fuhlenriede, Juan Schmidt y Juan Cánepa fueron enviados por la empresa para encontrar ese lugar en el interior del Chaco. Los comisionados recorrieron los alrededores La Verde, situado en la ex Colonia Juan Penco y encontraron la laguna junto a la cual se levantaba el establecimiento agrícola ganadero de Benigno Peón y el aserradero “El Timbó” de Faustino Peón. La proximidad de excelentes quebrachales y de la Estación Lapachito del F.C.C.N.A., los convenció de que habían encontrado el lugar para el nuevo emplazamiento de la fábrica. Decidieron entonces adquirir a Faustino Peón un lote junto a la laguna, cuya extensión y profundidad les aseguraría la necesaria provisión de agua para el enfriamiento y limpieza de las tuberías y difusores que se emplean en la Fabricación del tanino.
El siguiente paso fue el traslado de las maquinarias, equipos y diversos implementos de la planta fabril desde Colonia Benítez hasta su nuevo emplazamiento en La Verde. Según el testimonio de D. Brígido Martínez antiguo obrero de la fábrica, los difusores fueron trasladados en cachapes tirados por bueyes, y el viaje demoró dos semanas hasta llegar a destino. Recogí además el testimonio del Sr. Carlos Alberto Peón, hijo de Faustino Peón, quien manifestó haber escuchado de labios de su padre, que los equipos fueron trasladados a lomo de mula hasta La Verde. Es probable que ambos medios hayan sido utilizados en virtud de la diversidad de peso de los distintos componentes de la planta fabril.
El traslado de la fábrica se completó en los últimos meses de 1922 y con la expectativa que es dable imaginar, los directivos de la empresa se dispusieron a colocar los cimientos de la nueva industria que habría de consolidar a la naciente población y transformar sustancialmente la actividad económica de la zona.
Este acontecimiento tuvo amplia repercusión periodística, pues La Voz del Chaco anunciaba en su edición del 1° de diciembre de 1922:
“Hemos notificado oportunamente la posibilidad de que fuese trasladada a Lapachito la fábrica de tanino que desde hace un año tiene instalada en Colonia Benítez la Sociedad Industrial del Quebracho”. Ratificando aquella noticia, se nos informa ahora que resuelto definitivamente ese traslado el próximo domingo se procederá a colocar la primera piedra del nuevo y amplio edificio que ocupará la mencionada fábrica a pocos kilómetros de Lapachito en el paraje denominado ‘Laguna Escondida’ fracción del campo del Señor Faustino Peón, adquirida a tal efecto. No cabe duda que con el aporte de un ramal decauville la nueva fábrica habrá de intensificar las actividades del trabajo con el consiguiente beneficio para la utilidad de aquella zona maderera.
El terreno a que alude la nota periodística y que fue vendido a Nellen, Turk y Cia. por Faustino Peón para la instalación de la fábrica, era la mitad del Lote 32 que incluía una sección de la mencionada laguna. La prensa no se equivocaba en otorgar trascendencia a la instalación de esta planta industrial en una zona donde la explotación forestal era predominante. Lo que tal vez no se vislumbre desde la capital del Territorio, fue que la nueva industria vendría a dar cohesión y arraigo definitivo a los pobladores del lugar, dando nacimiento y permanencia al incipiente núcleo urbano de La Verde.
La inauguración de la fábrica tuvo lugar efectivamente el domingo 3 de diciembre, en una ceremonia que contó con la presencia de autoridades, personas vinculadas con la empresa y con la construcción de la nueva planta, caracterizados vecinos del lugar. Con pintoresquismo y vivacidad, el corresponsal de La Voz del Chaco describe el acontecimiento, del cual fue testigo:
Como era de esperarse dio lugar a una agradable reunión la fiesta realizada ayer en Lapachito con motivo de la colocación de la primera piedra de la nueva fábrica de la Sociedad Industrial del Quebracho, en aquel punto, acto en el que fueron madrina y padrino la Señorita Sara Peón y el Gobernador Interino Señor Enrique Obligado respectivamente. La compañía citada, representada en el acto por su administrador local Señor Ernesto Fullenride, agasajó durante el día a los visitantes con la esplendidez que le conocemos, ofreciendo a medio día un verdadero banquete. Los honores de la casa los hicieron con exquisita gentileza la Señora María M. de González y las Señoritas Sarita Peón y Elvira González... En la pared fundamental fue empotrada una botella de champaña (llena), tarea en la que hicieron de albañiles ayudados por los directores de la construcción, (los) señores Del Mónico y Estl, y otras señoritas... Con el directo que pasa por Lapachito a las 20 horas (el F.C.C.N.A.), hizo regreso a ésta una gran parte de la concurrencia, haciéndolo el resto por automóvil”.
La instalación de la nueva fábrica en el paraje “La Verde” se produjo en un momento crucial para la actividad económica de la zona y la supervivencia de muchos de sus pobladores. Coincidió con una tremenda depresión del rollizo de quebracho en el mercado internacional y la paralización casi total de la actividad en los obrajes, con la consiguiente desocupación de la mano de obra que trabajaba en los mismos. Según la Asociación de Defensa de los Intereses del Chaco y Formosa, esta situación provocó la desocupación en masa de los hacheros, carreros y sus familias caídas actualmente en la miseria... La desocupación en la zona maderera del Norte ha alcanzado a ser angustiosa para miles de brazos dedicados a esta tarea”.
La mencionada Asociación solicitó y obtuvo del Ministerio de Hacienda de la Nación la reducción de los aforos aduaneros que afectaban a la exportación del rollizo. Aunque esta medida mejoró la rentabilidad de la explotación forestal, no fue suficiente para reactivar la misma, por lo que se efectuaron gestiones y reclamos ante el Gobierno Nacional, para que se permitiera la extracción de madera de los campos fiscales.

Evolución y decadencia de la fábrica
La fábrica Nellen, Turk y Cia. comenzó a producir extracto de quebracho a mediados de 1923. Según testimonios recogidos por el Prof. Ángel Harman, la planta era de reducidas dimensiones y sus instalaciones precarias. Sin embargo y tal como se desprende de la nota periodística que da cuenta de la inauguración, uno de los constructores de los edificios que la componían fue el Sr. Bruno del Mónico, prestigioso profesional de la construcción de Resistencia, de cuyos estudios salieron obras de gran valor arquitectónico, como el antiguo “Hotel Savoy”, en la intersección de las calles Perón y Necochea; el Chalet de Adolfo Rapaccioli, en la esquina de Mitre y Corrientes, y el edificio que ocupa actualmente la sociedad Rural, por citar sólo algunos de los más conocidos. La revista que publicó “La Voz del Chaco” en 1930 con motivo de su 15° aniversario incluye la fotografía de la fábrica de Tanino de la Sociedad Industrial del Quebracho entre las realizaciones de Del Mónico y señala los años 1922 y 1923 como los años en que tuvo lugar su construcción.
La ubicación de la fábrica no podía ser más favorable para la época. Aparte de la abundancia de la materia prima ya señalada y la reserva de agua en abundancia que significaba la laguna, a un kilómetro de distancia en dirección SO.
Corría el Río Negro y hacia el Norte, a unos dos kilómetros estaba situado el Estero Ñacurutú. Contaba con una red ferroviaria en las cercanías; la Estación Lapachito del F.C.C.N.A. a unos cinco kilómetros; la Estación Hivonait del Ferrocarril Santa Fe, cuya línea cruzaba la del Ferrocarril Estatal a cuatro kilómetros del lugar. Además, por esos años comenzó a operar el Ferrocarril propiedad de Hortensio Quijano, el cual desde Lapachito se dirigía a Gral. San Martín (Ex Zapallar) con un ramal de 4,8 km. a La Verde. Esta situación le permitía recibir rollizos del interior del territorio a través de la Estación Lapachito y a la vez dar salida a los productos elaborados mediante el Ferrocarril Quijano.
Entre los años 1925 y 1926 la producción de tanino fue de 6.684 toneladas. Entre los años 1928 a 1932, los registros que se conocen revelan una paulatina declinación de la producción:
1928 5.765 Tns
1929 3957”
1930 3435”
1931 2241
1932 1.732”
1933 809” (1º trimestre)
Los factores que provocaron esta declinación y finalmente la paralización de la fábrica fueron fundamentalmente dos: a) la gran crisis mundial de 1929 que repercutió en nuestro país causando una gran recesión en toda la actividad económica, especialmente vinculada con la exportación, y b) el monopolio o “pool” ejercido por La Forestal sobre el mercado exportador del tanino, especialmente a partir del “Pacto de Caballeros” que se firmó en 1926 con el fin de evitar la competencia de precios entre las distintas firmas exportadoras, pero que en la práctica funcionó en beneficio de La Forestal, pues ésta comenzó a quedarse con el paquete accionario de las empresas competidoras y en muchos casos para dejarlas inactivas, como ocurrió con la fábrica de Villa Jalón y también con la que funcionaba en La Verde.
Según planos y registros de exportación existentes en la fábrica actual, la Sociedad Industrial del Quebracho perteneciente a los Sres. Nellen, Turk y Cía, fue adquirida entre 1931 y 1932 por la firma “Femando Fontana” o “Fontana Ltda.” y en registros de 1933 figura como productora de tanino soluble marca “Superior”. Sin embargo esta firma no pudo continuar con la producción, la cual se paralizó en 1933 por la depresión en el precio de las maderas. La última exportación de tanino realizada fue en 1932, con 1732 toneladas. La actividad económica de La Verde quedó reducida en esos años a la producción agrícola y ganadera. La firma Fontana Ltda., que pertenecía al “pool” de la Forestal y que había adquirido en subasta pública la fábrica de La Verde a la empresa Nellen, Turk y Cía, ordenó la paralización de la actividad industrial en esta planta siguiendo la política de aquella empresa monopólica de evitar la competencia y de mantener los precios del tanino en alza. Sólo permaneció en actividad la desmotadora de algodón, la usina eléctrica y la fábrica de hielo y soda, que también habían pertenecido a la empresa anterior.
Esta situación continuó hasta que en 1938 la fábrica fue adquirida por Enrique C. Welbers a La Forestal, con el fin de ponerla nuevamente en marcha, iniciándose así una nueva etapa en la vida económica de La Verde.

Compra y ampliación de la antigua fábrica
El Sr. Enrique C. Welbers, que tenía experiencia en el ramo de la explotación taninera por su participación en la fábrica que poseía su hermano Guillermo en General Pinedo, adquirió a La Forestal todas las instalaciones de la ex-fábrica de tanino de Nellen, Turk y Cía. en el mes de abril de 1938. Acompañado del Gerente de la nueva empresa Sr. Primo Umberto Aquino y del Ingeniero de la fábrica Basilio Matviejenia, quienes también habían cumplido tareas en la fábrica de Pinedo, se hizo cargo de las instalaciones el 6 de agosto de 1.938.
Corno la fábrica había estado inactiva por varios años, fue necesario efectuarle una serie de reparaciones, ampliaciones y modificaciones a la planta original, tarea que insumió unos seis meses, pues recién en el mes de enero de 1939 se produjo la primera partida de tanino soluble en agua caliente.
La reactivación de esta industria tuvo una gravitación fundamental en la historia de La Verde, ya que dio nuevo impulso a la economía de toda su zona de influencia, consolidó el arraigo de la población que contó con una fuente de trabajo e influyó decisivamente en la vida social y cultural de esta comunidad.
Uno de los primeros aspectos que preocupó al Sr. Welbers fue el de ampliar el terreno disponible para futuras construcciones y sobre todo asegurarse la suficiente provisión de agua para la alimentación y limpieza de las maquinarias y tuberías. Originariamente, la fábrica ocupaba una superficie de 12 hectáreas, parte de las cuales incluían a la laguna adyacente. Como el resto de la laguna pertenecía a otros propietarios, se resolvió comprar todos los terrenos aledaños. Así es como en mayo de 1938 se extendió esta operación a 50 hectáreas adquiridas a La Forestal y en julio de 1946 el Sr. Benigno Peón vendió a la empresa Welbers 34 hectáreas de su propiedad. De este modo la fábrica pudo contar con una constante provisión de agua, pues la laguna era vasta y profunda, y además recibía los desagües del Estero Ñacurutú en épocas de crecientes a través de un canal de unos 2.000 m. de extensión.
Otro aspecto vital para la nueva fábrica era la sustitución de la vieja maquinaria, ya obsoleta por otras más modernas y adecuadas para el ritmo de producción que debía imprimírsele. En primer lugar se reemplazaron los motores accionados por vapor por otros de generación eléctrica, para accionar los distintos elementos que componen el proceso de elaboración. También fueron sustituidos los antiguos difusores de madera por otros de cobre y fue reacondicionada la aserrinera. Fue necesario revisar y poner a punto los vacum, aparatos de evaporación de simple y de doble efecto, y las calderas, a fin de lograr una mayor eficiencia y seguridad en su funcionamiento.
En medio de intensos trabajos en jornadas de 12 horas diarias, fue necesario ampliar los depósitos de extracto y construir tres galpones de zinc de 10 por 50 metros cada uno, pero sin muros divisorios entre si. En virtud de que una tormenta había derribado las chimeneas originales que eran de hierro, en 1940 fue reemplazada por una de hormigón que aún se mantiene y que lleva la inscripción:
“Puma - 1938”, que hace alusión a la marca del tanino que desde entonces se elabora y a la fecha de instalación de la empresa.
Además de estas tareas relacionadas con la fábrica en sí, también fueron refaccionadas las viviendas para el personal técnico-administrativo y obrero que había construir la empresa anterior. Al mismo tiempo, muchas familias obreras fueron autorizadas a ocupar terrenos de la empresa Welbers, lo que consolidó la población estable de La Verde a fines de la década de 1930. Estas familias se alojaban en grupos de casas colectivas construidas de madera y techo de paja, las cuales ocupaban un terreno que se extendía desde las cercanías de la actual portería de la fábrica hacia el N.E. El Sr. Enrique Welbers decidió brindar mejores comodidades a estas familias y dispuso sustituir dichas construcciones por viviendas individuales de material y techo de zinc, algunas de las cuales aún subsisten.
En cuanto a la provisión de materia prima -o sea el quebracho colorado- provenía de la zona hasta 1952, año en que las reservas se agotaron y tuvo que recurrirse a obrajes más alejados dentro del territorio propiamente chaqueño. Incluso se llegó a traer rollizos de la provincia de Santiago del Estero, pero el menor porcentaje tánico del quebracho colorado santiagueño y las distancias a recorrer, hicieron preferible continuar con la materia prima local.
Los rollizos destinados a la fábrica de La Verde llegaban por ferrocarril hasta la estación Lapachito y de allí eran embarcados en los vagones del Ferrocarril Quijano que los transportaba a destino. El tanino elaborado seguía el camino inverso para su exportación. Este sistema perduró hasta 1958, año que se construyó el ramal de la Estación Hivonait del Ferrocarril Santa Fe hasta La Verde, que permitió el transporte directo -sin trasbordo- tanto de la materia prima como del producto elaborado por la planta fabril. Posteriormente, el empleo de camiones para transportar los rollizos desde los obrajes a la fábrica, agilizó notablemente el aprovisionamiento de la materia prima y por lo tanto de la producción.
Para comprender la importancia del Ferrocarril Quijano en la primera etapa del funcionamiento de ésta fábrica, merece detenernos en algunos párrafos de la petición del Sr. Enrique Welbers a las autoridades de los ferrocarriles del Estado en 1944:
“Me permito dirigirme a usted a fin de enterarlo de la situación crítica en que ha sido colocada mi fábrica local de extracto de quebracho a raíz del anormal funcionamiento del trasbordo de rollizos, materia prima de mi fábrica en el Kilómetro 2 ramal al Zapallar y su posterior arrime por la trocha de 0,75 (m.) a la fábrica. A partir de la primera quincena de enero ha quedado clausurado .el ramal al Zapallar hasta hace poco, y al habilitarse abrigaba la esperanza de que la situación angustiosa, creada por la clausura, desapareciera y de que el trasbordo y arrime se normalizarían dentro de un plazo prudencial. Han entrado a la fábrica tan sólo pocos vagones, tan sólo un porcentaje ínfimo de lo que necesito para mantener a mi industria en actividad, obligándome a proceder paralizar nuevamente las actividades y seguir manteniendo a mi personal con los sacrificios financieros del caso.”
El Sr. Enrique Welbers efectuaba esta presentación ante las autoridades de Ferrocarriles del Estado, por haber sido adquirido por éste el Ferrocarril que había pertenecido a Hortensio Quijano. Aunque ponderaba las dificultades que planteaba la organización de dicho Ferrocarril, destacaba la importancia vital que tenía para su industria la disponibilidad de vagones para el transporte de rollizos de quebracho hasta la fábrica. Ante la posibilidad de la clausura definitiva del ramal, el empresario terminaba la nota solicitando:
1º Que se vuelva a habilitar para rollizos de quebracho colorado el trasbordo en Lapachito o en el Km. 2 del ramal”.
2° Que el arrime se efectúe en condiciones normales para evitar en el futuro la situación anormal que se ha creado”.
Evolución de la Fábrica Welbers
Para comprender mejor la evolución que experimentó la fábrica de tanino de La Verde a partir de 1938, debemos ubicarla en el contexto de la evolución de la industria taninera en el país. Como vimos, esta actividad empezó a ser controlada por La Forestal Argentina S.A. desde el año 1906, a tal punto que de las 33 fábricas que funcionaban en el país, 13 pasaron a manos de esa gran empresa monopólica, proceso que se completó hacia 1934. El “pool” que constituyeron las principales empresas fabricantes de tanino en 1919 y que fue disuelto con motivo de la Ley Anti monopolios de 1923, fue reemplazado por una agresiva competencia de precios, negativa para los intereses del país, que terminó en 1926 al constituirse un nuevo “pool” por medio de un llamado “convenio de caballeros” entre las distintas empresas competidoras. Discrepancias por los precios entre sus dos principales componentes: Quebrachales Fusionados y La Forestal, determinó su disolución. Con este motivo La Forestal liquidó gran parte de su stock de tanino haciendo caer los precios del producto y se desprendió de 1.200.000 hectáreas de bosques que ya había explotado.
Este exceso sobre la demanda de tanantes vegetales obligó a las propias empresas a acordar un cupo de exportación para cada una de las fábricas en funcionamiento, sistema que contó con el aval del Gobierno Nacional. A tal efecto, la Secretaria de Industria y Comercio de la Nación dispuso verificar la capacidad productiva de cada planta instalada en el año 1944. Para la fábrica Welbers de La Verde, se constató una capacidad de 21.310 kilogramos diarios de extracto.
A fin de poner en óptimas condiciones de producción a la planta industrial, una vez que pasó a manos de Enrique Welbers, se introdujeron mejoras a innovaciones técnicas. La energía eléctrica suministrada a la fábrica fue incrementada mediante la instalación de equipos electrónicos más modernos: de vapor a partir de 1940 y por medio de motores Diesel desde 1960. También fueron mejoradas las aserrineras, renovadas las calderas y los difusores, con equipos provenientes de las fábricas de General Pinedo y de las instalaciones de La Francia Argentina de Resistencia, que fue adquirida en 1961.
La incorporación de las primeras mejoras en la planta produjo un sensible aumento en la capacidad de producción de tanino. Así es como en 1948, la Secretaría de Industria y Comercio constató una capacidad de 42.552 kilogramos diarios o sea una capacidad mensual de 1.276 toneladas de tanino. Posteriormente la empresa informó a esa Secretaría que con las mejoras introducidas podía llegarse a una producción estimadas en 1 .500 toneladas mensuales.
Estas mejoras y ampliaciones fueron en parte el resultado de la adquisición de otras fábricas semi-paralizadas o en proceso de desmantelamiento. En 1947 fue adquirida la fábrica de General Pinedo, que además de permitir incorporar nuevos equipos a la planta de La Verde, posibilitó la transferencia de la cuota de exportación de tanino que poseía aquella fábrica. El 20 de septiembre de 1956 la empresa Welbers adquirió parte del cupo de exportación de la fábrica Harteneck de Río Arazá ubicada a siete kilómetros de Resistencia, la que había quedado paralizada. Lo mismo ocurrió con la planta taninera de “La Francia Argentina S.A.” ubicada en Resistencia, la que fue comprada en 1961. Esta fábrica, que ya se encontraba inactiva en el momento de su adquisición, fue desmantelada y una parte de sus maquinarias fueron vendidas, mientras que el resto de los equipos fueron trasladados a La Verde.
También se produjeron cambios en la calidad del producto elaborado a partir de la puesta en marcha de la fábrica. Al hacerse cargo el Sr. Enrique Welbers en 1938, se elaboraba un tipo de tanino soluble en agua caliente registrado bajo la marca “PUMA”. Posteriormente, y para lograr mayor competitividad en el mercado internacional se resolvió elaborar un extracto soluble en agua fría. El nuevo producto fue registrado bajo la marca “SOLPLUMA”, el cual, al igual que el anterior, era envasado en bolsas de yute para su transporte.
La primera red de vías internas para el transporte de rollizos era de trocha angosta de 0.75 m. de ancho con máquinas de tipo “Decauville” de pequeño porte. A partir de 1957 y por un convenio con el Ferrocarril Gral. Belgrano, se construyó un ramal de 2.300 m que conectaba a la fábrica con la estación Hivonait que perteneciera al Ferrocarril Santa Fe. De este modo, La Verde quedó vinculada a la red nacional a partir de abril de 1958, y su producción pudo tener salida directa por ferrocarril hasta los puertos de embarque.
También fue necesario incrementar la provisión de agua para las distintas etapas del proceso de fabricación del tanino, la cual se extraña de la laguna de La Verde. En principio se instaló una bomba eléctrica en el río Negro para derivar hacia dicha laguna el alto caudal de agua en época de crecientes. Posteriormente fue necesario construir un canal a cielo abierto desde el río hasta la laguna, ubicando la “toma” en el río a la altura del paraje “El Timbó”, donde se instaló una moto-bomba en 1962. Además se construyó un vertedero para el caso de que las lluvias elevasen el caudal de la laguna hasta un punto crítico, de manera de posibilitar la salida del excedente hacia el río Negro.
Estos cambios y mejoras implicaron que tanto la fábrica como el pueblo mismo debieron ir adaptándose a las nuevas exigencias de los tiempos. Los efectos de estas mejoras dieron a La Verde y a sus habitantes la oportunidad de contar con nuevos y mejores servicios, modificándose positivamente el perfil urbano de la localidad a medida que la fábrica iba ampliando su capacidad de producción y brindando mayores fuentes de trabajo a sus habitantes.

Trágico fin de Enrique Welbers y comienzo de una nueva etapa
Enrique C. Welbers había nacido en Bella Vista, Corrientes, el 3 de junio de 1899 y ya se había vinculado a la actividad taninera en la fábrica que su hermano Guillermo tenía en General Pinedo. Cuando se hizo cargo de la planta de La Verde en 1938 tenia 39 años y con espíritu inquieto incursionó en otras actividades sociales y deportivas, además de su ocupación empresaria. Así, fue uno de los fundadores del Aeroclub de esa localidad, institución que contó con un campo de aviación y varios aparatos, e inició sus actividades en 1944.
El 13 de abril de 1947, cuando se disponía a aterrizar en dicho campo al comando de un avión de su propiedad, una de las alas de la máquina rozó un cable telefónico y se precipitó a tierra incendiándose. Pese al rápido socorro que recibió, Enrique Welbers falleció en el acto, aunque su acompañante pudo salvar la vida. El industrial contaba entonces con 48 años de edad, y su trágico deceso produjo honda impresión, no sólo en La Verde sino en todos los ámbitos del entonces Territorio del Chaco, pues su figura era ampliamente conocida.
Por decisión judicial y mientras se tramitaba el juicio sucesorio, se hizo cargo de la empresa el Sr. Nicolás Benito, como administrador de la misma. Este, de origen español, tenía experiencia en el ramo de la industria taninera pues se había desempeñado como Gerente en la Fábrica de Quebrachales Fusionados de Puerto Tirol. Puso mucho empeño en la tarea de administración y ordenamiento de la fábrica, pero falleció a mediados de 1952, antes que terminara el juicio sucesorio.
Finalmente la justicia declaró herederos de Enrique C. Welbers a su esposa, Luisa Cecilia Bruners de Welbers y a sus hijos René Marcelo y Mercedes C., el 10 de septiembre de 1953. La conducción de la empresa fue encargada al joven René Welbers, en carácter de socio administrador de la misma.
René Marcelo Welbers había nacido en General Pinedo, el 31 de mayo de 1929, localidad chaqueña donde su padre estaba al frente de una fábrica de tanino hasta su radicación en La Verde en 1938. Una publicación de la época lo calificó como un hombre joven, dinámico y emprendedor que sigue la senda de progreso trazada por su padre.
Por su parte el historiador Guido Miranda, recogiendo el testimonio de un antiguo empleado de la empresa, D. Ramón Sánchez, expresa:
“… Educado en Buenos Aires, no le costó sin embargo amoldarse a las exigencias de la industria, por cierto arduas, trasluciendo -a la manera de su padre- un temperamento gentil, sociable, generoso...”
Al nuevo administrador le tocó afrontar una coyuntura internacional sumamente desfavorable para la industria taninera, como consecuencia de las restricciones impuestas al comercio internacional debido a las secuelas de la Segunda Guerra Mundial. La abrupta caída de la demanda, la sobreoferta y la crisis por la que atravesaban todos los países europeos, principales consumidores del tanino, produjo la caída de los precios. El gobierno nacional adoptó a partir de 1947 la decisión de centralizar la comercialización del extracto de quebracho, incorporándolo a los que manejaba el Instituto Argentino de Promoción del Intercambio (IAPI). Se trató de defender la producción nacional buscando mejorar la producción y bajar los costos, además de organizar el mercado para evitar el derrumbe de los valores por causa de una oferta desordenada.
Esta fuerte caída de los precios obligó a la firma a participar en conversaciones y contactos con las competidoras, las que celebraron en Paris (1955), Buenos Aires (1956), Londres (1962) y Lisboa (1963), sendas reuniones con tal fin. Estas conferencias dieron como resultado un acuerdo de precios entre las empresas productoras, avalado por el Decreto del gobierno nacional del 12 de marzo de 1963. Por esta norma legal, se fijaron cupos de exportación a cada una de las productoras de tanino y el organismo encargado del control para su cumplimiento fue la Cámara Argentina-Paraguaya de Productores de Extracto de Quebracho. Este mecanismo trajo grandes pérdidas a aquellos productores que no podían cumplir el porcentaje asignado, pues si dicho organismo no daba su conformidad al respectivo permiso de embarque, la Aduana no autorizaba la salida del producto, según lo denunciaba la prensa de la época.
No es posible determinar hasta qué punto esta operatoria afectó a la fábrica de La Verde, pero es significativo que coincidió con los años en que la empresa Welbers entró en crisis, la cual se agravó cuando en 1963 se resolvió adquirir a la firma Internacional Products Corporation, la fábrica de tanino ubicada en Puerto Pinasco, República del Paraguay. Esta operación acarreó sensibles pérdidas a la empresa, en virtud de la retracción del mercado internacional del tanino, por lo cual no pudo afrontar los compromisos contraídos con la mencionada empresa.
En virtud de la situación creada, la Internacional Products Corporation que se había quedado con el paquete accionario de la familia Welbers, resolvió su liquidación, y su propio presidente, Hickman Price, viajó a La Verde para poner a cargo de todos los bienes de la empresa al señor Martín Ruppel, en carácter de interventor. Este acto tuvo lugar el 14 de julio de 1967.

La administración del Sr. Martín Ruppel
El nuevo interventor tenía la misión de liquidar una empresa que había quebrado. Sin embargo, pudo constatar la favorable opinión que los anteriores propietarios generaban entre las personas estrechamente vinculadas con la firma:
“En el transcurso de una reunión con los obrajeros, que constituían una gruesa proporción de los acreedores advirtió que usaban con frecuencia la expresión ‘nuestra fábrica’ al referirse al establecimiento en cuestión y ello, aparte de predisponer favorablemente su ánimo, influyó para que más tarde adoptase el criterio de no cambiar el nombre de la firma.”
A pesar de que el balance efectuado el 31 de agosto de 1967 arrojó una pérdida que triplicaba el capital de la empresa, al efectuar en ese mismo año el revalúo del activo físico que poseía la misma (instalaciones, maquinarias, materia prima disponible, inmuebles, etc.), el nuevo administrador pudo convencerse de que con una austera administración y rigurosa contención de gastos podía sacarse adelante a la fábrica y continuar su explotación. Así lo hizo saber a la International Products Corporation cuando aún era representante legal de la misma, en un informe elevado el 1° de enero de 1968. La I.P.C. respaldó este criterio y le ofreció al Sr. Ruppel una participación en el capital accionario.
Una vez al frente del Directorio, y mediante un plan de austeridad que permitió ir cancelando paulatinamente la deuda en un plazo de tres años, logró en el año 1970 la primera inversión que consistió en la modernización del taller.
Lograda la consolidación económica de la empresa, pudieron encararse planes de racionalización, modernización y diversificación de la producción. Entre las obras que se realizaron a partir de la gestión del Sr. Ruppel podemos señalar la elevación del nivel de la laguna para poder disponer en todo momento de agua suficiente sin peligro de verse obligado a interrumpir el funcionamiento de la fábrica por su carencia. También se construyeron edificios para almacenes, garajes y talleres; se mejoró la Mayordomía para el personal: se pavimentaron los caminos interiores de la fábrica; se dotó a los talleres de maquinarias más modernas, como también a la propia fábrica y en 1973 se instaló la planta para la producción de extractos atomizados.
Es necesario destacar este último aspecto de la producción taninera de La Verde, pues indica hasta qué punto sus directivos, técnicos y personal obrero, supieron adecuarse a las exigencias que planteaba el mercado después de haber superado la crisis. En efecto, cuando los extractos sólidos y molidos comenzaron a ser desplazados en el mercado internacional, se instaló una planta para extractos atomizados, la cual fue puesta en funcionamiento en 1973. Para este tipo de producto se utilizaron los más modernos procedimientos químicos, como el sistema de humectación con una solución detergente que permite su disolución instantánea en contacto con el agua.
Hacia 1977 el establecimiento industrial de la firma Welbers abarcaba unas 50 hectáreas, a las cuales debía sumárseles otras 90 hectáreas correspondientes a la superficie de la laguna. El área comprendía la fábrica misma con sus playas para rollizos, vías férreas, caminos pavimentados internos, administración y mayordomía, los almacenes, garajes y las viviendas del personal técnico. En virtud de esta expansión la fábrica pudo dar trabajo permanente a unos 300 obreros y alrededor de 1.200 trabajadores más ocupados por los obrajeros en la producción de rollizos de quebracho en pleno monte, y fleteros en las tareas de traslado a la planta fabril y en otras labores complementarias.
Como en todos los pueblos fabriles del Chaco, la organización sindical de los obreros que afluyeron desde provincias vecinas y las ya nacidos aquí, se produjo en la época del Territorio Nacional y se afianzó en la década del 40’ con el proceso que llevó a la industrialización del país, en La Verde se fundó el Sindicato Unión Obrero Fabriles (S.U.O.F.) para agrupar a todos los obreros de la fábrica Welbers el 18 de marzo de 1943. Este sindicato inició los movimientos huelguísticos y de reclamo de mejores condiciones de trabajo, que fueron casi simultáneos que los producidos en otros pueblos fabriles de la época, especialmente en aquellos que estaban bajo la égida de La Forestal y donde más se hacían sentir las injusticias que caracterizaron a la relación obrero-patronal antes de la llegada de las leyes sociales del peronismo.
Posteriormente, y cuando ya las organizaciones obreras constituían una de las bases principales del gobierno de Juan Domingo Perón, en el Chaco surgió la Federación Argentina de Trabajadores del Tanino y Afines (F.A.T.LT.A.) que agrupó a todos los sindicatos tanineros del país. La organización sindical de La Verde se incorporó a esta Federación y adoptó el nombre de “Sindicato de Trabajadores de la Industria del Tanino y Afines” en el año 1951.
Esta descripción de la evolución de la industria taninera de La Verde y de sus progresos, creemos que nos puede dar una idea cabal de la íntima conexión que tuvo y tiene el accionar de la fábrica con el desarrollo de esta comunidad en sus más diversos aspectos. Pero nos sirve también para poner en evidencia que dichos logros fueron posibles gracias a la existencia de una población laboriosa, fecunda en imaginación e iniciativas, fuerte en su capacidad de trabajo para superar todas las circunstancias adversas que el medio natural y las condiciones socioeconómicas les fue planteando.


SINDICATO TANINERO

A la política obrera de la Argentina, tuvo en la presente centuria sus defensores en legisladores socialistas y radicales, que presentaron al congreso, leyes que precedían mejorar las condiciones laborales pero invariablemente encontraron la tenaz oposición de los conservadores. Cuando llegó Perón al gobierno y con mayoría parlamentaria, pudo lograr la aprobación de un sin número de leyes que favorecía a la clase proletaria. Antes del advenimiento de la era peronista, los gremios en el Chaco no estaban suficientemente organizados como para que representaran una fuerza que pudiera, frente a la patronal, defender sus derechos de igual a igual.
En sus comienzos, el sindicalismo de La Verde sufrió los inconvenientes de la falta de organización y, por su puesto, de leyes que le dieran fuerza que más tarde tuvieron con la personería gremial de cada organización, mientras eso ocurría los patrones, en su gran mayoría, ponían trabas a la creación de los sindicatos que pugnaban por organizarse.
Eso ocurrió con los obreros del tanino, cuyos dirigentes, para hacer reuniones y tratar sus problemas, tenían que reunirse en el monte casi a escondidas.
Los primeros dirigentes del gremio fueron: Pascual Cóceres, Adriano Aranda, Ramón Frutos, Santiago Oliveti. Estos dirigentes, tras su incansable gestión vieron surgir el sindicato en el año 1.943. Al comienzo el sindicato pertenecía a los Aceiteros, más tarde lograron la formación de la Federación que agrupaba a los del tanino con la sigla FATITA. El desempeño gremial logró que en 1.950 se llevara a cabo la primera convención laboral, tras lo cual se obtiene el primer convenio de trabajo que benefició a todos los obreros.
El gremio fue dirigido y orientado por dirigentes que si bien, siempre procuraban el beneficio a sus compañeros, nunca usaron de la confrontación estéril que no conduce a nada positivo en provecho del gremio. Aún en épocas en que Welbers (H) tenía problemas en la venta del producto y se les adeudaba varios meses de jornales, ellos comprendieron la circunstancia y no fueron a la huelga. Esto habla muy bien del acertado criterio de los dirigentes que siempre buscaron la conciliación que invariablemente conduce a la solución adecuada.



UNA JOYA ARQUITECTONICA

UN CASTILLO MEDIEVAL EN EL CHACO
Era una tarde calurosa y llegaba por primera vez a una localidad que sorprendía y se activaba mi curiosidad a cada paso que mi cuerpo realizaba. El final de mi visita conocí algo que popularmente denominaba “el castillo”.
Yo no podía creer que en esta parte del Chaco existiera algo que se pareciera a esas grandes fortalezas que en la época medieval coronaba los grandes condados de la vieja Europa.
Cuando estuve frente a él, mi asombro fue total. Un gran mole construida a las orillas de la gran laguna, se alzaba imponente y señorial. Con su torre defensiva, su gran acceso coronado por vidrios de colores, tal como si se tratara de los vitrales de un gran catedral, invitaban a conocer su interior, las murallas con formaciones estilo árabe hacían imaginar los vigías paseando por la parte superior, ataviados con sus armaduras y portando sus ballestas para evitar la invasión por parte de extraños que pretendieran llegar hasta los aposentos de su amo.
Tras golpear la mano una dulce anciana abría la gran puerta (coloso de madera que si mis ojos no me engañaron, estaba revestido por aquellos clavos realizados a mano en hierro fundido a forja de siglo pasado). Tras presentarme mi acompañante, penetramos a un interior que hacía presumir que el tiempo se había detenido a principios de la era de los cruzados. Las palabras de la anciana me transportaban a esas vivencias estampadas en los libros que han narrado los reinados pasados y las épocas de la gran cristiandad.
Escaleras que llevaban a las murallas y a la gran torre, se desprendían desde un lateral del salón, que en penumbras se mantenían. Hasta ese olor a cirio que he podido retener en la visita realizada a las grandes construcciones religiosas del 1.700, se podía apreciar con facilidad.
Tras una amena visita cultural, explicada con sumo detalle por su moradora, bien habida de conocimientos históricos, y detalles que seguramente no aparecerán en ninguna publicación local, sentí la necesidad de conocer mucho más sobre quién fue y por qué construyeron una réplica de castillo en una zona tan alejada de las realidades históricas medievales europeas.
Con los datos aportados por su dueña (Menéndez de Peón), conocida cariñosamente como Porota, me dirigí a la biblioteca pública local, t tras consultar con algunos autores que reflejaban pequeñas aportaciones al tema, decidí hacer una profunda y exhaustiva investigación.
Al consultar otras fuentes a través de sistemas avanzados de información digital, descubrí aspectos tanto del constructor como del propietario que ordenó tal majestuosa construcción, que incitó aún más mi curiosidad de historiadora aficionada.
Corría el año 1.884, Granada, Andalucía (Sur de España) vivía los últimos vestigios del reinado del exponente de la Corona Carbónica (Alfonso XII). Fue la sublevación republicana del General Villacampa, se insurreccionaba Cuba. Las familias de bien, aspiraban a que sus hijos tuvieran profesiones de acuerdo a su estirpe, o sea que era un privilegio para los hombre de “bien vivir”, presentar a sus hijos en las reuniones sociales, como curas, monjas, doctores o militares. Nuestro protagonista no tenía inclinación dogmática, pero era como todo buen hijo, cumplidor de los mandatos de su padre terrateniente, y siendo todavía muy joven ingresó en el seminario de Cristo Redentor de Sevilla, sus años pasaban de estudios profundos sobre la teología y las ciencias que capacitan a un ciervo de dios para su función sacerdotal. Pero su entretenimiento era aprovechar los tiempos libres en la biblioteca, para leer y dibujar sobre el tema que más le apasionaba “la arquitectura”. Tenía problemas con el padre, Damiano de la Fuente, pues dedicaba más tiempo a su vocación placentera, que a sus estudios católicos, apostólicos y romanos. Fue tal su entusiasmo por como construían los griegos, los romanos y los árabes, que en repetidas ocasiones fue llamado su padre a reprenderlo frente a los profesores religiosos, y negándole la posibilidad de consultar más libros sobre el tema que se almacenaban en los sótanos del seminario.
La incomodidad de esa situación producía en este español una rebeldía mayor sobre sus educandos y un alejamiento mental a la hora de las oraciones y el rosario vespertino que se realizaba a las seis de la tarde. El Abad (rector) lo castigaba continuamente por su falta de concentración mandándolo a hacer tareas de limpieza, jardinerías y las compras para la cocina, en el mercado del pueblo, con un asno que no era para transportarlo sino para cargar los morrales llenos de alimentos que debía obtener, para surtir la alacena de la oscura y envejecida por el humo sala culinaria.
En uno de esos viajes antes que despuntara el sol, conoció a un marinero que también realizaba la adquisición de manjares para proveer el barco, que llevaba en los viajes a Nuevas Américas.
En esos encuentros con el curtido hombre del mar, se ilustraba cuando le narraba las maravillas del Nuevo Mundo, y las oportunidades que se ofrecían a personas que estaban capacitadas en algunas de las ciencias.
Estas palabras del gran navegante, se transformaron poco a poco en una necesidad de conocer esas tierras y de huir de esa cárcel que su padre había elegido para él y que no compartía en nada.
Una advertencia definitoria del director alentó más aún a nuestro protagonista a escapar, aún sabiendo que no retornaría nunca más a España, para no enfrentarse con su posesivo padre y aprovechando uno de sus castigos, tomó sus pocas pertenencias y las ocultó en el costal que transportaba el asno y se dirigió al puerto con la esperanza de enrolarse como marino a las ordenes del capitán de su amigo, de conversaciones en el mercado. No tuvo suerte pues el barco de ese gran narrador de aventuras había partido rumbo a Nueva Guinea, pero si estaba anclado un buque con carbón que se dirigía a Brasil y estaba solicitando escribientes para la narración de la ruta en el Libro de Bitácoras.
No lo pensó mucho pues cuando subiera la marea tenían que zarpar. Pocas horas quedaba y la única preocupación es que del seminario dieran la alarma a las autoridades y no pudiera salir del puerto. Pero se tranquilizó cuando a voz de mando el capitán dijo –suelten amarran-. La gran fortaleza lentamente se desprendía del muelle enmohecido y disponían su proa hacia la garganta de salida que ese puerto tenía para defenderse de posibles temporales que raramente ocurrían en el mar de la tranquilidad (Mediterráneo).
Ya a la altura del Peñón de Gibraltar, cuando desde la eslora donde le había dispuesto el capitán una mesita con silla, podía divisar las dos costas (España y Marruecos). Su sensación de estar libre de las cadenas que le ataban a un destino no deseado se desprendía en el transcurso de su viaje, y por fin después de unos días divisaba el último puerto de abastecimiento en las costas de África (el Archipiélago Canario).
Dos días estuvo anclado el buque, y una noche de una luna espléndidamente luminosa, partían rumbo a las costas americanas.
En pleno Océano Atlántico, cuando las olas se elevaban como colosos amenazantes y el temor era palpable, su capitán los entretenía compartiendo experiencias marítimas y él a su vez, compartiéndole los motivos de su viaje secreto.
El capitán lo alentó diciendo –yo tengo un amigo en Paranagua (su de Brasil)- donde tenía último destino la embarcación, que seguramente te va a servir para emprender tu vida en el continente (América). Fue así que tras llegar al puerto lo primero que hizo el capitán es dirigirse a la gran casa de este amigo español, que tenía en esa ciudad brasileña y presentarle a ese andaluz.
Corría el año 1.901 y la primera noticia recibida de su España era la asunción del nuevo rey Alfonso XIII y el casamiento del monarca con Victoria Eugenia Battemberrg.
A nuestro escapado amigo es lo que menos le interesaba, las noticias del reinado español.
No transcurrió mucho tiempo que nuestro amigo convenció al indiano para permitirle dirigir una obra que pretendía construir en una de las haciendas que tenía en el interior de la selva de una localidad conocida como Livamento cercana a la frontera con Uruguay. Fue una de las grandes ventajas de no tener que aprender perfectamente el idioma, pues la mayoría de los trabajadores eran uruguayos, argentinos y paraguayos.
Corría el año 1.902 y tras conocer a unos doctores es medicina de la provincia de Chaco que se encontraban tratando de comprar animales vacunos para sus propiedades en esta provincia argentina, y él con tan sólo 25 años y sus ganas de conocer mundo se dejó convencer por este doctor Perrando de la ciudad de Resistencia para que viviera en esta localidad realizándole la dirección de obra de una chanchería con la que contaba a orillas del Río Negro.
Tras un año de trabajo en la casa del doctor Perrando, un día le invitó a que visitaran ambos, un amigo español que tenía el Galeno en la localidad de la colonia Juan Penco. En realidad se trataba de que el Dr. Había sido convocado para que mediara en un conflicto familiar producido en esa localidad en la cual los contendientes eran ambos amigos de él y de otro amigo en común llamado Quijano.
Los dos estuvieron seis días en la localidad, pero Benigno Peón, el amigo de Perrando le contrató para que le realizara un proyecto de vivienda para independizarse de su hermano de forma total.
Benigno Peón era un inmigrante asturiano que había venido por reclamo de su hermano Faustino Peón y su primo Basilio Menéndez cuando tan sólo era un niño para trabajar en las tareas de campo de don Penco, pero por su capacidad de ahorro y de trabajo incansable fueron comprándole tierras al viejo que tras la muerte de su viuda e hijo le vendieron el resto de la propiedad para que se la fueran pagando los hermanos astures.
Por disputas que no vienen al caso, nuestro protagonista solamente conoció a Benigno. Un hombre emprendedor, con una capacidad creativa fuera de lo normal. La construcción de aserraderos, el trazado de una línea férrea desde Salto la Vieja hasta La Escondida, para transportar los rollizos desde el corazón del monte, lo querido que era por la comunidad chaqueña y en todas las asociaciones era Benigno Peón un representante respetado por todos.
Lo cierto es que le llevó un mes que se pusieran de acuerdo qué tipo de hogar deseaba construir este fundador. Corría el año 1.902 y por fin el constructor y propietario se ponían manos a la obra. Un castillo estilo morisco a las orillas de una gran laguna, donde estuvo instalada la estancia de la familia Fernández hacia el año 1.784.
Cuando se comenzaron las obras, comenzaron los primeros problemas que este andaluz tuvo que resolver. Las orillas de la laguna no daban garantía para soportar una mole tan majestosa. Era arena, humedad a tan sólo 40 cm., y falta de materiales para construir adecuadamente. Por ello buscó en primer lugar una tierra que fuera idónea para la instalación de una ladrillería. La encontró al otro lado de la laguna (la isla), tierra negra, agua en abundancia y sol, mucho sol para cocerlos a la intemperie y unos balsones para trasladar por el espejo los ladrillos cocidos al sol. Con la misma arena y cociendo las rocas calizas que le eran enviadas de Resistencia, comenzó la construcción en diciembre de 1.902.
Se inauguró el castillo con una gran fiesta de invitados de don Benigno Peón, venidos de Santa Fe, Buenos Aires, Córdoba y también de su tierra natal La Collada, consejo de Pola de Siero (principado de Asturias).
Los carruajes se agolpaban en la gran puerta metálica que creaba el acceso al gran jardín y al fondo imponente, se reflejaban relucientes sus broces. El castillo de la localidad que luego llevaría el nombre impuesto por este gran emprendedor llamado Benigno Peón.
Tras cobrar lo pactado por tal maravilla arquitectónica este arquitecto aficionado desapareció. Algunos dijeron que había retornado a su Andalucía añorada, otros afirmaban que se volvió a Brasil a seguir su afición de construir mansiones para los adinerados. La cuestión es que nunca más se supo de este gran arquitecto e ingeniero que tenía estudios religiosos y no universitarios. Pero que hoy queda su obra, como muestra de una gran capacidad de desarrollo civil, patrimonio de la provincia y del mundo que identifica el coraje y la creación fuera de lo habitual de emigrantes que dejaron plantadas raíces de conductas y de trabajo y por encima de todo, un elemento arquitectónico orgullo de los vecinos de La Verde “EL CASTILLO”.



LITERATURA DE LA VERDE

Hace muchos pero muchos años, vivía un hombre muy pobre que tenía siete hijos pequeños en un pequeño ranchito de madera a la salida del pueblo de La Verde.
Era tan pobre que tenía que pasar todo el día en el monte con su hacha cortando leña para luego en horas nocturnas vender sus palos por los lugares del pueblo donde solían comprar el fruto de su trabajo (panaderías, talleres de fundición, hogares que tenían su propio horno de leña, etc). Y regresaba muy tarde a casa a llevar la mercadería que en la mayoría de las ocasiones era el pago de su venta.
Sus hijos esperaban impacientemente al papá, tras pasarse todo el día a mate cocido y algo de pan que había quedado de la jornada anterior.
José que era como se llamaba nuestro personaje había perdido a su mujer en el parto de su último hijo, y su impotencia de no poder cuidar como corresponde a su familia lo tenía preocupado mientras trabajaba, pues el mayor solo contaba con trece años y el más pequeño con tan solo cuatro.
La alegría de sus pequeños cuando ya entrada la noche el perro con su alegría anunciaba los pasos a la lejanía acercándose a su hogar de José hacía levantar todos sus hijos y tras una carrera frenética lo abrazaban a las puertas de la gran tranquera construida con sus propias manos.
Una mañana José se adentraba en el monte para comenzar su labor cuando algo le sorprendió. Un sonido que salía de un gran hueco en un árbol inmensamente viejo llamó su atención. Con el temor característico de algo anormal que nunca había experimentado se fue acercando a esa gran oscuridad que producía la gran abertura del coloso vegetal.
Tras estar frente a el escuchaba una canción suave en un idioma que no entendía, se aproximó aun más y pudo apreciar una lucecita que en el fondo del hueco iluminaba una rustica mesita con una fuente de manjares y una gran botella que reflejaba intensamente el brillo que se emitía de una vela incrustada en un candelabro en el centro. Su curiosidad se incrementaba paso a paso, según introducía su cabeza y podía distinguir cuadros en las paredes improvisadas que formaba el interior de esa gran cabida en el árbol. Decidió entrar sigilosamente y pronunciando palabras de saludo para conocer al morador de ese curioso hogar improvisado en el hueco de un gran árbol viejo “Hola, permiso”, no hubo contestación alguna. Cuando ya estuvo frente a ese gran festín que estaba servido, pensó ¿Que daría yo porque mis pequeños pudieran tomar aunque solo fuera una pequeña parte de todos estos alimentos, tendrían para comer durante un mes y todos, los saciaría durante seis meses?.
Una voz salió de las paredes de madera que le dijo: “José toma una porción de cada uno de los recipientes y llévaselo a tus hijos. Pero recuerda solo la porción que creas que puede alimentar satisfactoriamente a cada uno de ellos durante un día, y mañana regresa y llévate igual cantidad”.
Al oír esas palabras que retumbaban dentro de ese gran salón José se asustó aun más y quedó paralizado contra un gran baúl que se encontraba en uno de los espacios más alejados del gran habitáculo.
Nuevamente y como si se tratara de una grabación escuchó las mismas frases. José buscaba el autor de las palabras y no logró identificar figura alguna. No obstante ante la gran insistencia de la voz, tomó la bolsa que siempre llevaba para transportar los palos que vendía y con mucha delicadeza tomó un poco de cada uno de los alimentos que estaban dispuestos sobre la mesa.
Un trozo de poyo recién asado, unas costillas de chanchito, una pata de cordero que estaba bañada con una aromática salsa, dos panes grandes, un gran puñado de papas asadas, cuatro manzanas, una riestra de bananas y un tarro que estaba lleno de miel.
Tras cuidadosamente colocarlo dentro del costal, José se dispuso a salir de ese gran salón no antes decirle a la voz “Gracias seas quien seas, pedidme cualquier cosa que yo pueda retribuirte con mi trabajo y rápidamente estaré complaciéndole” -¿Cualquier cosa? Preguntó la voz, -si respondió José- cualquier cosa que pueda realizar con mi esfuerzo. “Lo tendré en cuenta” –contestó la voz-
Era media mañana y José aceleraba sus pasos, no veía la hora de llegar a casa. Esta vez el perro no se percató. Abrió de un solo impulso la puerta y sus hijos de un salto se abalanzaron sobre el “papá te encuentras bien” dijo el mayor “ “si mi hijo adorado” contesto el. ¿Por qué llegas entonces tan pronto a casa?. No me lo creeréis si les narro lo que me paso cuando me disponía a trabajar en el monte.
José se sentó en su silla de costaneros y los hijos alrededor escuchaban atentamente la experiencia narrada por su progenitor. Cuando acabó su relato tomó la bolsa que había dejado encima de la roída mesa y comenzó a sacar los manjares que le regalará esa voz misteriosa.
Todos los pequeños se les hacían agua la boca cuando aparecían extrayéndolo de la bolsa tan suculentos manjares. Algunos preguntaban que era esto o lo otro, pues nunca tuvieron la posibilidad de comer alimentos tan vistosos y bien condimentados.
Todos se apuraban a disponer la mesa para degustar esas delicias que su padre había traído. Y por primera vez tras poder compartir al mediodía una comida con sus hijos José se tiró a dormir una siesta.
En su sueño retornaba la voz del hueco del árbol repitiendo las mismas palabras. Así transcurrió el día entre comidas y sin fin de preguntas que sus hijos le hacían sin poder darle una respuesta a todas.
A la mañana siguiente retornó al hueco tratando de conocer de quien se trataba, quién sería en benefactor que había logrado esa alegría producida en su familia, el día anterior. Pero nuevamente la voz repitió lo mismo y José tomó nuevamente los alimentos que se veían como recién hechos o recolectados.
Nuevamente retornó a su casa cargado de grandes alegrías para los suyos. Estando nuevamente disfrutando de su sienta. Menéndez el panadero golpeaba la mano, tras despertarlo su primogénito, José lo recibió en el umbral de la puerta. Menéndez preguntó; ¿Qué pasó José que no me has traído leña ayer, y por lo que veo hoy tampoco lo harás? José no quiso mentirle diciéndole que estaba enfermo, ni tampoco contarle su experiencia por miedo a que se enteraran todos y no quedara nada de alimentos para sus hijos. Por lo que le dijo que mañana le bajaría leña del monte para su horno.
Fue así que a la mañana siguiente José salió como siempre hacía con su hacha y su costal para recolectar los trozos de rama que solía vender. Cuando ya tenía lleno su saco y después del medio día retornó al árbol con el propósito de llevarse más alimentos, pero esta vez no vio la cantidad que generalmente había y los mismos no parecían como en anteriores día recién hechos.
La misma voz y las mismas palabras repetían y José tomó nuevamente los manjares esta vez menos que los días anteriores.
Antes de marchar la voz le dijo ¿José porque hoy has venido tarde?, el hombre se detuvo y le contestó “Tuve que trabajar para llevar al panadero leña que me pidió”. Nuevamente la voz ¿Pero José no te llega los alimentos que te regalo, para alimentar a tus hijos como siempre has deseado? “si” –contestó-, “pero tengo compromisos contraídos con mis vecinos y no quiero fallarles”. Pero José, deja de trabajar y yo te proveeré cuanto necesitas para que salgas de la pobreza y nunca más tengas que trabajar” el dejó sobre la mesa los alimentos que había guardado en la bolsa y respondió “yo le agradezco enormemente los regalos que me ha dado, pero no deseo dejar de trabajar, pues aunque no me llega para vivir dignamente, para vestir a mis pequeños con ropas que le hacen falta para soportar el frió, para mandarlos a la escuela como los hijos de los demás vecinos de La Verde, pero aun así necesito trabajar, porque el hombre necesita llevar el sustento a su casa
con el sudor de su frente. Tras oír la voz tal contestación, respondió: “Mañana este árbol cuando lo visites no existirá, y yo me habré ido para no regresar jamás, pero con la respuesta que me has dado has finalizado la prueba de buen corazón a la que te sometido, abre el baúl que está a tu espalda y extrae cincuenta monedas de oro que encontraras en el interior, cámbialas y con el dinero que consigas establece una carpintería para que más nunca tus hijos tengan que pasar necesidades y tu continúes trabajando en lo que siempre has amado, la madera”. José se aproximó al gran cofre de madera, tras abrir la gran tapa vio como relucía en el fondo el metal precioso, tras tomar las monedas que le ofreció la voz, le agradeció por un largo tiempo y siguió su camino, primero a darle a el panadero la leña y luego a compartir con sus hijos la comida y la riqueza que la voz extraña le había dado.
Al día siguiente regresó a primera hora al árbol y se llevó una sorpresa, no existía en el lugar el gran coloso de madera que había tenido la gran cavidad donde vivía la voz, en su lugar nacía un pequeño retoño de algarrobo y en su base un pañuelo de color rojo. Al levantar el pequeño paño identificó como aquel que siempre su mujer llevaba atado al cuello, aquel pañuelo con el que pidió ser enterrada, aquel pañuelo que siempre tenía a su lado, su amor y que siempre le repetía “algún día este pañuelo te guiará hacía el progreso, algún día este pañuelo te librará de la miseria, algún día cuando yo ya no esté a tu lado te recordará que siempre fuiste un hombre de corazón grande.
José se sumió en sus pensamientos y en los recuerdos de su amada. Compró con los dineros que le dieron por las monedas un gran local en el centro de La Verde, contrató obreros y logró salir de la miseria a través como siempre quiso con su esfuerzo y su sudor.

Autor: Alfonso de Avilés




MENSAJES POETICOS DEL SILENCIO EN LA VERDE

De madrugada, cuando el cielo aún este rojo
y el camino de mi vida ya marcado
llevaré todo el amor que tú me has dado
y partiré, al despertar… aún dormido

Por la tierra y en la tierra mi camino
junto al hombre que en su muerte en mí está vivo
junto al humo de las fábricas y el trigo
porque solo luchando… no seré vencido

Si me cierran las ventanas de la vida
si me atan con los yugos encendidos
contra Dios están los muertos y los vivos
contra ti, soledad… estoy yo… yo y todos

Y volveré a sentir mía la tierra
y el aire llegará otra vez a todos
y mirando atrás veré quienes fuimos
porque solo luchando… no seré vencido

Y si los años dejan atrás mi pasos
y mi espalda acumula largos caminos
en las páginas del libro de mi destinos
escribiré soledad te he vencido, te he vencido.


UNA PROSA DE NUESTRA TIERRA

¡Si sólo se tratara de obtener satisfacción de iniciar el viaje! Pero no. La Verde se aleja a medida que uno se acerca. Es una localidad capaz de dejar en la puerta al turista, aunque éste crea visitarla. Ante todo, La Verde exige a quién desea comprenderla, una cierta desnudez, una determinada humildad. Hay
que llegar a ella casi desposeído, sin idea previa, curioso y enamorado como esos esposos orientales que hasta el día de la boda no descubren el rostro de la novia. La Verde, se oculta bajo el velo invisible que el viajero debe, sin embargo, levantar. Y no obstante, cuando contempla desde lejos esta tierra que comenzará a amar, la verá desnuda, suntuosa y esmeralda, entre los pinos y eucaliptos que ocultan el río y su laguna. Quizás en ese suelo bendecido por maravillas naturales que muestran tales secretos, el misterio sea aportado por el hombre.
El tiempo, la historia, los años de progreso y fracaso industrial, el pasado que se perpetúa indefiniblemente, la esperanza que retrocede sin cesar, una forma particular de hablar que es una moral, una moral que crea gestos, la experiencia de un pueblo que llega aun hasta la metafísica, un conocimiento de la naturaleza y de la estructura humana que parecería el de un solo hombre particularmente dotado para expresar aquello que lo conmueve...... La Verde hace daño. Esta localidad no se visita como si se tratara de un museo, pagando el derecho de entrada. Es necesario, además, amor y ese respeto profundo que hace sentir como inevitable la fraternidad. La Verde exige de su visitante ciertas virtudes. La primera el coraje de ver. Porque La Verde hay que verla desde distintos aspectos: Su historia indígena pasada, la primera huella del hombre blanco 1784, la primera formación urbana a través de tres inmigrantes asturianos los hermanos Faustino y Benigno Peón y su primo Basilio Menéndez 1912, el nacimiento y decadencia industrial 1923 a 1997, las bellezas naturales (el curso del Río Negro, la laguna, el camping municipal, los bosques de coníferas, las estancias, los paseos rurales, los atardeceres y amaneceres, el castillo, etc.)
Pueden acceder desde Lapachito o desde La Escondida. Esas rutas no están ahí para facilitar la rápida travesía del paisaje, sino más bien para seguir los movimientos profundos, los dislocamientos y los escondrijos naturales, para señalar las dificultades de esa lenta penetración que lleva al turista hasta los innumerables lugares de disfrute. Es la necesidad y curiosidad que usted tiene de disponer de un lugar extraordinario en la Provincia del Chaco para pasar sus vacaciones o sus fines de semana. Por ello aquí tiene el "Paraíso Natural" de La Verde.
Un lugar para soñar.... en el Chaco.


Autor: Alfonso de Avilés



UNA DE LAS CREENCIAS POPULARES

UN LUGAR EN EL SILENCIO DE LA VERDE


Moría el día sobre el manto silencioso y callado de la laguna serena de La Verde, poco a poco las maquetas fantasmagóricas de los pinos se desdibujaban sobre los bisos serenos de la superficie acuosa.
El sonido de un pájaro a la lejanía, se escuchaba con una intensidad cada vez más sinfónica. De repente, algo llamó mi atención ¡un brusco movimiento del agua! detengo la marcha, que como día tras día y desde que el Dr. Menéndez me recomendó esos paseos terapéuticos por el caliente todavía asfalto que une el puente sobre el Río Negro con el comienzo de lo que hace años fue la esperanza de todo un pueblo “La Fábrica Taninera”.
Un temblor ante lo desconocido recorrió mi cuerpo, mi mirada trataba ansiosamente desvelar el motivo de tal movimiento en la laguna. Pero mi curiosidad era superior al temor ante lo desconocido, y me atreví a penetrar en el recinto alambrado que separa el asfalto de la propiedad privada para acercarme aún más a la orilla del espejo.
En las sobras, forzaba mis ojos buscando entre los camalotes y los últimos bisos de la tarde que resaltaban en la superficie acuosa. Pero no distinguía más que la serenidad del agua acostumbrada en ese momento cuando la tarde lentamente muere sobre mi verde tierra. Tras unos minutos de observación y ya con mayor tranquilidad, me dispuse a seguir mi marcha hacia los límites de la propiedad, cuando un sonido alertó nuevamente mi atención, girando rápidamente mi cabeza acompañado de todo mi ser. El corazón perdió el ritmo y la piel se erizaba ante el pavor de lo desconocido.
En la orilla a pocos metros distinguía la imagen de una mujer, vestida de blanco que sollozaba inclinada hacia el agua, mi cuerpo estaba petrificado ante esa imagen que pocos minutos antes no había distinguido, a pesar de haber observado atentamente hacia ese preciso espacio de tierra que instintivamente logró captar mi atención cuando realizaba mi marcha terapéutica.
Tras conseguir controlar mi tensión, logré con voz temblorosa emitir unas palabras – Disculpe señora ¿le puedo ayudar en algo? – no hubo respuesta inmediata, pensé que quizás no hubiera escuchado mis palabras o bien por el temblor de mi voz no hubieran bien moduladas o entendidas, por lo que le repetí nuevamente - ¿le puedo ayudar en algo?. No hubo contestación y tras unos segundos mis pasos como si una fuerza sobrenatural me dominara me fui acercando lentamente.
Sus gemidos se tornaban cada vez más intensos, hasta desembocar en un llanto continuo. Cuando estuve a medio metro de ella, le volví a preguntar esta vez con voz más fuerte. ¿Le ocurre algo?, ¿puedo ayudarle?. No hubo respuesta, miré hacia la ruta esperando que otra persona se percatara de lo que estaba ocurriendo. Mi propósito era solicitar ayuda de alguien más para evitar que esta mujer tuviera intenciones de tirarse a la laguna para suicidarse por algún motivo que la tuviera en ese estado desesperante. Pero la gente seguía paseando ajeno a lo que ocurría a pocos metros de su placido caminar.
Nuevamente la interpelé diciendo ¿desea que llame a alguien de su familia? ¿en que le puedo ayudar para evitar su dolor?. Ella levantó su cabeza y me miró fijamente. Sus ojos eran brillantes cubiertos de lágrimas, su pelo se desprendía delicadamente de su frente por la brisa que entre los árboles se filtraba. Recorrí mi mirada y aprecié con vergüenza su desnudez bajo la tela mojada que cubría su cuerpo escasamente. Brillaban las gotas de agua que se desprendía de su humanidad mojada. Imaginé que acababa se bañarse, y mientras observaba esa imagen de mujer bella y joven interrumpiendo mi observación entre suspiros dijo – Señor mi hijo está todavía en el agua – miles de conjeturas se agolpaban en mi mente, resaltando la más lógica ocurrencia, que posiblemente se fue a bañar con su hijo, ella logró salir y su hijo permanecía en las oscuras aguas. Inmediatamente le pregunté ¿dónde se estaba bañando señora?. No me contestó, reiteré mi pregunta y ella volvió a decirme “mi hijo está todavía en el agua” señalando el lugar donde se encontraba mirando. Me descalcé, y como si se tratara de un acto inconsciente me tiré al agua, mis manos palpaban en la oscuridad acuosa, algún bulto que pudiera representar un cuerpo. Tras intentarlo en repetidas ocasiones sin lograr mi objetivo retorné a la orilla a preguntarle el lugar exacto y las circunstancias. Ya no estaba la imagen de la joven mujer, busque enloquecidamente aquella figura humana pero no estaba. Mi mente quedó bacía e impotente, no me quedaba otra solución que dirigirme a la comisaría y como si una fuerza sobrehumana me asistiera, llegué a la dependencia policial explicándole la experiencia vivida minutos antes.
Los uniformados rápidamente sacarán su camioneta y el personal que estaba presente y nos dirigimos hacia el lugar indicado por mí.
Las horas pasaban y la localización del niño y la presencia de la mujer no se lograba, a pesar que se habían unido a la búsqueda vecinos que habían convocado la policía y el Dr. Menéndez que al escuchar la noticia se hicieron presentes.
La mañana surgía por el horizonte inquebrantable anunciando el nuevo día cargado de un celeste transparente, que vaticinaba una jornada de calor sofocante, cuando el comisario Rolando anunció el cese de la búsqueda, hasta recaudar mayores datos de la madre y las circunstancia que orientaran una búsqueda más acertada.
La impotencia invadía mi ser, pues no se personaba la mujer que me había participado su dolor y el motivo del mismo.
Retorné a casa con el cansancio y la preocupación lógica de la jornada. No pasó mucho tiempo que los comentarios de los vecinos ponían en tela de juicio mis argumentos y mi condición psíquica.
Los días pasaron y las miradas irónicas y los chistes sobre el suceso se multiplicaban en las esquinas de La Verde, avergonzándome cada vez más y ridiculizando todo mi accionar.
Una noche alguien golpeaba la mano frente a mi hogar, cuando abrí la puerta estaba la figura de un hombre de avanzada edad que me decía – yo creo en usted – no le entiendo –le respondí- si me permite pasar le narraré una historia que ocurrió en La Verde hace ya muchos años.
Le brindé con un ademán pasar y sentarse, para conocer el motivo y la historia de aquel anciano con semblante demacrado y apenas le permitía desplazarse su piernas con facilidad.
Cuando se sentó dijo – le pido que no interrumpa mi relato hasta que haya concluido, y después tiene el derecho a obrar como bien guste- Tenía tan solo 18 años y como todo joven que despierta a la vida me enamoré de un jovencita hermosa de unos 16, hija de un leñador que vino a trabajar en los montes haciendo leña para proveer a la fábrica que por aquellos tiempos comenzaba a producir tanino. Quizás el amor como bien dicen es ciego, sordo y mudo, como consecuencia no tiene clases sociales, y ahí reviste la cuestión.
Mi padre chapado a la antigua y de clase social destacada en La Verde, no permitía que me relacionase con personas que no tuvieran nuestra misma estirpe, como el siempre mencionaba para referirse a los menos privilegiados, sin embargo era mi amor más fuerte que los condicionantes establecidos por mi tutor y seguí compartiendo mis momentos secretos con ella a espaldas no solamente de mi papá, si no de todos los vecinos, para evitar le llegara a oídos de él mi relación prohibida,.
Nos amamos intensamente, y de esa intensidad surgió el fruto de nuestra relación.
Sara, que era como se llamaba mi amada quedó embarazada. El problema de ocultar nuestro amor se agravaba, cuanto más crecía su vientre y siempre como ocurre en una sociedad pequeña existe ese alguien que le transmite a quién no debía saber la relación y futura descendencia.
Es así, que un día me llamó mi padre al aserradero que regentaba y en su oficina me obligó a declarar lo que por los chismes había conocido. Yo ante las evidencias no pude negarlo y terminó diciéndome lo siguiente –nunca más verás a esa chica, pues mañana te enviaré con tu tío de Rosario, vivirás allí hasta que aprendas a comportarte como los de tu clase y no mezclarte con la chusma. En cuanto al futuro hijo dicen que tuyo, cosa que yo dudo, porque ese tipo de gente no tiene moral ni vergüenza y seguro que tras estar contigo ha estado con otros más de su clase- Fue así que viví en esa ciudad santafecina por varios años, y una noticia me hizo retornar a La Verde. Papá estaba gravemente comprometido con una enfermedad que no le daba esperanza de vida.
Cuando llegué estaba postrado y me llamó a solas para decirme lo siguiente – Hijo, he cometido errores muy grande en mi vida, sé que Dios no me los va a perdonar, pero espero que tu si lo hagas- -a que te refieres padre- le interrogué – Me refiero a la relación que tuviste con esa joven que tras el nacimiento de su bebé logré arrebatárselo y lo tiré a la laguna para evitar que reclamaran algún día su paternidad y quedar comprometido nuestro apellido. Cuando Sara se enteró de ello se fue a la laguna y se suicidó ahogándose también. Este es el gran peso que me llevo a la tumba y la penitencia heredada que vos llevaras durante toda la existencia. Haber consentido que te hubiera separado de lo que más amabas –
El anciano hizo una pausa y siguió narrando – Cuando me dijeron que usted estuvo conversando con una joven vestida de blanco en la laguna, me dio vergüenza acudir a confirmarle que era posible, que usted no lo soñó, que usted no está demente. Todas las noches de luna llena, cuando la laguna está serena Sara sale a la orilla a llorar para que le devuelvan su hijo, nuestro hijo, el inocente que fue asesinado por mi propia sangre, y seguro que a reclamarme por no haber defendido nuestro amor y marcharme como un cobarde sin haberle hecho frente a mi padre.
Se hizo un silencio, bajó la cabeza y surgieron lagrimas del pobre anciano que lentamente se incorporaba de la silla, trasladándose hacia la puerta, y dejándome perplejo y lleno de dudas. ¿Por qué se me apareció a mí? ¿Por qué tras tantos años este hombre guardó en silencio este suceso que cobró la vida de dos inocentes uno de ellos concebido por el amor de dos amantes que no encontraron límites sociales para quererse?
Dice la voz popular que en las noches de luna llena si uno se acerca a las orillas de la Laguna La Escondida en La Verde, puede escuchar los lamentos de Sara y sus palabras insistentes pidiendo ayuda para devolverle su hijo enterrado en las negras y profundas aguas.
También comentan, que si uno la ve dos veces, se le acerca o le acompaña muy pronto se unirá con ella buscando su bebé porque se le aproxima la muerte…. Pues al ser un alma en pena necesita una compañía para seguir penando por años y soportando esa angustia eterna.
¿Será cierto esto…y a mi no me queda mucho tiempo? ¿Cuántos antes que yo han escuchado los lamentos de esta mujer a las orillas de la laguna? o quizás Sara nos está gritando en su agónico pedido desesperante que cuando dos personas se quieren no debe existir fronteras ni límites…. Y menos huir del amor por temor al que dirán?